Cooperativa de Editores de Medios de Buenos Aires
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Denuncian nuevo ataque a los corsos y a las murgas

A partir del próximo sábado 1 de febrero y hasta el martes 4 de marzo se desarrollarán doce noches de baile, canto y música popular en los barrios de la ciudad, como parte de la 157ª edición del ciclo de corsos, pese a que el gobierno de local trate de recortarlo, achicarlo y cerrarlo.

En octubre del año pasado, Gabriela Ricardes, secretaria de Cultura del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, declaró para los medios, que “los corsos molestan al vecino”. En misma sintonía, Rebeca Fleitas, legisladora de La Libertad Avanza, intenta avanzar con el proyecto de ley que reduce el financiamiento destinado a los grupos circenses, demostrando, una nueva vez, como macristas y mileístas se unen a la hora de ajustar y quitar derechos al pueblo trabajador.

Como respuesta, delegados de las más de ciento treinta murgas porteñas expresaron su rechazo y preocupación. Mediante un comunicado de prensa “…repudiamos los dichos de la ministra, no solo por ser falaces sino por tener un tinte persecutorio, acusatorio e inmoral. La ministra desconoce que el mismo gobierno al que ella representa realizó el estudio “Análisis de Publico y Percepciones del Carnaval Porteño” en el cual se afirma que más de un millón de vecinos y vecinas asisten como público a los corsos en cada febrero, y que hay alto nivel de acuerdo con la realización de los festejos entre los habitantes de la ciudad”.

Por otra parte, denuncian que a causa de un “error de tipeo” se ha recortado el presupuesto destinado para los corsos. Equivocación aún no subsanada. Tampoco se cumple con el decreto 2047/2004 que anticipa que “durante el mes de agosto la comisión de carnaval deberá efectuar la inscripción de las entidades aspirantes a organizar corsos barriales y la revisión de las mismas”.

Con la falsa excusa de “ruidos molestos”, suciedad acumulada e interrupción de calles y/o avenidas, el gobierno de Jorge Macri (PRO) busca avanzar, nuevamente, con el fin de barrer a las murgas y su histórico festejo, que además es un canal de expresión del malestar popular. Ya para estas mismas fechas de 2024 la gestión municipal fue cerrando y mudando corsos, a lo que se le suma una mayor descarga de policías, con represión y persecución. La quita de las murgas, centros donde centenares de pibes y pibas se congregan para aprender los bailes, tocar instrumentos y entablar relaciones, tiene el fin, no solo de acallarlos, sino también de entregar el divertimento y esparcimiento público a los Ceos empresariales.

No se debe olvidar que fue la última dictadura cívico-militar la que prohibió el carnaval (en 1976) quitándolo del calendario oficial. Pero la lucha, tanto de forma clandestina en tiempos del proceso, como en el retorno de la democracia, se mantuvo. Demostrando cómo la clase trabajadora, que compone los grupos murgueros en las barriadas, es la que resistió el ataque fascista. Así lo demuestra la canción del poeta anónimo del barrio de La Boca, escrita en 1982 y altamente vigente a cuarta y tres años.  “Señores pido un minuto de atención. Voy a contarles una historia que viví yo en mi Nación. Fue un 24 de marzo del año 76. Se acabó la democracia, los milicos al poder. Dijeron que era un Proceso de Reorganización. Y en menos de siete meses nos vendieron la Nación. Y bajaron los salarios como baja un ascensor. Y de pronto subió el dólar y el yankee se enriqueció. Los obreros no tenían para comer y tomar. Ni una botella de vino no ese kilito de pan. Ay dios mío que desastre que fue esa navidad. Ni una sidra ni un pan dulce para poder festejar”.

Hoy en democracia, el gobierno de Milei, acompañado por Macri, buscan avanzar con “limpiar de la calle” mediante el protocolo antipiquetes, los bastones, el gas pimenta y persiguiendo a los luchadores. Queriendo silenciar las canciones de reclamo, contra el ajuste, el plan de hambre, miseria, pauperización, quita de derechos, congelamiento de salarios, jubilaciones, planes sociales, despidos y tarifazos. Pero el canto no se va callar. Viva los corsos y las murgas, como expresión de un pueblo con una extensa historia de lucha.

No al ajuste. Basta de persecución y represión. Por un carnaval de los trabajadores. A la derecha rancia la combativos copando las calles.

Nota publicada Por Maxi Robles en Prensa Obrera