Vuelta a Boedo: el próximo jueves la Legislatura porteña vota la rezonificación para reconstruir el Gasómetro
El próximo jueves la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires votará la primera lectura de un proyecto de ley para rezonificar los terrenos de avenida La Plata al 1700 (Comuna 5) a fin de iniciar la reconstrucción del Gasómetro, histórico estadio del Club Atlético San Lorenzo de Almagro. En caso de aprobarse, habrá una audiencia pública en verano y luego se desarrollará una segunda votación final.
Así lo informó este mediodía el legislador Leandro Santoro (Frente de Todos), quien durante la sesión ordinaria pidió una moción de preferencia a fin de incluir el proyecto de rezonificación en el temario de la sesión del jueves 19 de noviembre.
El proyecto que se tratará es el segundo que elabora el club y que presentaron sus autoridades en octubre de este año, luego de nutrir al original con opiniones vecinales. El legislador Manuel Socías (Frente de Todos) lo hizo propio, para habilitar su tratamiento parlamentario.
“Esta Legislatura podrá hacer realidad en pocos días la causa de cientos de miles de hinchas de San Lorenzo que hace años pelean por la vuelta a Tierra Santa. vamos a volver, “dijo Santoro.
Al enterarse de esta noticia, Marcelo Tinelli, presidente de San Lorenzo, dijo: “Cuanta emoción que siento. Se me caen las lágrimas. Pienso en mi abuelo, en mi viejo, en mis hijos, en toda mi enorme familia cuerva de más de 4 millones de integrantes. El 19/11 empezamos a volver definitivamente a BOEDO”.
¡¡¡ @SanLorenzo el jueves que viene empieza nuestra vuelta definitiva!! pic.twitter.com/eS9nGQkpEw
— Leandro Santoro (@SantoroLeandro) November 12, 2020
El Club Atlético San Lorenzo de Almagro presentó a fines de octubre un nuevo proyecto de ley (el primero data de dos años atrás) para rezonificar los terrenos de avenida La Plata al 1700, en Boedo (Comuna 5), con el objetivo de reconstruir el Viejo Gasómetro. Fuentes de la institución mencionan que esta propuesta urbanística diseñada para el predio contempla “espacios educacionales, talleres de formación laboral, salas multiuso, gimnasios, natatorios, oficinas, hotel, restaurantes, confiterías, farmacias, auditorios, destacamento de bomberos, sede comunal (CGP), cocheras, galerías comerciales, patios de comidas, entre otros, además de un estadio ligero y horizontal, transparente y en relación con el barrio”.
Este nuevo proyecto fue presentado de forma particular por el secretario del club Miguel Mastrosimone, y lo hizo propio por el legislador porteño Manuel Socías (Frente de Todos).
Se elaboró en base a lo que expresaron vecinos de Boedo y Parque Chacabuco (Comuna 7) en 3.355 encuestas y 23 talleres que contaron con 1.000 participantes.
Según se informa, los ciudadanos consultados destacaron la necesidad de garantizar la seguridad en la zona y generar espacios verdes.
“No obstante que se han tomado en cuenta las opiniones de los vecinos y las vecinas, es importante señalar que la forma en la que fue concebido el proyecto permitirá identificar durante su desarrollo otros espacios y usos que puedan ser definidos en instancias futuras con la comunidad”, señalan desde San Lorenzo.
“El barrio de Boedo tiene una gran deficiencia de espacios verdes, con uno de los indicadores más bajos de la Ciudad en esa materia. Es importante señalar al respecto que el proyecto es también una excelente oportunidad para generar en la zona espacios arborizados y plazas”, agregan.
Los fundamentos completos del proyecto señalan: “El Club Atlético San Lorenzo de Almagro surgió oficialmente en el barrio de Boedo el 1º de abril de 1908. Siete años después San Lorenzo consiguió el ascenso a la primera división del fútbol argentino, lo que derivó en un aumento significativo de asistentes a sus encuentros y en la necesidad de contar con un campo deportivo propio. Después de muchas gestiones, el Club pudo alquilar los terrenos de Av. La Plata, pertenecientes en ese momento al Colegio “María Auxiliadora” y a los hermanos Onetto. El Club emplazaría el conocido estadio “Gasómetro” en un solar ubicado en Avenida La Plata 1600/1700, circundado por las calles José Mármol, Las Casas e Inclán. Dichas instalaciones fueron inauguradas el 7 de mayo de 1916 y, para 1928, se adquirieron los primeros 7760 m2 del solar”.
“El verdadero crecimiento de la institución se dio a partir de la década del 30, gracias a los logros deportivos y a la instalación del Club como verdadero centro social de la zona. Ya en ese entonces sus dirigentes hicieron gran hincapié en fomentar la relación entre el Club y el barrio. Hacia principios de los años 30 el Club contaba además con instalaciones para hockey sobre patines, patín artístico, tenis y básquetbol; en 1942 se instaló una Biblioteca Popular y departamentos culturales en los que los vecinos podían aprender teatro, dibujo, folclore, danzas tradicionales argentinas, filatelia, encuadernación y títeres. En 1945, se inauguraron en sus instalaciones la pileta más avanzada de Sudamérica, el polígono de tiro, el gimnasio de pesas y boxeo, las canchas de pelota-paleta, de bowling y de bochas”.
“La disponibilidad de recursos provenientes del incremento de la masa societaria le permitió a San Lorenzo ofrecer becas a los niños y niñas del barrio, constituyendo un ejemplo de la política de integración social que siempre fue una característica del Club.
Otro ejemplo del sentido de solidaridad de la institución fue haber ofrecido sus instalaciones para la atención a las víctimas del terremoto ocurrido en 1943 en San Juan, tal como lo hace en la actualidad con motivo de la pandemia poniendo a disposición las instalaciones de Av. La Plata y de la Ciudad Deportiva. Por su importancia, el “Gasómetro” de Boedo fue el estadio oportunamente elegido para que la Selección Argentina juegue de local y donde, además, se celebraron incontable cantidad de eventos multitudinarios. Además del estadio, San Lorenzo puso a disposición del barrio de Boedo a mediados del siglo pasado una sede social de primer nivel, con el mayor equipamiento social y deportivo existente en Buenos Aires: natatorio, confitería, gimnasio, salones, pistas y canchas para los más diversos deportes y una biblioteca modelo”.
“Lo anterior son sólo algunos ejemplos de la relación entre el Club y su comunidad. Resulta claro por qué San Lorenzo se constituyó en el principal referente deportivo, social e institucional de Boedo, contribuyendo a perfilar y asentar la identidad barrial durante más de seis décadas. Lo que comenzó como un emprendimiento modesto llevado a cabo con mucho esfuerzo por un grupo de fundadores visionarios logró convertirse en referencia para el barrio y la ciudad. Sin embargo, o acaso por eso mismo, los responsables de la última dictadura militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983 decidieron despojar de su tierra a San Lorenzo. La causa formal que se alegó en aquel momento fue la necesidad de la apertura de las calles Muñiz y Salcedo, cuya prolongación virtual atravesaría el predio de Av. La Plata. La entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires sancionó en septiembre de 1980 la Ordenanza Nº 36.019, que desafectaba el Distrito E3 y establecía para ese predio una zona residencial de mediana densidad y otra con equipamiento comercial y de servicios. Esto obligaba a la cesión del predio de 4.500 m2 para la construcción de la escuela que serviría al supuesto conjunto de viviendas. Un año antes, en agosto de 1979, la misma Municipalidad había derogado mediante la Ordenanza Nº 35.172 el traspaso de los terrenos del Bajo Flores (actual Ciudad Deportiva del Club) a la institución, dispuesta oportunamente por Ley Nº 16.729 del Congreso Nacional”.
“Las acciones gubernamentales reseñadas fueron el mecanismo, lamentablemente exitoso, utilizado para erradicar al Club social y deportivo de la zona. El estadio “Gasómetro” cerró sus puertas el 2 de diciembre de 1979, San Lorenzo terminó vendiendo desventajosamente los terrenos que le pertenecían y estos nunca fueron destinados a los fines previstos en la Ordenanza de 1980. Ese capítulo de la historia se cierra con la compra posterior del predio por parte de una empresa multinacional, la que terminó construyendo un hipermercado al conseguir una nueva zonificación para destino comercial -que se le otorgó en solo 15 días-, modificando la zonificación que estuvo vigente durante casi 70 años que contemplaba una finalidad deportiva, social y cultural junto al uso del estadio de fútbol. Lo expresado precedentemente perjudicó enormemente al Club y a la comunidad, quedando el barrio sin su principal vínculo con el deporte, la cultura y el entretenimiento. En los años posteriores a estas maniobras de la que fue directo perjudicado, el Club atravesó una fuerte crisis deportiva, generada principalmente por la falta de recursos económicos derivados de la pérdida de socios que vino de la mano del desarraigo al que fue sometido. A pesar de haber sido forzado a vender el terreno donde se encontraba el “Gasómetro”, el Club mantuvo su sede principal en Av. La Plata 1782, en el barrio de Boedo, donde también desarrolló instalaciones deportivas; mientras que en la Ciudad Deportiva, ubicada entre las avenidas Fernández de la Cruz, Perito Moreno y Varela, el Club construyó el centro deportivo donde se practica hockey sobre césped y patines, fútbol recreativo, infantil, femenino, juvenil y profesional, natación, bowling, tenis, futsal, vóley, básquetbol, rugby, entre otras disciplinas; y donde también, en 1993, emplazó el estadio “Pedro Bidegain”, en el que actualmente San Lorenzo disputa los partidos en condición de local”.
“A modo de resumen, podemos señalar que el quiebre institucional que se produce a partir de 1976 fue aprovechado por quienes detentaban el poder político para desterrar y marginar a San Lorenzo, deslocalizándolo, atentando contra su evolución histórica y perjudicando al barrio. Lo ocurrido fue producto de un orden autoritario y antipopular, sin legitimidad ni consenso, que culminó -como quedó expuesto- con la realización de un negocio inmobiliario para terceros hecho a expensas de una enajenación forzada, la desarticulación institucional del Club Atlético San Lorenzo de Almagro y la pérdida de la identidad de Boedo. El pueblo de San Lorenzo viene dando muestras de un compromiso ejemplar e inquebrantable en la lucha por recuperar todo aquello que pertenecía al Club y que le fue despojado. Como pasos de esa lucha, cabe señalar que el 11 de octubre de 2007 se logró que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires a través de la Ley 2.464 diera su aprobación a la restitución al Club del predio de Salcedo 4220”.
“Con posterioridad, el 15 de noviembre de 2012 la misma Legislatura, luego de varias marchas multitudinarias que incluyeron una manifestación ejemplar y extraordinaria que convocó a más de 100 mil sanlorencistas en la Plaza de Mayo en marzo de ese año, aprobó la Ley N° 4.384 conocida como de “Restitución Histórica”, por la cual el Club terminó recuperando una parte sustancial de los terrenos que la dictadura le había arrebatado, sin que dicha medida significara erogación alguna para el erario de la Ciudad, por cuanto el costo de la expropiación a la empresa que era titular del dominio fue afrontado con los fondos provistos por los socios, hinchas y simpatizantes de San Lorenzo a un fideicomiso constituido a ese fin, y con los provistos por el club.
Esas dos leyes, concebidas por esta misma Legislatura en tiempos democráticos, constituyen el antecedente y el fundamento legislativo sólido y respaldatorio del proyecto que ahora presentamos, que tiene por finalidad el retorno definitivo de San Lorenzo a Boedo, con todo el potencial recíproco que cada uno le da al otro. Un proyecto que busca recuperar el fuerte sentimiento histórico de identidad entre el Club y el barrio, generando una nueva escala barrial facilitadora de la vida cotidiana de los vecinos y las vecinas a través de la potencial sinergia académica-deportiva, con el desarrollo de espacios públicos y zonas verdes para el barrio”.
“A la necesidad del retorno del Club al barrio concebida inicialmente, el tiempo le agregó un propósito complementario que emergió casi naturalmente: la necesidad de recomponer un vínculo entre la comunidad y un espacio físico que, en sus décadas de “ausencia”, contribuyó al deterioro del tejido social, más allá que ese espacio tenga la marca distintiva de San Lorenzo. A partir de los dos hitos que constituyeron las leyes N° 2464 del año 2007 y N° 4384 del año 2012 antes mencionadas, mediante diferentes acciones el Club ha buscado incesantemente mejorar el bienestar de los vecinos realizando en el barrio obras de distinta envergadura. El ejemplo más destacado de lo que señalamos lo constituye la inauguración del “Polideportivo Pando”, ubicado a metros de la esquina de Salcedo y Mármol, que comenzó a construirse en 2013 y fue inaugurado en 2016, y que cuenta con capacidad para 2700 espectadores. Dicho espacio posibilitó que pudieran volver a desarrollarse un importante número de actividades deportivas y culturales (ciclos de cine y teatro abiertos, charlas culturales, festejos del día del niño abiertos a la comunidad) en el barrio, pero además generó para éste significativas y visibles mejoras en términos de seguridad y de iluminación, brindándole además una mayor dinámica comercial”.
“Es indiscutible que a lo largo de su historia San Lorenzo ha sido un actor importante y dinamizador del barrio y que lo sigue siendo en la actualidad, porque todos los días el Club realiza una cantidad de acciones y obras solidarias ayudando a cubrir determinadas necesidades básicas de los vecinos y las vecinas (como, por ejemplo, a través de la entrega de becas para los niños y niñas del barrio, las camas dispuestas en el predio para atender la situación de pandemia y el trabajo específico con los sin techo). Y también lo es que San Lorenzo quiere tener un protagonismo aún mayor en el futuro para con el barrio, a través de un proyecto urbanístico diseñado para el predio en el que se contemplan espacios educacionales, talleres de formación laboral, salas multiuso, gimnasios, natatorios, oficinas, hotel, restaurantes, confiterías, farmacias, auditorios, destacamento de bomberos, sede comunal (CGP), cocheras, galerías comerciales, patios de comidas, entre otros, además de un estadio ligero y horizontal, transparente y en relación con el barrio”.
“Con el objetivo de que este proyecto no sea un “paquete cerrado”, exclusivo del Club, se llevaron a cabo diferentes acciones que permitieron escuchar y detectar los distintos deseos y necesidades de la comunidad, buscando generar consensos para incorporarlos al proyecto urbanístico que se pretende construir, cimentándolo así desde su inicio.
Entonces, para incorporar una perspectiva profesional que contemple los intereses e inquietudes de todas las partes involucradas y, en particular, la de los vecinos y vecinas, San Lorenzo contrató a la firma GELH, una consultora reconocida internacionalmente como una de las principales firmas especializadas en calidad urbana y en espacio público, experta en estrategias para fomentar ciudades sanas, incluyentes y sustentables, con un enfoque que combina las ciencias sociales y la arquitectura a fin de generar espacios que verdaderamente satisfagan las necesidades de las personas que habitan en ellos”.
“Entre sus antecedentes, cabe citar que GEHL trabaja en 50 países y en 250 ciudades alrededor del mundo desde hace 40 años; que fue contratada en 2017 por la Ciudad de Buenos Aires para crear el primer Plan Estratégico para toda la ciudad; que de 2006 a 2016 diseñó un Marco de Planificación Maestra flexible para un sitio postindustrial en la ciudad de Carlsberg contratada por la Municipalidad de Copenhague; que en 2013, junto con un equipo local, ganó un concurso internacional para liderar el desarrollo y transformación de una antigua estación de mercancías en el centro de Lille, Francia, para convertirlo en un vecindario de 5000 habitantes y un distrito de la ciudad con lugares de trabajo, tiendas, educación e instalaciones culturales y deportivas. Valorando la recomendación profesional de GEHL a partir de su amplia trayectoria mundial en procesos participativos para el desarrollo de proyectos urbanísticos, se buscó conocer la opinión de los vecinos a través de la realización de talleres. El Club dio la dirección a la consultora de generar un ambiente abierto en el cual la comunidad pudiera expresar sus preocupaciones y aspiraciones libremente”.
“La consultora tuvo a su cargo la responsabilidad de diseñar la estructura de los referidos talleres y de moderarlos, de facilitar las sesiones y de documentar los resultados en ellos obtenidos (se acompaña el Reporte Final producido). Buscando lograr un alcance lo más abarcativo posible, se realizaron posteos en las redes sociales y se distribuyeron 20.000 folletos informando a los vecinos sobre el proceso participativo e invitándolos a las reuniones virtuales. Como consecuencia de lo anterior, se realizaron en el barrio 3355 encuestas y 23 talleres que, acorde con las actuales restricciones y limitaciones en materia de reuniones por la pandemia, se llevaron a cabo de manera virtual y contaron con 1000 participantes. Durante la introducción de cada sesión la consultora hizo énfasis en la importancia de escuchar y respetar al vecino valorando las opiniones de las minorías. Y a lo largo de cada sesión, se ofreció a los vecinos y a las vecinas la posibilidad de expresarse en tres maneras diferentes: 1. Respuestas a cinco mini-encuestas; 2. Comentarios verbales; 3. Chat–abierto durante toda la sesión.
En dicho proceso, y también por iniciativa de San Lorenzo, participó la prestigiosa socióloga Daniela Urribarri, directora de la consultora DU, de amplia experiencia en proyectos organizacionales”.
“El resultado de las encuestas determinó que el foco de los vecinos estuvo puesto en temas como la seguridad, el deseo de incrementar los espacios públicos y la posibilidad de mejorar el mantenimiento urbano y la iluminación, aspectos de los que estamos convencidos que el proyecto ayudará a que se concreten o mejoren. En sus conclusiones, GEHL también destaca que los vecinos resaltan la historia y la cultura de Boedo como algo central del barrio; que existe una necesidad que se valore su historia; que en su mayoría se mostraron optimistas ante el nuevo proyecto; y que predomina la preocupación por la cultura, el deporte, la recreación y la integración social. La mayor parte de los participantes expresaron optimismo y esperanza ante el proyecto, y señalaron que esperan que se trate de un proyecto integral que renueve al barrio a través de una oferta diversa de actividades, servicios y espacios públicos”.
“También expresaron que les faltaba información en cuanto a los componentes del proyecto, el proceso y la línea de tiempo, aspectos sobre los que el Club ya adoptó un plan de comunicación masivo al efecto, poniendo a disposición de los vecinos información clave del proyecto y de cómo éste contempla sus inquietudes y observaciones. También fueron consultados activistas que se oponen al establecimiento de un estadio en el barrio, expresando su preocupación por temas relacionados con la seguridad y todo lo concerniente al mantenimiento urbano, aspectos sobre los que se está trabajando para mitigar su impacto. Además de las señaladas sesiones con los vecinos, también se realizaron otras con sectores específicos importantes por su conocimiento del barrio, como son los comerciantes y las inmobiliarias de la zona.
Los comerciantes señalaron que desde la apertura del hipermercado muchos comercios de barrio o familiares habían tenido que cerrar sus puertas; que hoy proliferan los comercios de ventas de auto y los talleres mecánicos; y que el proyecto urbanístico sería un motor dinamizador del barrio que atraería nuevos emprendimientos comerciales.
El sector inmobiliario, del que se obtuvieron siete opiniones, consideró -en resumen- que un proyecto que incluya un complejo cultural, social, comercial y deportivo atraería a nuevos grupos de personas, generando una reactivación económica en el barrio y, como consecuencia de ello, una mejora en el valor de las propiedades”.
“No obstante que se han tomado en cuenta las opiniones de los vecinos y las vecinas, es importante señalar que la forma en la que fue concebido el proyecto permitirá identificar durante su desarrollo otros espacios y usos que puedan ser definidos en instancias futuras con la comunidad. En igual sentido, se podrán explorar también formas de colaboración con artistas locales para crear murales, arte público y eventos que honren la historia del barrio, atento a que se trata de una de las inquietudes que más surgió en las consultas. El barrio de Boedo tiene una gran deficiencia de espacios verdes, con uno de los indicadores más bajos de la Ciudad en esa materia. Es importante señalar al respecto que el proyecto es también una excelente oportunidad para generar en la zona espacios arborizados y plazas.
“Por todo lo señalado, estamos convencidos de la importancia del proyecto para el barrio de Boedo, para su historia y para la Ciudad toda, y de su conveniencia para el interés público. Estamos convencidos también de que sólo existirá una verdadera reparación del despojo sufrido por San Lorenzo en la medida que, complementariamente a lo dispuesto mediante las leyes N° 2.464 de “Reparación histórica” y N° 4.384 de “Restitución Histórica”, se le devuelva al Club la posibilidad de volver a tener su estadio -como parte de un proyecto urbanístico integral- en el lugar del que nunca debió ser marginado. En el barrio de Boedo. Ese alcance y no otro es el que permitirá hablar cabalmente de restitución, que según el diccionario de la Real Academia Española significa “volver algo a quien lo tenía antes, restablecer o poner algo en el estado que tenía antes”. Se trata, entonces, de ser coherentes con lo ya aprobado por esta misma Legislatura, posibilitando que esa restitución convierta nuevamente a San Lorenzo en lo que fue para el barrio y en lo que, mejor aún, pensamos que puede ser a partir de este proyecto”.