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Arte urbano en Villa Cerini: el Grupo Presente pintó el mural “El resurrecto II” sobre Miller y Correa

La esquina de Miller y Correa luce un flamante mural de grandes dimensiones llamado “El resurrecto II” que fue realizado por el Grupo Presente, integrado por tres artistas que tienen su taller a pocas cuadras, en Vicente López. La obra se compone de varias imágenes que dialogan entre sí, generando una pieza digna de contemplar largo rato.

El Grupo Presente está integrado por Pedro Panichelli, Enzo Panzeri y Alejandro Torres. Para el mural de Saavedra tuvieron ayuda de su colega Jeremías Presutti.

Dentro del taller que está en Chacabuco 254 (Florida), realizan varias actividades. “En la semana damos talleres para adultos (tres horas) y los fines de semana, a niños y adolescentes (dos horas). También una vez al año hacemos una muestra anual con el trabajo de todos los alumnos”, cuenta Alejandro y suma: “También usamos el taller para trabajar nosotros tres; es un espacio para pensar ideas, pintar, un sitio de trabajo propio”.

Por su parte, Enzo cuenta sobre el proceso por el cual pintaron el mural en Saavedra: “Yo vivo cerca y pasaba siempre por ahí, nunca le había prestado mucha atención a la pared. Un día frené por la lluvia y noté que estaba buena. Pedí permiso a la gente del lugar para pintar, se coparon”.

“Pedro pensó en varias imágenes, en lugar de una sola a lo largo de toda la pared. Fue como hacer un collage. Luego, fue cuestión de ponernos de acuerdo en cómo hacer convivir todas las imágenes”.

Es así que el paisaje del pez se basa en una pintura del artista bohemio del siglo XIX Jacob Schikaneder. El Árbol, del ilustrador ruso contemporáneo Denis Korovobkov y el Sol es de la pintora inglesa Elizabeth Deane, también contemporánea y cuya obra se inspira en motivos árabes e indios, según explicaron.

Sobre la experiencia de pintar esta pieza, rememoran: “Tardamos seis días, a fines de diciembre. El boceto fue un rato, un par de horas en que combinamos las imágenes”.

En cuanto a la reacción de los vecinos, hubo un variopinto: “Hubo varias reacciones. La imagen tiene una calavera y un vecino se puso bastante hostil preguntando por qué eso y no otra cosa. Pedro le contestó “¿por qué no?”. Son situaciones que estamos acostumbrados a que sucedan. Por cualquier cosa alguien te puede plantear un “pero”. No se puede dejar contento a todo el mundo”. No obstante, reconocen que en general “hubo mucha buena onda de los vecinos, más allá del caso puntual”.

Sobre la esquina en particular de Miller y Correa, los artistas destacan que, a diferencia de otros cruces marcados por el tránsito y las avenidas, es “muy tranquila y pasa mucha gente caminando o en bicicleta”: “Así que la obra se hizo en un lugar bueno, con mucha interacción”.