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Larreta acorralado entre la realidad de los chats y la defensa de lo indefendible.

En las últimas horas, se revelaron en el programa GPS de la señal A24 los chats que confirman el escándalo de las grúas en la Ciudad de Buenos Aires que el periodista Rolando Graña había anticipado ya hace meses. A partir de la filtración de las conversaciones mantenidas entre el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro y un gerente de la empresa de grúas Dakota, se pudo comprobar -si las transcripciones son verídicas- la referencia a intercambio de sobres con dinero y la posibilidad de ofrecerle negociados al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
El jefe de la cartera de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, se halla entre las cuerdas en lo que se cree, más allá del griterío en el PRO acusando al kirchnerismo, es parte de la interna del partido de los globos amarillos y la buena onda evangelista.Ya de por sí, la concesión de las grúas en la ciudad venía siendo cuestionada desde hace años por la oposición, que veía como a las concesionarias se les extendía un negocio vencido hace 20 años y que pagaba un canon ridículo de $55.000 al mes, algo que, inflación de por medio, resulta que lo abonan con el acarreo de tan solo 10 vehículos. Por día, se levantan en la ciudad unos 350 vehículos a razón de $6525.-, o sea casi $2.300.000, 42 veces el canon mensual.

Ante el escándalo por la reunión de jueces, fiscales y funcionarios (D´Alessandro entre ellos) en la mansión de Joe Lewis, en Lago Escondido, Larreta ratificó a Marcelo D’Alessandro a pesar de lo ridículo de los argumentos del ministro y el silencio del reesto de los presentes een el convite clarinista.
Agobiado, acorralado por no lograr justificar los hechos simplemente por ser estos injustificables para cualquiera, ensayaron una fórmula curiosa: el ministro pidió una licencia alegando motivos personales y para “preparar su defensa”, algo incomprensible e impracticable tratándose de un ministro y, peor aún, de “justicia”.
Pero volviendo a los chats, entre 2019 y 2020, Marcelo Violante, empresario que maneja Dakota (concesionario de grúas para acarreeo en CABA) le preguntó al ministro porteño si le “da para proponerle negocios a Horacio”, en supuesta referencia al jefe de Gobierno Rodríguez Larreta.
A lo que D’Alessandro respondió de manera afirmativa. En otro chat, el empresario de Dakota habla de “juntar verdes” y de supuestos sobres con dinero. Completo el asunto.
Majdalani, ex subdirectora de la Agencia Federal de Inteligencia, también habría dialogado con D’Alessandro, al que tildó de “pendex” al momento de coordinar acciones y le sugirió “no poner el cuerpito cuando pasan las balas”.
A partir de estas filtraciones -si se comprueba la veracidad de las transcripciones- se agiganta la comprobación del intercambio de sobres con dinero y la posibilidad de ofrecerle negociados al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
A pesar de todo, Larreta insistió con su inédita estrategia: bancar al ministro (hoy de licencia) y acusar al kirchnerismo con su apreciado discurso espejo con el que le endosa a la contraparte lo que él realmente hace. Habla de corrupción y se trata de un negociado con las grúas y estacionamientos de la ciudad. Habla de república y pisa cualquiera de sus instituciones si le llevan la contra. Habla de espionaje, justo desde el partido que hizo un mandamiento de esta práctica… aún más, el mismo fue espiado en tiempos de Macri.

 

Escándalo de la patota de las grúas: el informe exclusivo completo de GPS.

La curiosa defensa del ministro Marcelo D’Alessandro.

El funcionario, acerca de estas conversaciones, se defendió: “Se va a demostrar cosas que están editadas. Esto lo terminará demostrando la Justicia. Hay mucha gente del Gobierno que me ha llamado para solidarizarse porque saben que hay cosas que aparecen ahí escritas que no son reales”.
Primero, el ministro hoy autolicenciado, dijo que los chats eran falsos… después, que “hay cosas que están editadas”. De inmediato apela a la justicia y eso me hace preguntarme ¿cuál justicia? ¿la de los jueces que viajan bancados por el principal grupo mediático a la casa de un millonario inglés que se limpia el trasero con las resoluciones de la Corte Suprema de la Provincia de Río Negro? ¿La de Comodoro Py de los jueces que juegan futbol o paddle con Macri? ¿o la de la Corte Suprema que declara inconstitucional una ley después de 16 años de vigencia y, no conforme, se apropia del rol del Congreso y hace valer una ley que había sido derogada por el Legislativo? ¿O será la de Clarín… la más fuerte de todas?

Acá si que habría que hacer la tercera parte de la República Perdida… aunque no creo que Enrique Vanoli se cope mucho con el asunto.