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Repercusiones por el derrumbe de Caballito

El jueves al mediodía, en pleno temporal, murieron dos ancianos por el derrumbe de la pared medianera de una obra en construcción en Pedro Goyena 551 que derribó el primer y segundo piso del PH lindero de Goyena 557. Además, hubo al menos otros 14 heridos, muchos de los cuales fueron derivados al Hospital Durand.

Una vez producido este siniestro, los vecinos contaron que desde septiembre realizan reclamos y denuncias porque detectaron irregularidades en la obra. El titular de una inmobiliaria que funcionaba en la planta baja del PH hizo una denuncia, pero un juez la rechazó ese mismo jueves, minutos antes del derrumbe. Se supo que la Agencia Gubernamental de Control (AGC) había inspeccionado la obra el 5 de diciembre y no la había clausurado.

El jefe de Gobierno Jorge Macri expresó el jueves por la noche: “Mis más sentidas condolencias a las familias y amigos de las dos personas que trágicamente perdieron la vida en el derrumbe de la obra en construcción en Av. Pedro Goyena. Los abrazo en el dolor. Instruí a las distintas áreas de gobierno a que asistan emocional y psicológicamente a todos los afectados y brinden la ayuda necesaria a quienes no pueden volver a su casa. Valoro y agradezco el rápido y valiente operativo que llevaron adelante los bomberos, el SAME y los distintos equipos de Emergencias de la Ciudad, respondiendo de manera rápida para salvar a quienes estaban atrapados en los escombros”.

“Estamos poniendo a disposición de la Justicia toda la información necesaria para que se realice la investigación correspondiente y se esclarezcan los hechos que desencadenaron esta tragedia”, agregó.

Entre los legisladores porteños, hubo señalamientos a las políticas públicas del Gobierno porteño con respecto a las construcciones. Por caso, Claudia Neira (Unión por la Patria) afirmó: “Lamentamos mucho la muerte de dos personas en el terrible derrumbe en Caballito.  El Jefe de Gobierno Jorge Macri y la AGC no han dicho ni una palabra y estamos esperando que informen al respecto. Hace tiempo que planteamos la necesidad de planificar seriamente la construcción y regular el mercado inmobiliario en función del bienestar y la seguridad de los porteños. Es preciso determinar las responsabilidades en este trágico hecho y abordar de forma urgente un cambio profundo en materia de desarrollo urbanístico”.

De modo similar expuso su compañero de bloque Juan Manuel Valdés: “Inmensa tristeza por el fallecimiento de dos vecinos en un derrumbe en Caballito. Una tragedia evitable. A pesar de las denuncias nunca se frenó la obra. Hace tiempo señalamos que las construcciones en la Ciudad están descontroladas. Es necesario que se investigue este hecho”.

También por UP, la legisladora María Bielli analizó la situación en el barrio: “Fallecieron 2 personas a causa del colapso del 1er y 2do piso de una propiedad lindera a una obra en construcción en el barrio de Caballito. Los vecinos habían hecho llamados al 103 y denuncias en la justicia. La Av. Pedro Goyena es un claro ejemplo de lo que pasó en el 2018 con la modificación del Código Urbanístico: casi se duplicó la altura de construcción (pasó de 15.5 m a 29.8 m)”.

“Al poder construir más alto, aumentan los metros vendibles y eso produce más ganancia para los desarrolladores. Buen ejemplo para ver como el aumento de oferta de vivienda no disminuye el precio de las propiedades. Al poder construir más alto, aumentan los metros vendibles y eso produce más ganancia para los desarrolladores. Buen ejemplo para ver como el aumento de oferta de vivienda no disminuye el precio de las propiedades”, agregó.

“En sólo 10 cuadras a la redonda en los últimos 6 meses hubo al menos 3 ejemplos similares. Av. Pedro Goyena al 200 (a solo 3 cuadras del derrumbe de ayer) las viviendas cercanas sufrieron desprendimientos en cielo raso, grietas y roturas en el piso. Río de Janeiro al 100, dos obreros fueron hospitalizados por un derrumbe Campichuelo al 600, dos casas con peligro de derrumbe por las excavaciones de una obra lindera. Ante estas obras sin control y al no obtener respuesta de las constructoras o del GCBA, los vecinos enfrentan estos problemas edilicios solo por la vía judicial y no pueden afrontar los gastos – y el tiempo-  que esto implica, como tampoco los arreglos en sus viviendas”.

“Los daños de la modificación del código urbanístico del 2018 tienen que reducirse. Hay que revisar los mecanismos de fiscalización y control de obras. Pero fundamentalmente, esperamos que Jorge Macri cumpla con su palabra y podamos rediscutir un Código que priorizó a la construcción de torres de lujo antes que el bienestar urbano ambiental de los porteños y las porteñas”, concluyó.

 

Juan Castro