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Vuelta a clases: de primer a tercer grado no usarán barbijo para garantizar la alfabetización

El ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, informó que en la vuelta a clases, que iniciará desde este lunes 21 de febrero, solo los alumnos desde el cuarto grado de primaria usarán barbijo o tapabocas.

“El barbijo de primer a tercer grado no permite que los niños hagan un desarrollo apropiado de la lectoescritura y de la alfabetización, porque la adquisición del lenguaje en el niño tiene mucho que ver no solo con escuchar la palabra -que además con el barbijo a veces no la escuchan bien-, sino de poder leer los labios y de acompañar con la visión el aprendizaje”, precisó el funcionario.

Según Quirós, hay evidencia local y mundial sobre las “dificultades en la adquisición de los lenguajes en esos niños durante la pandemia”.

“Nosotros creemos que el daño que genera el barbijo de primer a tercer grado sobrepasa los riesgos del contagio, sobre todo en un escenario donde han bajado muchos los casos y hemos vacunado muchísimo. Dado ese balance, creemos que es conveniente que esos niños puedan estar sin barbijo”, añadió.

A principio de mes, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, informó cómo será la vuelta de las clases en territorio porteño, a partir del 21 de febrero en primaria y del 2 de marzo en secundaria. “Necesitamos que las escuelas vayan volviendo a la normalidad. Los alumnos necesitan tener rutinas estables, pero sobre todo necesitan un contacto normal y fluido con los docentes y compañeros”, indicó.

“Ninguna escuela va a exigir el pase sanitario. Ampliamos los centros de vacunación para que cada familia, junto a su médico pediatra, decida con libertad en qué momento vacunar a sus hijos”, introdujo el mandatario y sumó: “vamos a eliminar el sistema de burbujas. Hasta diciembre, cada aula funcionaba como una burbuja que no tenía contacto con las demás. Ahora eso vuelve a la normalidad y todos los espacios de interacción de los chicos van a ser libres”.

“Al eliminar las burbujas, también se elimina el aislamiento por contacto estrecho. Antes, frente a un caso positivo, toda la burbuja quedaba sin ir a la escuela. Ahora, frente a un caso positivo, se tiene que aislar el chico o el adulto que dio positivo y dar aviso a las familias para que, junto con el personal de la escuela, puedan estar atentos a si alguno de los otros chicos presenta síntomas, pero nadie va a perder días de clases”, explicó.

“Algunas medidas del protocolo general de las escuelas se van a transformar en recomendaciones y otras directamente se eliminan, como la demarcación del sentido de circulación, el ingreso escalonado o los turnos en el comedor”.

“Les recuerdo a las familias que el 21/2 vuelven a clases los chicos de primaria y el 2/3 vuelven los de secundaria. Además, no se olviden del calendario nacional obligatorio de vacunación. Es muy importante que sus hijos se apliquen las vacunas que le corresponden según su edad”, concluyó el mandatario porteño.

A la hora de defender la medida, fuentes porteñas indicaron sobre el panorama sanitario vigente: “Descenso en la curva de contagios: la semana pasada el promedio de nuevos casos diarios era de 9.500, hoy es de 4.666, lo que refleja una baja del 51%. 21.5% de ocupación de camas de Terapia Intensiva del Sistema Público destinadas a pacientes con coronavirus”.

Sobre la campaña de vacunación en el área educativa: “Personal docente y no docente: el 100% (100 mil) de los que se inscribieron recibieron al menos una dosis. El 93% de ese total cuenta con la segunda dosis y el 65% ya se aplicó la dosis de refuerzo. Adolescentes de 12 a 17 años: el 85% (201.655) tiene la primera dosis y el 78% (184.241) ya cuenta con las dos dosis. Chicos de entre 3 y 11 años: el 68% (248.084) recibieron la primera dosis y el 54% (196.785) ya cuenta con las dos dosis”.

Asimismo, el Gobierno porteño analizó el impacto de la pandemia en los estudiantes: “El último año en el que se dictaron las clases normalmente fue en 2019. A lo largo de los últimos dos años se adaptaron las clases y los procesos de aprendizaje para minimizar el impacto en los alumnos. A pesar de los esfuerzos y de la puesta en marcha de nuevas herramientas, una encuesta realizada en septiembre de 2021 por el Ministerio de Educación porteño puso en evidencia el impacto socioemocional de la pandemia en los estudiantes de Nivel Secundario. La mitad manifestó sentirse ansioso (50.5%) o frustrado (46.6%) y sostuvo que se redujeron tanto sus horas de sueño como su actividad física”.

“Un porcentaje significativo también expresó sentir tristeza, miedo, aburrimiento, y que el vínculo con sus amistades se vió muy afectado. Asimismo, los períodos de clases virtuales tuvieron consecuencias en el aprendizaje, en el aumento de la deserción a nivel nacional y en la organización familiar”, añadieron fuentes oficiales.