El Sol de los Bigotes, juegos infantiles sustentables: “Acompañar a tantas familias nos llena de felicidad”
El juego durante la infancia es la puerta de entrada al conocimiento, la experiencia, el desarrollo. Un matrimonio de Saavedra, ante el nacimiento de su hijo, creó en 2017 El Sol de los Bigotes, un emprendimiento con objetos de diseño exclusivo para la estimulación temprana y la recreación. Una forma de conocer el mundo entre risas y a través de materiales sustentables.
Tatiana y Gastón tienen 33 años y viven en el barrio hace casi una década. Él es técnico en pymes y ella es docente y psicóloga. En estos años han participado de jornadas de juego libre junto a familias y emprendedores, en eventos públicos y privados. Incluso han llegado a hacer actividades en el patio del Museo Histórico Cornelio de Saavedra durante este verano.
“El juego es nuestro motor para crecer, para superarnos. Y en la niñez se desarrollan a través del juego múltiples habilidades, cognitivas, motrices y sociales. Es por esto que jugar es todo lo que está bien para un niño y una niña”, nos cuenta Tatiana.
-En agosto cumplieron tres años ¿Qué se siente haber atravesado por todas estas experiencias junto a cientos de familias y emprendedores?
-Sentimos mucha satisfacción al ver que aquel objetivo que nos propusimos en 2017 no sólo se alcanzó, sino que superó lo que imaginamos y nos impulsó a más. A lo largo de estos tres años conocimos muchos emprendedores que sumaron desde su trabajo hasta sus experiencias y buena energía. Las familias a las que llegamos con nuestras propuestas nos devolvieron siempre alegría y gratitud. Poder acompañar desde el juego y la diversión a tantos niños, niñas, bebés y familias nos llena de felicidad. Nos impulsa a seguir creciendo.
-¿Cuáles han sido las devoluciones de las familias que más les emocionaron o les hicieron reflexionar?
-Hemos tenido el placer de acompañar eventos con familias o grupos con muchas ganas de jugar y explorar. Y esto lo observamos desde que nos buscan y nos escriben para consultar por un alquiler o comprar algún elemento. Las mayores devoluciones las recibimos cuando finaliza un festejo o un tiempito después de comprar y explorar un juego en casa. Nos esperan con porciones de torta, sandwichitos y palabras de agradecimiento por haber vivido una tarde o un finde de juego libre observando cómo los niños crean dinámicas seguras de juego de manera autónoma. Cada devolución nos lleva a reflexionar cómo podemos sostener en el tiempo estas propuestas y cómo seguir haciéndolas crecer.
-¿Por qué consideran que es clave el juego en esta etapa de la niñez? ¿Cuáles fueron las inspiraciones para poder hacer objetos tan diversos?
-Utilizamos el juego desde que nacemos para explorar el mundo, para conocerlo. El juego es nuestro motor para crecer, para superarnos. Y en la niñez se desarrollan a través del juego múltiples habilidades, cognitivas, motrices y sociales. Es por esto que jugar es todo lo que está bien para un niño y una niña. Nuestra mayor inspiración está en los niños y niñas. Comenzando por el más cercano, que es nuestro hijo Ale, quien nos movió desde la mapaternidad a investigar, aprender y explorar nuevos mundos de estimulación. A este niño lo vinculamos con nuestras propias infancias y nuestros juegos. Y finalmente observando a otros niños y niñas. Observando sus emociones, reacciones, curiosidad y habilidades. Qué les interesa, qué buscan, qué podría despertarles nuevos desafíos.
-¿Por qué sintieron la necesidad de hacer objetos amigables con el ambiente?
-Esto es una parte de nuestros hábitos. De a poco y hace ya varios años comenzamos a tener una mirada más consciente sobre el ambiente que nos rodea y el mundo en el cual vivimos y vivirán nuestros hijos. Creemos que fomentar y hacer parte de uno una vida saludable y sustentable es una responsabilidad que no debemos dejar de atender si queremos un mundo mejor.
-De todos los objetos diseñados, ¿cuáles han sido los más populares? ¿Se lo esperaban o los sorprendió?
-Los elementos que mayor llegada tuvieron fueron los diseñados por nosotros: el pasamanos, el triángulo xxl, la trepadora articulada, los botones y hasta los colores que nos animamos a combinar sobre la madera. Siempre apostamos al éxito, pero no dejamos de sentir sorpresa y alegría cuando lanzamos algo nuevo y de forma inmediata llegan las consultas y las felicitaciones o las palabras de aliento de familias y emprendedores por nuestro trabajo.
-¿Cómo fue la experiencia de tener actividades en el Museo Saavedra y otros espacios del barrio?
-Proponer actividades en el Museo Saavedra y que nos habilitarán a hacerlas fue una experiencia maravillosa y enriquecedora. ¡No lo podíamos creer! Nos encanta salir y pasear por el barrio y llegar con nuestras propuestas a esos lugares que frecuentamos fue alucinante. Crecimos mucho participando de la Noche de los Museos para niños, con el taller junto a Sabri Critzmann y con los findes de juego libre en los jardines del Museo.
Por el barrio también participamos de talleres organizados por psicomotricistas y otros por nosotros organizados en espacios privados.
Esperamos poder seguir sumándonos a movidas por el barrio que convoquen familias a jugar por jugar.
-¿Cómo les ha influido la pandemia y qué forma encontraron de adaptarse a este contexto?
-Este 2020 nos sorprendió y nos llevó de forma abrupta y disruptiva a repensarnos. Al comienzo nos permitimos frenar y poner en pausa todos los proyectos que teníamos con El Sol de los Bigotes. Nos permitimos transitar emociones, miedos y reorganizarnos con las restricciones que se imponían a nivel social. A comienzos de este año, nos propusimos crear espacios de juego en lugares gastronómicos. Es así que tuvimos la oportunidad, en febrero, de armar un lugar con nuestras propuestas para niños en la apertura de La Gran Rana de Villa Urquiza. Lamentablemente la emergencia sanitaria nos obligó a pausar eso también. Nuestro mayor deseo es que cada vez más familias nos conozcan y disfruten de nuestros espacios. Esperamos poder retomar esto pronto.
Luego, atentos a las indicaciones desde el Ministerio de Salud, pudimos pensar diferentes propuestas que involucraban el juego y toda nuestra esencia cuidándonos y cuidando a los demás. Así surgieron los alquileres temporales por varios días.
Cuando pudimos reabrir el taller comenzamos nuevamente con la fabricación de nuestros productos y de a poco volvimos a tomar ritmo.
Actualmente no tenemos el taller al 100% por lo que nuestras ventas mayoristas aún se encuentran pausadas. Sin embargo, hemos podido atender la demanda minorista y de nuestros clientes de siempre.
-¿Hace cuánto tiempo están en el barrio de Saavedra? ¿Qué es lo que más les gusta del barrio y qué lugares frecuentan más?
-Gastón nació en el barrio de Saavedra, es de Platense y su vida transcurrió y transcurre en este barrio. Su familia vivió siempre acá, han creado su empresa y están todos dentro de Saavedra.Vivimos juntos hace 7 años y formamos nuestra familia en esta zona. Por mi parte, de chica y hasta la adolescencia acudí a la Iglesia Ortodoxa que se encuentra sobre la calle Nuñez.
Si nos preguntas por este año particularmente…en el parque Saavedra, Parque General Paz, Mujica y todo el espacio verde de Donado. Y en las calles del barrio caminando, en los negocios vecinos. Todo fue más cercano. Y nos volvimos fanáticos, al menos yo Tatu, de La Kitchen.
Otros lugares que solíamos frecuentar y seguramente volvamos a hacerlo pronto son El Museo Saavedra, Atilano, El Dot, Raíces, Cornelio. Nos gusta mucho comer. Y extrañamos un poco viajar en tren.
Publicado en Revista La Unión