Cooperativa de Editores de Medios de Buenos Aires
Cooperativa Editores de Medios BA

Rincón de letras

El paisaje barrial como disparador de historias.

Una vez más le damos lugar a esta sección, dedicada a dar rienda suelta a la creatividad literaria de nuestros lectores. En esta oportunidad incluimos un poema que, apoyado en los inolvidables recuerdos del autor, rinde homenaje a la familia Gómez, míticos pintores de Mataderos. Elaborado por Vernal Freitas, las estrofas de “Melodías de pincel” evocan al matrimonio Gómez y a sus hijos, Ricardo y Juan Carlos, que hasta fines de 2011 tenían su atelier en Coronel Cárdenas y Rodó.

De esta forma, aquellos lectores que deseen remitir sus escritos literarios a esta redacción –en formato de cuento, relato o poesía- para ser publicados en este espacio, podrán hacerlo vía mail a cdebarrio@hotmail.com o de manera postal a Rivadavia 10718 7º Piso Dpto. 34 (1408) Ciudad de Bs. As. El único requisito es que la historia transcurra en algún punto de nuestra entrañable geografía barrial.

Melodías de pincel

A la familia Gómez. Inconmensurables, como la luz…

Barro, chatas, matadero. Guitarra, mate, parral.

Mira al sol la calle larga, exposición natural.

En camino Bonaparte –así lo solían llamar-

de la creación del hombre, poesía supo brotar,

y sus pinceles, cual flores, dieron color al lugar.

Serpentinas y bastones, volutas y mucho más…

el deslizar de sus manos, al pincel le hace trazar.

Trama geométrica enreda, al sarmiento,

que al volar, hacia el sol marca una elipsis…

Su corona, circular

imita a las golondrinas en su alegre juguetear.

Como aliento, entre pinturas, siempre abierta, fraternal

la puerta descubre el patio

que se acaba de inundar con aromas de puchero

como símbolo de paz,

y en la caja de tapones la ratucha hizo su lar.

La sonrisa de la madre, amplia, ilumina el lugar.

El espúlvero estrellado, en sombras ha de marcar

con sus caminos de polvo, el sendero a transitar.

Con su sueño iridiscente

el hombre ha hecho florar,

música de sus pinceles, que no paran de cantar.

Verde arabesco, capricho, de la musa popular,

quejumbrosa voz de fuelle, canto alegre del zorzal.

Techo maltrecho de un cuarto, chapas y aujeros de más

y una pared rugosa, de color universal.

Obra de arte inusitada, caleidoscopio virtual.

Allí el barrio se hacía campo muy pocos años atrás.

Amaneceres y ocasos, dama de noche y rosal,

malvón, ternura y abrazo, siempre en solidaridad.

Hoy viven entre recuerdos imposibles de borrar

en pinceles y pinturas que hacen a lo popular,

entre valsecitos criollos, la madre, el padre… qué más…

Vernal Freitas