Esmeralda Mugre, ojos atentos en medio del fervor de Once
Como un torbellino, la tercera edición de La Semana del Arte de la Ciudad de Buenos Aires pasó, transformó y se fue. Como la canción, quedan los artistas, pero también sus musas. A nivel local, se las puede encontrar en Once; todo el territorio es el atelier del colectivo Esmeralda Mugre, integrado por los fotógrafos Mdanielapr (Daniela Pérez Reverón) y Dagurke, dedicados a retratar lo cotidiano y excepcional de estas calles.
Entre invitados, inauguraciones, actividades y una grilla difícil de abordar por lo extensa, la Semana del Arte incluyó la exhibición de 10 proyectos elegidos en una convocatoria del Ministerio de Cultura porteño, en la cual participaron unas 300 propuestas.
El proyecto fotográfico “Cartoneros de 11” de Esmeralda Mugre fue uno de los elegidos, por lo cual se exhibió en el Teatro de la Ribera de La Boca entre el 27 de septiembre y el 4 de octubre. En un primer momento iba a estar en el flamante centro cultural El Zorzal, en Zelaya y Jean Jaurès, el antiguo edificio del Centro Argentino de Teatro Ciego.
Se trata de una serie de imágenes tomadas a los recuperadores urbanos que trabajan en un galpón tomado sobre Mitre, casi Anchorena, a metros de Plaza Miserere.
Si bien este trabajo narra el hecho concreto de la toma, la obra de Esmeralda Mugre –que se puede rastrear en sus redes sociales y en las exposiciones periódicas que realizan en salas y centros culturales- es más amplia y ofrece un testimonio extenso sobre la zona de Once, sus vecinos y habitúes. Es una mirada atenta a los detalles que quedan en segundo plano ante tanta efervescencia cotidiana.
Según sus creadores, la muestra “busca visibilizar a recuperadores urbanos que trabajan en la ciudad y gira en torno a Luisa, directora de la cooperativa que emplea a alrededor de 40 trabajadores”.
“La serie está conformada por cinco retratos individuales y dos puestas en escena creadas en conjunto con los trabajadores. Se les propuso a los cartoneros imaginar cómo les gustaría ser retratados y estas imágenes son el fruto del desarrollo de esas ideas y de la actuación por parte de ellos”, agregan.
“La primera puesta en escena está construida en forma de estampita religiosa, con Luisa como la patrona que protege a sus cartoneros, a quienes se aprecia trabajando con sus herramientas. El set fotográfico fue armado con materiales reciclables recolectados durante el mismo día de la sesión y construido con la asistencia del director de arte Endi Ruiz (@endi.ruiz) y el estudio de diseño Rica (@ricasestudio). La segunda puesta en escena indaga en el concepto de hogar que representa la cooperativa para los recuperadores urbanos. En ella los cartoneros recrean la figura básica de una casa. Detrás del personaje principal aparecen los fantasmas del pasado con los que el cartonero convive”, añaden.
Los vecinos hace tiempo saben de la toma, concretada entre fines de 2020 y principios de 2021, conviven con ella y la han incorporado a su paisaje cotidiano. Ahora, este territorio de Once adquiere otra dimensión tras la intervención artística de Esmeralda Mugre.
Este colectivo artístico abierto nació en 2020 en la unión de Mdanielapr y Dagurke. “Busca indagar en la teatralidad y la belleza oculta en las calles de la ciudad. Aquello que usualmente pasa desapercibido se recoge y se disecciona para rescatar la pureza en los gestos cotidianos”, definen sus creadores.
Los artistas se formaron en La ONG Buenos Aires, donde “se sumergen en los conceptos de la imagen pobre, la estética de lo feo y la historia marginal de la fotografía”. “El conjunto está abierto a la colaboración de nuevos integrantes para el desarrollo de propuestas que derriben la barrera de la individualidad para encontrar una salida colectiva a los problemas que nos asedian como sociedad”.
Ya pasó la Semana del Arte, pero el trabajo de Esmeralda Mugre continúa. Se puede seguir su labor, o revisitarla, a través de sus redes sociales, a la espera de nuevas imágenes que den testimonio de esta época en Once.
J.M.C.
Otra instalación fue en pleno Abasto, Edificio Zelaya (ex Teatro Ciego) y se llamó “Urdimbre” de Silvina Babich.