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La vecina y cantautora Jazmín Esquivel fue telonera en el show que Javiera Mena dio en el Konex

A sala llena, Jazmín Esquivel, cantautora y vecina del barrio de Saavedra, este jueves por la noche fue telonera de la artista chilena de pop Javiera Mena en la Ciudad Cultural Konex del barrio porteño de Balvanera (Sarmiento 3131).

Para lograr este lugar, Jazmín participó de un concurso organizado por la red profesional de músicos BizBat. Dos semanas atrás, en sus redes sociales esta entidad publicaba la convocatoria. Debido a la legislación local, un artista del exterior que se presente en este territorio debe convocar a un solista o banda nacional.

De este modo, luego de presentar su perfil musical, Esquivel fue seleccionada para ser parte del show de Mena. “Es tu momento para brillar”, celebraron en BizBat días atrás al comunicar su presencia. “Bueno, sin palabras, nos vemos ahí”, había arengado la vecina y artista al dar a conocer la noticia.

Esquivel venía de presentarse a fines de septiembre en el Teatro Ópera, ícono de la “calle Corrientes”, como artista invitada de Clara Cava. Del mismo modo, días atrás había estado en el Konex junto a Melanie Williams.

Asimismo, este año presentó su trabajo discográfico “Medianoche Radio Club”, el cual cuenta con 10 canciones editadas por Discobabydiscos, del cual se desprende el sencillo “Y regálamelo”.

Con anterioridad editó los sencillos “Una mierda”, “Misiones”, “Nunca te tuve”, “El chico de la película” (2020) y su disco debut, Púrpura (2018). Todos ellos se pueden escuchar en su cuenta verificada de Spotify.

En cuanto a Mena, es una de las artistas latinoamericanas contemporáneas más influyentes y escuchadas. Fue nominada en varias ocasiones a los premios MTV y ganó, entre otros, los premios Pulsar y MIN. Tiene una extensa trayectoria solista y ha colaborado con referentes del género como Mon Laferte, Julieta Venegas y Carla Morrison.

Su vínculo con la música argentina viene de larga data, habiendo debutado con un sello local con su disco “Esquemas juveniles”. También ha hecho colaboraciones con muchos artistas locales, entre ellos Lucas Marti.

Por su parte, Esquivel participó meses atrás del newsletter Finde Club, dedicado a divulgar novedades culturales y gastronómicas de la Ciudad de Buenos Aires. Cuentan con un apartado donde un artista o referente habla de su “Amor barrial”.

Jazmín fue convocada para hablar de Saavedra:

Antes de vivir en Saavedra no lo conocía, pero resultó ser el barrio porteño de mis sueños. Es tranquilo y accesible, con un parque mágico en forma de corazón que reúne a las criaturas y actividades más tiernas de la ciudad. Hice una selección de lugares que re da visitar, y la mayoría sin intercambio de dinero de por medio, porque no todo es consumir en la vida, amis.

Top 3 para andar en patineta (nivel patear tranqui). Calle Freire desde el parque hasta la autopista: pasan muy pocos autos y el pavimento está bien lisito, ideal para enganchar un buen flow patinetil. Bajadita/curva de Conesa a Av. Gral Paz: está pegado a la autopista y suele haber poco tránsito. Es una curva que se transforma en bajadita que podés hacer toda de una hasta doblar en Crámer. Igual, el tip obligado: ¡ojo con los bondis! Calle Vilela: muy pocos autos y una leve bajadita para ir suave y desembocar en el parque.

Top 3 para filosofar sobre el universo. Parque Saavedra y Boulevard García del Río: clásico del barrio y por eso muy especial, es imperdible. Puente Zapiola: alto point para mirar el ir y venir de los autos cual marea infinita en todas direcciones y preguntarse “¿Dónde corremos?”, “¿Qué nos pasa que estamos tan ansiosxs?”, “¿Quién inventó las autopistas, que finalmente son como una máquina del tiempo/espacio?”, “¿Es acaso esto la mayor expresión de la matrix?”, etc. Placita Makena: es la hermanita menor del parque Saavedra, suele estar tranqui de gente y es muy linda.

Top 3 para comer. Demetria: un restó vegetariano/vegano (aunque tiene algunas opciones con pescado) metido dentro de un jardín grande y frondoso, que además forma parte de un complejo de salud holística. La comida es deli y bastante accesible. Moshu: venden todas las cosas dulces con las que soñás cuando necesitas bajonearte la vida, y definitivamente te cumplen el deseo. Occo: es la heladería que está frente al parque y que me da fuertes alegrías (o sea comerme un heladito tirada en el pasto). Siempre es rica, no decepciona. El mascarpone es mi prefe.