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“Mi gran inspiración es la disconformidad”

“Decirte que «Sos la muerte del rock» es como un insulto, es la persona que nos mata lo que nos gusta, lo que nos hace ser”, dice la vecina, baterista y compositora Andrea Álvarez sobre uno de los temas de su nuevo disco “La cadena del mal”, un trabajo artístico tocado y producido junto a Tomás Brugues (guitarra) y Lonnie Hillyer (bajo). Se presentará el viernes 4 de octubre en The Roxy Live de Palermo.

Esta nueva obra a Andrea le generó “mucha satisfacción, mucha plenitud” y también le sirvió para denunciar todo aquello que le molesta de esta época y “los abusos desde el poder”.
“Lo mejor es la composición, estar alerta cuando te bajan las ideas”, resalta la artista ante este medio. “No soy una poetisa, yo creo mucho en las cosas simples, en que se escuche lo que escribo como hablo, como si fuera una conversación”, asegura. También menciona el trabajo en la sala de ensayo, en tocar y “decidir qué identidad sonora le vas a dar, dónde vas a poner la música en el espacio”.
Andrea se define como una artista independiente y de allí destaca como un hito la aparición del nuevo disco. “Cada vez que una toca, tenés que hacer muchas cuentas”, indica feliz de saber que la creación artística prevalece pese a las adversidades y desafíos de todo tipo.
La producción artística estuvo a cargo de Andrea, Lonnie y Tomás. Fue grabado en el mítico estudio Panda, su técnico de grabación y mezcla Christian Algarañaz realizó la tarea en Estudio Romaphonic. Para el mastering contaron con la experiencia de Neil Pickles (TOOL, Groove Armada, The Alabama Three, The Buzzcocks, entre otros) en el Estudio Revealsound de Londres.
El disco se estrenó con el videoclip “Sos La Muerte del Rock”, dirigido por Sal Lencina. La portada es un diseño de Giselle Morello y las fotos de prensa son creación de la artista Nora Lezano.
Andrea es una figura clave en la música argentina contemporánea. Habiendo estudiado desde niña, ha sido sesionista de bandas y solistas locales como Soda Stereo, Divididos, Charly García y Attaque 77; también tocó con Tito Puente, Celia Cruz y Draco Rosa.
En cuanto a distinciones, fue galardonada por la Fundación Konex con el Premio Konex diploma al mérito en el rubro “Mejor Artista femenina de rock de la década”. También ha sido embajadora en Argentina y jurado del concurso internacional de bateristas mujeres “Hit Like A Girl”.
Desde hace más de dos décadas lleva adelante una carrera solista por la cual editó cuatro discos: “Andrea Álvarez” (2001); “¿Dormís?” (2006); “Doble A” (2008), realizado junto al productor Jim Diamond; “Y lo dejamos venir” (2015), producido por Andrea Álvarez y Lonnie Hillyer, nominado a “Mejor Album de Rock” por los Latin Grammys.
Además de su presencia en los escenarios, Andrea es profesora de batería. “Me encanta, tengo la sala en mi casa, estoy acá y me da felicidad. Los alumnos me ayudan un montón, ellos no saben cuánto me dan. Vienen chicos desde los cinco años hasta gente de más de 60. En la sala buscamos una felicidad, conectar con la música. Busco enseñar a transitar la música desde una forma linda, aprender a armarte como instrumento rítmico, enseñarles a ser ritmo desde su propio cuerpo, cada uno con las necesidades que tiene”.
Entre recitales y clases, le llegó la inspiración para este nuevo disco. “Lo mejor es toda la parte de la música, desde que una siente que el disco viene. Es como un test de embarazo, empieza a aparecer la necesidad de sacar algo que tenés adentro”, cuenta la artista y vecina.
“Empecé a componerlo antes de la pandemia y siempre mantuvo el mismo espíritu, pero porque mi gran inspiración es la disconformidad y el disco habla de los abusos desde el poder y de la muerte del mundo que nos formó, ya no existe más y mi dificultad para aceptarlo. La muerte de amigos, de referentes, de estilos de hacer las cosas”, se sincera la autora.
“Creo que pudimos concretarlo ahora porque seguramente éste era el momento justo. Musicalmente trabajamos como banda y eso es lo que más lo distingue de mis discos anteriores. Lo arreglamos e hicimos la producción muy juntos”, agrega.
“También trabajé en conjunto con dos personas ajenas a la banda (Luke en la música de Dos Minutos y Karina Cohen en la letra de UhUh) y eso fue una novedad para mí. Traté de sacarme el dolor y la rabia que me da esta época en la que vivimos porque me gusta estar feliz y no acepto la carga de la queja. El rock me ayuda para sacarme de encima el enojo y volverlo algo que valga la pena”, resalta la vecina y baterista.
Ahora vive “más para el lado de la avenida Córdoba”, pero durante más de 20 años residió en pleno Almagro. Asegura que, en el último tiempo, nota a la zona “venida a menos” por el impacto de las crisis económicas. Aun así, destaca: “Para mí es el mejor barrio, me encanta su identidad. Una de las cosas más lindas era la cultura que se respiraba en todos lados, la situación tanguera, la identidad porteña de la vieja escuela”.

J.M.C.