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El Galpón de Ortúzar tiene su documental: “Un archivo para la memoria”

 

 

 

 

 

Fue realizado por las vecinas Violeta Favero Labal y Querubina Salazar y cuenta con “los testimonios de aquellos vecinos que tenían en el galpón una historia larga de resistencia y compromiso político, social, cultural”.

 

Por Juan Castro

 

“Contar la historia del espacio que nos abrazó tanto tiempo y que es un órgano vital del barrio”. Con esta premisa nació el documental sobre el Galpón de Ortúzar, el espacio social y cultural que estaba ubicado en la Plaza 25 de Agosto, pero que luego de más de dos décadas de existencia fue demolido por el Gobierno porteño para la instalación de un canil. “La comunidad está más activa que nunca y lo que se creó con el galpón no puede ser derrumbado”, resaltan las vecinas y autoras del trabajo audiovisual Violeta Favero Labal y Querubina Salazar.

El Galpón de Ortúzar funcionó en la esquina de Heredia y Charlone. Talleres, música en vivo, clases, bachillerato popular y tantas otras eran las propuestas coordinadas por los propios vecinos.

El 30 de septiembre del 2022 el Gobierno porteño, junto a la Comuna 15, envió efectivos de la Policía de la Ciudad y operarios para demoler el lugar, aduciendo una ocupación ilegal y que prefería instalar un espacio para mascotas.

Los vecinos se hicieron presentes y resistieron, organizaron vigilias y festivales artísticos, también impulsaron un amparo en la Justicia. Los ciudadanos buscaban una solución consensuada a través de una mesa de diálogo. No obstante, el GCBA terminó de demoler el galpón en abril de 2023, para iniciar las obras al poco tiempo. Sin inauguración oficial, el canil fue habilitado en julio pasado. En las rejas perimetrales, los vecinos habían colgado banderas con la leyenda “Reconstrucción del Galpón, ya”.

La vecina y realizadora audiovisual Violeta Favero Labal contó que, antes de la destrucción del galpón, tenían en mente con Queribina la realización de un documental sobre el barrio junto a Guillermo Borello y Mónica Feuer. “En el tercer intento de derrumbe del galpón, ante la impotencia de no poder hacer nada, de ver tantos policías, llevé la cámara y grabé la jornada”, recuerda como el momento en que cambiaron los planes y dieron lugar a la obra actual.

“Queríamos crear un archivo para la memoria de la comunidad”, resalta y agrega: “Nos parecía esencial que no se olvide lo que se creó ahí, la infinidad de proyectos y actividades que se gestaron, la comunidad que se forjó y lo violento y autoritario que fue su derrumbe”.

Las vecinas entonces se encargaron de escribir el guion en el marco de un trabajo sobre los 40 años de democracia en la Universidad Nacional de General San Martin, el cual fue aprobado y pasó a la instancia de producción.

“Con Querubina realizamos el guion, lo producimos y lo dirigimos. Además, ella hizo sonido junto a Paula de la Cruz y Joel Cortina Suarez, yo realicé la fotografía junto a Ximena Viveros, Marcos Tabbita y Valentino Lorenzo, en el montaje nos acompañaron Sebastián Pérez Delfino y Samuel V. Zuidwijk y la asistencia de dirección la realizó Valentina Reina Telesfora Martyn. Todos ellos compañeros de la Universidad que se propusieron para participar del proyecto”, repasa sobre el equipo que fue parte de este trabajo.

Sobre cómo se pensó la obra, Violeta repasa: “Nuestra idea principal era contar con los testimonios de aquellos vecinos que tenían en el galpón una historia larga de resistencia y compromiso político, social, cultural. Desde un primer momento los entrevistados iban a ser Facundo Avellaneda, Juan Martin Chippano (militantes, defensores y gestores del galpón) y Cecilia Beatriz Torres (vecina muy involucrada en el No a las Torres y en la Iterbarrial). Las entrevistas fueron muy emocionantes y las tres miradas se complementaron de manera sensible y política para contar la historia de nuestro barrio. Si bien ya estabamos involucradas y conocíamos la historia del galpón escuchar la historia en profundidad fue muy emocionante y al mismo tiempo hizo crecer nuestro sentimiento de indignación al saber que habían arrebatado un espacio tan esencial para la comunidad”.

El documental se presentó en público el 29 de diciembre en Gloria Gráfica (Elcano 4015), durante una jornada que incluyó además la proyección de Discursos del odio de Mora Garzón y cortos de Mil Faros.

“Se vienen tiempos difíciles pero la comunidad que construimos se fortalece cada día. La salida es colectiva y solidaria”, reflexionaron en el Galpón una vez finalizada esta exposición.

Por su parte, Violeta recuerda sobre la jornada: “El día del estreno fue bastante inesperado, antes de terminar el año queríamos proyectar el documental para que pueda verlo la comunidad del Galpón. Una semana antes encontramos un espacio, Gloria Gráfica. Nos recibieron con mucho amor y acordamos una fecha para proyectarlo junto con otros cortos sobre los 40 años de democracia. Difundimos la proyección y nos sorprendimos cuando llego el día, no solo estaban aquellos que habíamos visto resistiendo y cuidando la estructura del galpón si no que nos acompañaron muchos vecinos, integrantes del consejo consultivo, actores de distintos grupos del barrio, de la Traza, del No a las Torres”.

A la hora de evocar la juntada de fin de año en Gloria Gráfica, asegura que “fue realmente emocionante”. “Tuvimos un debate, pudimos recordar. Testimonios teñidos de tristeza y bronca pero también de agradecimiento y felicidad por formar parte de esta comunidad. Nos llenó de alegría lo bien recibido que fue el documental por nuestros vecinos, nos sentimos muy contenidas, emocionadas y agradecidas. Nos sorprendimos al escuchar el agradecimiento de los vecinos, fue ahí cuando el objetivo del documental estaba en parte cumplido. Pudimos devolver un poco de todo lo que el galpón nos dio, compartirlo y resguardarlo. Siempre va a ser parte de la memoria de nuestro barrio”.

Hoy el galpón como inmueble ya no está más, pero la unión de los vecinos sigue firme ante los nuevos desafíos del presente. “Como bien dice Juan Martin en el documental, el Galpón no son solo cuatro paredes si no que es la comunidad que se formó. Se siguen haciendo actividades, todavía hay clases en la plaza, hacemos un festival de música llamado Veinticiclo”, repasa Violeta.

Por eso, la vecina y realizadora afirma que “la comunidad está más activa que nunca y lo que se creó con el galpón no puede ser derrumbado”: “La red solidaria entre los vecinos está vigente ahora más que nunca y es la que resiste siempre para cuidar la identidad del barrio y a los vecinos en los tiempos que corren. El galpón somos vecinos que nos cuidamos unos a otros, cuando nos necesitamos acá estamos, para disfrutar y para resistir”.

“Pasar por la plaza y no ver el galpón fue y es muy duro, por un tiempo no quise ni pisar la plaza. El canil es un espacio vacío, un resultado absurdo que genera mucha bronca. Es ver los murales y recordar algo que alguna vez fue. Ahora, que veo a mis vecinos, que organizamos actividades, que nos encontrarnos, entiendo que la esencia del galpón no se fue cuando lo derrumbaron, sigue en la plaza y en el barrio. Es ir a la verdulería y saludar a tus vecinos, conocerlos a pesar de vivir en una ciudad gigante. Esos lazos son inquebrantables y son lo más lindo que tenemos en Villa Ortúzar”, concluye la vecina y realizadora.

 

 

 

 

 

 

 

 

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