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Urchasdonía: La región tanguera que volvió a unir a cuatro barrios

 

 

 

 

 

 

Ayer, con una fiesta callejera que desafió al mal tiempo, finalizó la sexta edición del Festival Independiente de Tango que había arrancado el 17 de noviembre con la inauguración de un mural del artista plástico Horacio “El Indio” Cacciabue en Cádiz y Benjamín Victorica. Organizó “El Tango Vuelve al Barrio” y “La Milonga del Morán”. A continuación, publicamos la crónica de uno de los participantes del ciclo.  

 

 

 

Por Diego Joy

 

El jueves pasado arrancó con varios eventos. Uno de ellos, el querido y añorado Fútbol Tango. Una charla informal, profunda, divertida, distendida con algún futbolista retirado que –invariablemente- se abre y cuenta lo que se le pregunta con alegría y humor.

 

Organizada históricamente por Patota Cardozo y Cucuza Castiello, esta vez –como decíamos- formó parte de la grilla de la sexta edición del Festival de Tango de Urchasdonía. Patota y Cucuza tuvieron la generosidad de incluirme como parte de los preguntones de la mesa (como para, de paso, homenajear y recordar aquel ciclo que Cardozo creó y del que formé parte que fue Botines Sucios y Libros Abiertos). El invitado futbolista fue el habilísimo Silvio Rudman. Se sumaron a cantar y tocar, y meterle un poco de tango al asunto, Bárbara Grabinsky, Lucio Arce, Negro Falótico, Bernardo Monk y Nico Trono.

 

Cucuza no pudo cantar porque estaba disfónico y debía preservarse para lo que fue la noche del sábado, de la que conversaré más abajo. Pasamos una hermosa velada, una más, de Fútbol Tango. Hermosamente “anfitrionados” por Gustavo Majluf y ese hermoso club que es Agronomía Central.

 

Y el festival siguió. El sábado, ayer, fue el turno de El Tango Vuelve al Barrio en lo que empieza a ser de a poco su segunda sede (la primera será por siempre el glorioso El Faro) el hermoso cine teatro (así lo llamamos siempre en nuestra niñez) 25 de mayo. Cucuza, como quedó dicho, llegó con lo justo de la garganta. O con menos de lo justo, al punto de que a la tarde se tuvo que meter corticoide para poder abrir un poco las cuerdas vocales y que salga su bella voz. Y lo hizo. Vaya si lo hizo. A las dificultades, que quienes lo conocemos pudimos notar, les respondió con técnica y huevo. Mucha técnica y mucho huevo. Al punto de lograr momentos de altísimo nivel vocal gambeteando problemas. Emocionando y divirtiendo, como siempre. Con el Trío Inestable (que anoche formó con Sinkunas, Perrone y Trono) sonando estupendo como siempre. Con Lucio Arce como delicioso invitado. Y con la bellísima participación de Carlos Varela en Tinta Roja. Pero a Varela le dedicamos el párrafo que sigue. La cuestión es que Cucu lo hizo de nuevo. Pasándole por encima a puro oído y coraje a cualquier problema, conmovió con su tango, su esencia barrial, su carisma y el increíble repertorio que sabe elegir. Espectacular.

 

 

Fútbol tango en el Club Agronomía Central

 

 

Párrafo aparte para Carlos Varela y su documental dedicada al inolvidable e imprescindible Negro Rubén Juárez. Varela fue productor y amigo del Negro. Fue quién lo convenció de grabar el mítico Álbum Blanco. Es decir que a Carlos se le debe, en buena medida, uno de los puntos más altos, quizás el más alto, que el tango haya alcanzado en este siglo XXI. No es poco. Bah, es muchísimo. Con el documental, una versión reducida del que estrenó en su momento y que dura 100 minutos según explicó el propio realizador, conmovió y puso en valor (por si hiciera falta) a ese descomunal cantor, músico, artista que fue Rubén Juárez.

 

No tenía presente o no había escuchado su versión de Volver, acompañándose con bandoneón. Me siento gardeliano, pero cuando lo escuché al Negro desde mi butaca en el 25 de mayo tuve ganas de decirle a Don Carlos: “Disculpe, Maestro. Usted siempre será Gardel, pero en este caso quedó chiquito al lado de Juárez”.

 

Hasta allí las líneas de lo que pude ver de esta nueva edición del Festival de Tango Urchasdonía, movida cultural de la región de los barrios de Villa Urquiza, Parque CHAS, Villa PueyrreDON y AgronomÍA, encabezada por dos hacedores admirables como son Cucuza Castiello y Marcelo Lavergata.

 

Me quiero detener en estos juntadores de gente, en estos generadores de espacio. Porque son tiempos individuales e individualistas. Tiempos en que masivamente, desde los medios más poderosos, se baja la idea de que lo que importa es lo que nos pase a cada uno de nosotros y que no interesa tanto lo que le pase al de al lado. Tiempos en que nos taladran con que si no somos millonarios, si no estudiamos, si no tenemos trabajo, si algo no sale como quisiéramos, la responsabilidad es propia. Tiempos en que los que tienen la manija se dedican a fabricar frustrados porque aprendieron que los siempre frustrados, los siempre indignados, los siempre enojados son los que terminan garantizando el statu quo. Ellos saben, y nosotros estamos aprendiendo, que no hay mejor antídoto contra ese veneno que la alegría colectiva. Que juntarnos y cantar, juntarnos y reir, juntarnos y comer, juntarnos y beber, juntarnos y ayudar, juntarnos y gritar, juntarnos y jugar, juntarnos y amar, juntarnos y celebrar la vida del que está al lado que, a la vez, va a celebrar nuestra vida. Juntarnos.

 

Cucuza, Marcelo Lavergata (y cada uno de los que nos acercamos, desde arriba del escenario o como público) hacemos honor a esa idea y esa forma de ver el mundo. Por eso Urchasdonía, Cucu, Marcelo, el tango son populares. Porque juntan, porque celebran, porque son (la) vida.

Gracias. Son esenciales.

 

 

Clase de baile de tango con Julio Duplaa

 

 

FIESTA DE CIERRE EN EL LABERINTO DE CHAS

Al mal tiempo buena cara y fe para que la finalización de Urchasdonía tuviera su merecida fiesta popular.

La actividad comenzó a la tarde temprano con un Taller de música a cargo de  Damián Rovner. Y títeres con Pato Crom.

A las 16 hubo magistral clase de tango con Julio Duplaa

Luego llegó la música en vivo con Viviana Scarlassa acompañada por Hernán Ielapi y Facundo Nicanor.
Después fue el turno de C’est Picó integrado por Guido Iacopetti y Ezequiel Agüero. El cierre estuvo a cargo de la Orquesta Semillero que dirige Juan Pablo Gallardo. Cantaron: Cristina Zivec, Romina Gugli; Hiroko, Lili Barthes.

Durante toda la jornada hubo una Feria de emprendedores y Buffet del Laberinto, a cargo de los integrantes del Centro Cultural El Laberinto de Chas ubicado en Benjamín Victorica 2642.

El sonido estuvo a cargo de DJ Mariano Romero.

 

Orquesta El semillero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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