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Empates que valen oro

Por la 36ª fecha del Campeonato de Primera Nacional, Nueva Chicago empató 1 a 1 con Deportivo Morón en Mataderos. A pesar de no quedarse con los tres puntos, el Torito se mantiene en la punta de la Zona B, a dos fechas del final. Mientras que, por la 18ª fecha del Torneo Clausura de la B Metropolitana, Liniers empató sin goles como local frente a Dock Sud y casi se aseguró la permanencia. En esta nota, todos los detalles.

La tarde del domingo en Mataderos tenía una mística especial. Después de diez largos años, la Calero Persi volvía a vibrar con los colores verde y negro, y cada rincón del estadio explotaba con la pasión de cientos de hinchas que nunca dejaron de alentar al Torito. El presente de Nueva Chicago es uno que hacía tiempo no se vivía: Andrés Montenegro y su equipo se han afianzado en la punta de la tabla y, partido a partido, demuestran que merecen estar ahí. Esta vez, por la 36ª fecha, el Torito buscaba afianzar su lugar en la cima, empujado por el aliento ensordecedor de su gente.

Pero el fútbol no entiende de guiones preestablecidos, y a los 16 minutos, un descuido en la defensa permitió que el Gallito de Morón tomara la delantera. Lautaro Disanto y Gonzalo Berterame armaron una jugada rápida, y este último remató al arco sin oposición, dejando en silencio momentáneo al República de Mataderos. Fue un golpe duro para Chicago, que intentaba pero no lograba concretar sus ataques. El equipo se fue al descanso con un injusto 0-1 que reflejaba más los errores propios que los aciertos del rival.

El complemento comenzó con un Chicago decidido a cambiar la historia. Iván Maggi tuvo la primera gran oportunidad frente a Agustín Rufinetti, pero Agustín Gómez, con un toque desde atrás, logró desestabilizarlo, y el arquero de Morón achicó a la perfección. Era un aviso de que el Torito no se rendiría tan fácilmente.

Sin embargo, el Gallito respondió rápido. A los 5 minutos, Matías Romero envió un centro desde la derecha que Berterame intentó convertir, pero Facundo Ferrero apareció para salvar bajo los tres palos. El rebote le cayó a Disanto, quien tenía todo para marcar, pero Stefano Callegari lo trabó cometiendo penal. El destino parecía estar escrito para sellar una tarde negra, pero el fútbol a veces regala segundas oportunidades: Matías Romero tomó el disparo y el balón estrelló el palo, desatando un suspiro de alivio en todo Mataderos.

El Torito tomó ese golpe de suerte como señal para despertar. A los 9 minutos, Maggi entró al área con decisión, se animó a gambetear a Rodrigo Arciero, pero el defensor lo bajó con una clara infracción. Penal para Chicago. Agustín Rufinetti intentó jugar la carta psicológica y le aseguró a Facundo Castro que se lo atajaría. Pero el delantero del Torito no dudó: remate fuerte al medio, gol y explosión de júbilo en las tribunas. El 1-1 estaba en el marcador, pero Chicago quería más.

El nerviosismo comenzó a adueñarse del partido. Morón acumulaba faltas y Chicago sentía que el empate era poco. A los 35’, Adrián Martínez, en un tiro libre jugado hacia atrás, se tuvo fe y remató de primera. El travesaño, ese cruel aliado de los arqueros, evitó lo que hubiera sido un golazo y el estadio entero contuvo la respiración por un segundo eterno.

El Torito no encontró más oportunidades claras, y aunque el empate supo a poco, el punto le permite seguir en lo más alto de la tabla con 62 unidades, dos más que su perseguidor inmediato, Aldosivi. La tensión se mantiene, ya que esta noche Deportivo Madryn enfrentará a Atlanta, y de ganar, alcanzará a Chicago.

Con solo dos fechas por delante, el equipo de Mataderos sigue soñando, y el próximo domingo visitará a Temperley con la ilusión intacta. La punta es verdinegra, y todo Mataderos está listo para seguir peleando hasta el final.

Liniers sigue dando pelea

El sol de la tarde caía sobre el estadio Juan Antonio Arias, mientras la tensión se palpaba en cada rincón. Era domingo, y Liniers se jugaba algo más que un partido: se jugaba el alivio de escaparle al fantasma del descenso. La Topadora del Oeste, bajo las órdenes de Diego Herrero, sabía que cada punto valía oro en este tramo final del Torneo Clausura de la Primera B. Y así, con el corazón en la mano, recibió a Dock Sud por la 18ª fecha.

El partido, sin embargo, pareció reacio a regalar emociones. Los minutos pasaban y Rodrigo Dimotta y Nazareno Pompei lo intentaban una y otra vez, pero la precisión les jugaba en contra en esos metros finales donde se decide todo. Diego Herrero no se quedó de brazos cruzados y tiró a la cancha a Ignacio Sallaberry, una pieza importante para la Topadora, buscando ese golpe de efecto que cambiara la historia. Pero el fútbol, a veces caprichoso, decidió que esta vez no habría héroes. El silbato del árbitro sonó y el 0 a 0 fue inamovible.

A pesar de la falta de goles, el empate no fue en vano. Liniers ahora se encuentra en el puesto 12° con 24 puntos, mientras que en la tabla anual alcanzó la 15ª posición con 43. Quedan nueve en juego, y la próxima parada será un desafío mayúsculo. Enfrentar al líder, Colegiales. Pero si algo ha demostrado la Topadora del Oeste, es que en este camino nunca se baja los brazos. Y en ese estadio, donde la esperanza se renueva domingo a domingo, cualquier cosa puede pasar.

Micaela Ailup