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Una canción inspirada en Almagro

La cantante, compositora y multiinstrumentista Guada Galeano lanzó su primer single llamado “Avenida Díaz Vélez”, una canción inspirada en vivencias del barrio de Almagro. El tema lo escribió y grabó hace años, incluso lo tocó en vivo varias veces. Ahora llega a todos los públicos y se puede disfrutar en las plataformas online.

“El suceso que me motivó a escribir el tema ocurrió en la Avenida Díaz Vélez de Almagro una vez que estaba de visita en Buenos Aires. Ahora, cuando paso por el lugar recuerdo lo vivido. Me causa gracia porque soy fan de lo urbanístico, las ciudades, los lugares y me gusta tener un tema que tiene el nombre de un sitio específico que es conocido por la gente, me gusta la idea de que puedan ubicarlo y sentir curiosidad”, dijo la autora.
“Mis canciones las hago por alguna experiencia personal, siempre lo que hace nacer el tema es la letra. Soy de anotar muchas cosas, lo que veo o me pasa. Con el ritmo del habla se configura el ritmo de la canción. El instrumento que más uso es la guitarra para componer, el que más me gusta usar para tocar en vivo”, agrega.
“Cuando se ríe, veo tu expresión en cada filo. Y ahí no me alcanza esquivar tu recuerdo escondido. Achina los ojos, frunce la nariz. Te veo en rostros ajenos. Esquivo Almagro y aun te oigo rugir”, dice parte de la letra de la joven artista.
Este trabajo musical “estuvo listo y guardado esperando a que me animara a sacar mi música”, expresó Guada al subir la canción a las plataformas digitales a fines de julio.
La historia de “Avenida Díaz Vélez” inicia cerca de 2016 y recorre parte de la trayectoria de Guada, quien estudió ingeniería de sonido y hoy está a poco de recibirse de profesora de música. Luego de haber aprendido de forma autodidacta, toca el saxo en el grupo Neodoppler y la guitarra en El Orden de Todas las Cosas. También compone y canta sus propias canciones, recorriendo los centros culturales de la escena emergente local.
Guada creció en Rafael Castillo, La Matanza, y desde muy niña la música fue parte importante de su vida. A los tres años cantaba hits de Cristian Castro como “Azul” debido a que una prima de su padre, fanática del ídolo de pop latino, vivía con ellos. Además, su abuela fue una figura central en todo sentido: “Era una señora muy inteligente, muy autodidacta. Ella tocaba el órgano. Uno de mis recuerdos más grandes es verla sentada al lado de la ventana tocando las canciones de la iglesia en su Casio”.
“Además, yo iba con ella a la iglesia y tocaba la flauta en el grupo de las misas, mis papás se cansaron de escucharme tocar la flauta, no me aguantaban más”, bromea y agrega que para uno de sus cumpleaños le regalaron un pequeño acordeón.
Debido a la influencia de su abuela, el órgano fue primer instrumento que empezó a tocar a fondo. “Ella me enseñó algunos acordes, los nombres de las notas”.
Su abuela es una influencia hasta el presente y por eso tiene el recuerdo bien cerca suyo. “Mi abuela en sus últimos años aprendía a tocar la guitarra. Tenía los acordes anotados en un cuadernito. Ella falleció hace 13 años y yo tengo en casa sus cuadernos pentagramados donde anotaba sus estudios de música. Son un tesoro para mí”, asegura la joven artista.
“Por suerte, mis padres me permitieron poder transitar varias disciplinas artísticas, la música fue la que más me llamó la atención. Pasaba muchas horas del día cantando, tocando la flauta, escuchando mucha música. También me gustó porque lo hacía en grupo, iba a la iglesia y ahí había muchos chicos cantando, tocando la guitarra”.
Cuando ella tenía cerca de 10 años, su familia se mudó a Neuquén. Su padre se había quedado sin trabajo en Buenos Aires y le surgió una oportunidad en el sur. “Allí fue el lugar donde aprendí a tocar la guitarra, compuse mis canciones”.
“Me hizo bien tener la oportunidad de crecer y pasar mi pubertad y adolescencia lejos de Buenos Aires. El poder salir a caminar, ir en bici al río… Una vida muy distinta. Te da tiempo de pensar en otras cosas, ver la naturaleza, el silencio. Esas cosas inspiran muchísimo, influyó mucho en mí a la hora de componer mis canciones”.
“En el Estudio Musical del Sur con mi profe Jorgelina tomé clases de canto. También clases de guitarra, aprendí a leer partituras. A fin de año hacíamos muestras, teníamos la oportunidad de armar pequeños ensambles y tocar en bandas. Fue super formativo y divertido. A los 16 años integré el Coro de Jóvenes de la Confluencia y se me abrió un mundo hermoso, hacíamos arreglos colectivos, nos íbamos a comer pizza e improvisábamos, hacíamos juntadas, los conciertos eran preciosos”, recuerda sobre aquella época.
En sus últimos años en Neuquén hizo un viaje por poco tiempo en Buenos Aires. Allí tuvo vivencias que la inspiraron a escribir la canción que terminaría siendo “Avenida Díaz Vélez”. “La composición arrancó en 2016 con una versión primitiva que incluso toqué con una banda allá en el sur”, recuerda Guada y de hecho hay algunos registros audiovisuales en sus redes.
Cuando la cantora cumplió 19 años y terminó la secundaria técnica, volvió a Buenos Aires con el objetivo de estudiar ingeniería de sonido, por lo que se anotó en la Universidad de Tres de Febrero y residió un tiempo en una pensión cercana a la sede estudiantil.
En aquella transición es que terminó de darle forma a la canción: “Al año y medio de volver a Buenos Aires, me hizo un clic en la cabeza y terminé de componer. Había una parte que yo sentía que le faltaba al tema y ahí pude hacerlo”.
Entre 2018 y 2019 pudo grabarlo finalmente. “Tuve la fortuna de trabajar con Hernán Calvo (quien fue uno de sus profesores en la carrera) en una de mis canciones. Todo lo que aprendí en el proceso es invaluable. Estoy eternamente agradecida con él y los músicos que prestaron sus manos para grabar teclados (Marcelo Telechea) y batería (Esteban Tonetti)”, recordó Guada al lanzar el single este año.
Además de grabar “Avenida Díaz Vélez”, luego de instalarse en Buenos Aires Guada empezó a gestar sus proyectos musicales colectivos, como ser guitarrista en El Orden de Todas las Cosas, grupo con el que llegó a grabar un disco.
Además, de forma autodidacta aprendió a tocar el saxo y se sumó al grupo Neodoppler. “Cada canción es un proceso enorme, la verdad es muy bonito grupo humano, los quiero mucho”, indicó sobre esta última experiencia. “Tenemos material que se está mezclando y lo vamos a sacar dentro de poco”, agregó.
Entre otras experiencias, fue sesionista de la artista de R&B llamada Memu: “Tuve que aprender a tocar e interpretar la música de otra persona, seguir el estilo que el otro quiere, fue una experiencia super enriquecedora técnicamente. Con ella conocí cuestiones como el armado de la escena, guionar un espectáculo, pensar un vestuario, pensar el espacio en el que vas a tocar”.
A medida que Guada sumaba horas de vuelo en escenarios y grabaciones, “Avenida Díaz Vélez” seguía como una cuestión pendiente. La grabación estaba hecha, faltaba ponerla al alcance del público hasta que este invierno subió la canción a plataformas como YouTube o Spotify.
El arte de tapa de este single también fue elaborado por ella y es significativo sobre todo este camino musical recorrido: “Lo hice con una foto que tenía en una compu vieja. Una vez cruzaba una calle y sobre la senda peatonal había un rollo de cámara todo destartalado. Hubo algo de eso que me pareció muy bonito. Alguien sacó estas fotos, que son recuerdos, pero ahora estaban tirados. Entonces les saqué la foto”.
“Cuando iba a sacar el tema, no me sentía identificada con sacarme una foto actual mía. La persona que grabó esta canción no es la Guada de hoy, es la Guada de hace unos años. Esa foto es de esa época. La edité y le superpuse otras fotos con otras texturas para que representara el sonido de la música. Siento que al final es representativo, es una calle, un recuerdo de algo, es un destello de colores”, finaliza la joven artista sobre esta canción tan significativa a lo largo de su carrera musical.

J.M.C.