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Adiós al giro a la izquierda en Rivadavia y Albariño

El Gobierno porteño decidió eliminar el histórico giro a la izquierda de la plaza Ejército de los Andes, en el límite entre Villa Luro y Liniers. Lo mismo ocurrió con los de Juan B. Alberdi, en su intersección con Araujo y con Pola, en Mataderos. Los expertos aseguran que es para agilizar el tránsito vehicular. Ahora, los automovilistas que vienen desde el Centro deben esperar hasta Murguiondo o Lisandro de la Torre para girar a la izquierda donde, en horas pico, la congestión es aún mayor.

Con la intención de agilizar el tránsito y reducir la congestión, especialmente en horas pico, el Gobierno porteño puso en marcha un plan para eliminar los giros a la izquierda en diversas avenidas porteñas. La medida comenzó a implementarse a mediados de julio pasado tras un relevamiento de las autoridades de Tránsito, y a la fecha ya fueron eliminados 40 giros en avenidas de doble mano. El plan, no obstante, prevé eliminar al menos el 30% de los giros de estas características.

En ese marco, a fines de septiembre pasado se eliminó el giro a la izquierda de avenida Rivadavia y Albariño -lindero a la plaza Ejército de los Andes- que permitía a los automovilistas que circulaban desde el Centro, ingresar al sector sur del barrio de Liniers o Villa Luro. Desde entonces, deben esperar hasta el cruce de Murguiondo o el de Lisandro de la Torre para girar a la izquierda. En ese sentido, aunque la medida colaboró en descongestionar notoriamente el tramo de Rivadavia que une a los barrios de Villa Luro y Liniers, generó el efecto inverso en el área más conflictiva del centro neurálgico de Liniers, que en horas pico -barreras del Sarmiento mediante- es un verdadero pandemónium.

Algo similar ocurrió sobre la avenida Juan B. Alberdi, en Mataderos, donde fueron quitados los giros a la izquierda en los cruces con Araujo y con Pola. En sentido a Provincia, ahora los automovilistas recién pueden girar en Alberdi y Pieres, donde desde hace años existe una dársena con ampliación de carril a tal efecto.

El objetivo de la medida, según indicaron desde el Gobierno porteño, es reducir las “demoras innecesarias” provocadas por aquellos vehículos que entorpecen el tránsito en su espera para virar. “El caso más claro ocurre en avenidas que tienen sólo dos carriles de circulación por sentido, donde las detenciones provocan el atascamiento completo de la avenida”, detallan los analistas. El caso de la avenida Alberdi es un ejemplo en ese sentido, cosa que no ocurre en Rivadavia, que posee tres carriles de circulación vehicular. Aquí la anulación del giro está vinculada con una cuestión de seguridad. Basta recordar el fuerte choque entre dos colectivos ocurrido a fines de agosto pasado en esa misma esquina, que de milagro no produjo víctimas fatales.

“Analizamos los principales puntos de congestión y concluimos que había giros que no funcionaban porque generaban grandes demoras en las principales avenidas de la ciudad. Por eso se están realizando pequeñas intervenciones que reflejan mejoras inmediatas en la circulación. Con el Plan de Ordenamiento de Tránsito queremos que todos puedan moverse de forma más segura y ordenada”, sostuvo al respecto el jefe de Gobierno, Jorge Macri.

Por su parte, Maximiliano Mosquera Fantoni, presidente de la Junta Comunal 9, agregó “Tránsito analizó de qué manera agilizar la circulación en distintos puntos de la Ciudad y consideró que tanto ese cruce de Rivadavia como los de Alberdi entre Escalada y Larrazábal, generaban congestión de tránsito y peligro de accidentes. En todos los casos los giros se quitaron en forma definitiva”.

Lo que no se han quitado, no obstante, son las cámaras de control vehicular. Quienes infrinjan la medida sobre los giros prohibidos, tendrán una multa de 47.139 pesos.