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Vélez es una máquina y sigue abonando la ilusión de los hinchas

Por la fecha 15ª de la Liga Profesional, el Fortín se impuso con garra y corazón a Estudiantes de La Plata y se quedó con la victoria por 2 a 0. Braian Romero (foto) fue el héroe de la noche con su doblete, y se convirtió en el máximo goleador del torneo. Ahora, con 33 puntos y una ventaja de seis sobre sus escoltas, el equipo de Gustavo Quinteros se afianza en la cima del campeonato.

Resulta increíble pensar que, después de todos los momentos difíciles que atravesó la gente de Vélez, el Estadio José Amalfitani vibre con un grito unánime y esperanzador: “Para ser campeón, hoy hay que ganar”. El pueblo fortinero sabe que el camino a la gloria pasa por la victoria, y así se puso en marcha el segundo partido de una seguidilla que puede terminar de afianzarlos en la cima. Tras el triunfo contra San Lorenzo, el equipo de Gustavo Quinteros llegaba con confianza. Los resultados de otros encuentros favorecían a Vélez, y la oportunidad de consolidarse como puntero holgado estaba ahí, al alcance de la mano, junto a su gente.

En la noche del lunes el partido se encendió temprano, y a los 12’, el oficio de Braian Romero brilló con toda su intensidad. Matías Mansilla buscó salir de abajo con Luciano Lollo, quien, ante la insistencia del delantero del Fortín, decidió devolverle la pelota al arquero. Mansilla intentó controlarla con los pies, pero la pelota se le escapó unos centímetros, dejándola viva en el área. Romero aprovechó el error y, desde el piso, empujó la pelota al fondo de la red. Un gol que fue el reflejo de la garra y el hambre que tiene este Vélez para volver a ser protagonista.

El primer tiempo fue un monólogo del conjunto de Liniers, que merecía mucho más que ese gol solitario. A los 22’, Francisco Pizzini acarició la pelota con un taco sublime, pero el palo le negó el festejo. Claudio Aquino también tuvo sus chances, pero sus disparos de tiro libre se desviaron o se estrellaron contra el poste. Y por su parte, Estudiantes, sin merecer demasiado, estuvo cerca de igualar a los 44’, cuando Emanuel Mammana perdió la pelota cerca de su área, y Pablo Piatti la picó frente a Tomás Marchiori. El estadio contuvo la respiración, pero Valentín Gómez, como un ángel guardián, apareció sobre la línea para salvar a Vélez y mantener la ventaja.

En el complemento, el Fortín cedió un poco de terreno, permitiendo que el Pincha intentara desplegar su juego. Sin embargo, las figuras de Valentín Gómez y Marchiori resultaron determinantes dominando al colombiano Cetré y manteniendo la seguridad en el arco. No obstante, las oportunidades seguían llegando para el Fortín, pero la eficacia no acompañaba. Thiago Fernández y Pizzini tuvieron chances clarísimas, pero no pudieron vencer a Mansilla en el mano a mano.

El dramatismo aumentó a los 32’, cuando Braian Romero buscó liquidar el encuentro con un remate que pegó en el travesaño, y en un rebote lleno de suspenso, la espalda de Mansilla ayudó a empujarla a la red. Pero el juez de línea levantó la bandera y, con eso, la tensión seguía latente en Liniers.

El reloj corría, y el miedo de un empate -que Estudiantes no abonaba con claridad- sobrevolaba el estadio. Sin embargo, a los 41’, la defensa de Estudiantes cometió un error fatal que Pizzini, siempre atento, no dejó pasar. Lollo le regaló la pelota en la mitad del campo, y el delantero del Fortín, con inteligencia, asistió a Braian Romero, quien, sin suplente en el banco, demostró por qué es el delantero que Vélez necesitaba, definiendo con categoría junto a un palo para sellar el merecido triunfo.

Desde el reinicio del certamen -tras el parate por Copa América- el Fortín acumula diez victorias (nueve por el torneo local y otra por Copa Argentina) y un empate, con 28 goles a favor y apenas tres en contra. Un verdadero campañón, al que además le suma juego ofensivo y vistoso.

Con el resultado de ayer, Vélez llegó a las 33 unidades, y le sacó seis de ventaja a sus escoltas (Huracán, Talleres y Unión). Ahora, el equipo de Gustavo Quinteros, lejos de tomarse un descanso, deberá seguir enfocado en lo que viene. El martes de la semana próxima visitará Rosario para medirse con Central, pero antes, este viernes desde las 18, en Lanús, enfrentará a Independiente por los cuartos de final de la Copa Argentina, con la ilusión intacta y la fe renovada de que el sueño de un nuevo título es más posible que nunca.

Micaela Ailup