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Ciudad busca generar conciencia sobre la importancia ambiental de no tirar las colillas en la vía pública

Este viernes desde las 17, al pie del Obelisco,  el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizará una actividad para generar conciencia sobre la correcta disposición de las colillas de cigarrillos. Además, durante la jornada se instalarán 48 colilleros en el Metrobús de la 9 de Julio (Comuna 1).

Participarán integrantes de la Secretaría de Ambiente de la Ciudad junto a Organizaciones de la Sociedad, miembros del Consejo Consultivo de Ambiente y Desarrollo Sostenible (EcoHouse, Océano 0km, Amigos de la Patagonia, Agenda Ambiental, USAL Consciente y Seamos Bosques).

Habrá voluntarios que conversarán con los vecinos sobre la importancia de su adecuada disposición. Además, un equipo de trabajo recorrerá las veredas levantando las colillas usadas.

“Para poder lograr un cambio radical en el ambiente todos debemos tomar conciencia y comprometernos con acciones que nos lleven a una ciudad más verde. Un simple acto como arrojar la colilla de cigarrillo en los cestos colabora notablemente porque así evitamos que se degraden en los espacios verdes o el agua” explicó Eduardo Macchiavelli, secretario de ambiente de la ciudad.

Esta actividad se contextualiza también en que la Legislatura porteña aprobó el jueves pasado un proyecto que prohíbe arrojar colillas y filtros de cigarrillos en el espacio público aplicando severas multas a quienes lo hagan.

Esa iniciativa está impulsada por EcoHouse, una ONG que participa en forma activa del Consejo Consultivo de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Secretaria de Ambiente porteña. El objetivo del Consejo es promover la colaboración y cooperación institucional, intersectorial e interjurisdiccional para el desarrollo y promoción de políticas públicas ambientales.

Las colillas son el residuo más común que se puede hallar en el suelo debido a las malas prácticas de los fumadores. Al fumar, las colillas absorben los químicos y metales pesados presentes en el tabaco; una vez descartadas, durante el proceso de degradación, liberan lixiviados que contaminan el ambiente.

Al ser un residuo de pequeña dimensión y muy liviano frecuentemente no es arrojado a los tachos de basura y terminan en veredas, calles y sumideros, que luego escurren por las bocas de tormenta más cercanas y terminan en el Riachuelo o el Río de la Plata.

En 2017, la ONG Ecohouse realizó una limpieza de colillas en el centro de la CABA y en sólo dos manzanas se recolectaron 10.000 colillas en un lapso de 60 minutos (Ecohouse, 2019).