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El músico y vecino Marcos Salazar presentará temas nuevos con un concierto en vivo en el Teatro Rondeman

Marcos Salazar, músico y vecino del barrio de Saavedra, estrenará nuevas canciones con su banda en un concierto presencial que se desarrollará el sábado 2 de octubre a las 21 en el Teatro Rondeman (Lavalle 3177). Las entradas se pueden adquirir de forma online.

Los últimos lanzamientos del artista saavedrense serán “Live Session”, “Mire a su alrededor” y “Al fin llegaste”. Lo acompañarán los músicos Chaco Rampini (teclados), Nico Messina (guitarra) y Ger Cañete (batería). Interpretarán temas propios y versiones de clásicos del jazz fusión internacional y rock argentino de los años setenta.

Salazar es compositor, docente y productor. Egresó de la Escuela de Música de Buenos Aires (EMBA) y estudió con Machi Rufino y Javier Malosetti, entre otros. Se ha desempeñado como educador, músico sesionista y productor en diversos proyectos. En 2019 se publicó su debut solista: las temas “Brotes” y”Sleap”. Al año siguiente editó el single “Live Session”, con tres canciones.

-¿Cómo se vive la previa de un concierto donde vas a presentar tus últimos lanzamientos?

-Con mucha felicidad de poder llevar a cabo este show tan importante en mi vida, no todos los días se presenta material nuevo en vivo y menos con la pandemia que venimos viviendo, pero también concentrado y con la cabeza puesta en todos los detalles de lo que va a ser la noche del 2 de octubre en Teatro Rondeman.

Me siento muy contento de poder contar con los músicos que me van a acompañar esa noche, Chaco Rampini, Nico Messina y Ger Cañete. La banda está sonando super ajustada y eso genera mucha satisfacción y tranquilidad. Es un lujo poder contar con ellos.

También estoy súper agradecido por la compañía y la fuerza que me da la gente que me rodea, mis familiares y amistades más cercanas.

-¿En qué momento nació tu gusto por la música en general y en particular por tocar un instrumento? ¿Hubo algún hecho revelador o fue un proceso?

-Si bien en mi familia nadie tocaba ningún instrumento, me crié en una casa en la que se escuchaba mucha música. Cuanto tenía 8 años comencé a estudiar piano acá en el barrio, a 2 cuadras de la estación, y desde ese momento supe que me quería dedicar a la música.

Más adelante también estudié guitarra, pero a los 16 toqué por primera vez un bajo eléctrico y hubo una conexión especial. En ese momento sentí que era el instrumento que más me llegaba, y aún lo sigue siendo.

-¿Cómo fue el proceso por el cual encontraste tu gusto por el jazz fusión y el rock?

-El Rock es la música que escucho desde que nací, o antes, desde la panza de mi vieja. Ella escucha mucho a Charly y mi viejo al Flaco, también recuerdo que mis tíos escuchaban desde Led Zeppelin hasta Divididos y Los Redondos. Creo que el Rock es la música que heredé de mi familia, conservo aún algunos vinilos que se escuchaban en mi casa cuando era chico.

A medida que fueron pasando los años, fui estudiando con distintos profes y fui conociendo distintos artistas y distintos géneros. Fue ahí que me llamó mucho la atención el jazz, y también el jazz fusión, ya que son géneros donde el bajo por momentos cumple otros roles además de hacer la base, a veces realiza solos, y en otros casos hasta canta la melodía del tema.

-En 2019 salió tu primer trabajo solista ¿qué tan importante y qué significó en tu carrera musical?

-Fue un antes y un después, uno de los momentos más importantes en mi carrera. Ya venía con la idea de hacerlo hace tiempo, y en ese momento pude concretarlo. Siento que se alinearon todos los planetas.  Con Eze Bassanelli, Mario Avendaño y Fran Rampini grabamos “Brotes” y “Sleap” en formato Live Session.

Significó el aprendizaje de muchas cosas, por hacerse cargo uno mismo de llevar adelante su propio proyecto independiente, decidiendo qué hacer y de qué forma, logrando plasmar mi impronta personal en todos los detalles de cada producción.

-Desde entonces, ¿cómo has vivido cada presentación de material nuevo?

-Los últimos de una forma muy extraña por haberlo hecho de forma online, sin tener un contacto directo con la gente. La energía que se crea en una presentación en vivo es irremplazable. Por suerte ahora tenemos la posibilidad de volver a realizar shows en vivo, con el público presente en el lugar donde se toca.

-¿Cómo ha sido la conformación del grupo actual con el que tocás? ¿Cuál era tu búsqueda?

-Para el próximo show, el 2 de octubre, la formación será con Chaco Rampini en los teclados, Nico Messina en guitarra, y Ger Cañete en batería. Mi búsqueda es tener una banda que suene súper sólida, y que todos los músicos aporten su toque e ideas al proyecto, de esta forma nutrirlo entre todos y plasmar la personalidad de esa formación en ese momento. El repertorio va de temas super rockeros, a temas fusioneros con muchos climas, y solos de cada instrumentista. Me gusta que tenga esa variedad y se mueva entre los diferentes géneros.

-¿Cómo se desarrolló tu trabajo durante la pandemia?

-Al principio costó porque al cancelarse todos los shows en vivo y las grabaciones, esos trabajos desaparecieron de un día para el otro. Además empecé a dar clases de forma online, cosa que venía haciendo pero muy poco. Tuve que adaptarme lo más rápido que pude. Fue y es un golpe muy duro para toda la gente del ambiente.

-¿Cómo estás viviendo la vuelta de los conciertos en vivo? ¿Sentís que algo cambió más allá de los protocolos?

-La verdad con mucha felicidad de poder estar tocando de nuevo. Siento que se le da aún más importancia al show ahora, tanto los músicos como el público. Fue mucho tiempo sin vivir esas sensaciones. Lo único malo es que a pesar de todo lo ocurrido, el trabajo del músico en muchos lugares y en muchos casos sigue siendo menospreciado o no respetado. Ojalá llegue el día en los trabajadores de la música seamos igualmente respetados que los de otras profesiones.

-¿Hace cuánto vivís en Saavedra? ¿Qué es lo que más te gusta del barrio? ¿cuáles son los lugares qué más frecuentás?

-Vivo en el barrio desde que nací, lo que más me gusta es la cantidad de parques, y que aún conserva zonas tranquilas y bajas. Los lugares que más frecuento son la zona del convento, negocios de vecinos y casas de amigos, los “campitos” de Donado, y cada tanto una visita al Parque Saavedra.