Cooperativa de Editores de Medios de Buenos Aires
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Inteligencia Artificial en el aula ¿Sí o no?

El avance tecnológico y su relación con la educación escolar.

Por la Lic. Vanesa Aichino (*)

Si miramos en retrospectiva hacia el año 1984, momento en el cual se estrenó la película “futurística” Terminator, nos causa diversas sensaciones el tan sólo pensar el uso de la Inteligencia Artificial en las aulas ¿Acaso ya ha llegado ese futuro distópico? ¿En qué lugar nos ubicamos los docentes? ¿Ignoramos a la IA o la incorporamos a la vida escolar? Podemos sumar numerosos interrogantes más a esta tecnología. La escuela no es impermeable a lo que ocurre en la sociedad, sino un fiel reflejo de ella. Como profesionales de la educación debemos acompañar estos cambios buscando que vayan insertándose en nuestra labor, no imponiéndose sino dándoles espacio en las aulas con un propósito pedagógico. La IA puede ser una herramienta poderosa para los maestros de grado y curriculares en la educación primaria en diversas áreas del conocimiento. Primero hay que atreverse y sumergirse en esta tecnología para poder usarla como un recurso didáctico. Vamos a mencionar algunas formas en las que los educadores podrían aprovecharla para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Es fundamental explorar las diversas formas en las que la inteligencia artificial puede enriquecer nuestra práctica pedagógica, no solo representa una herramienta poderosa, sino también una aliada que puede transformar la forma en que enseñamos y los estudiantes aprenden.

Hay programas de tutoría virtual. Los alumnos pueden interactuar con programas de tutoría virtual creados para practicar habilidades matemáticas, gramaticales o de lectura, entre otras. Estos programas pueden proporcionar retroalimentación instantánea y adaptar el nivel de dificultad según el progreso del niño. Además de lograr una ejercitación, la IA adapta las actividades a cada uno de ellos. Se pueden crear historias interactivas. Los alumnos pueden utilizar herramientas de generación de historias utilizando la IA para crear narrativas interactivas. Esto no sólo fomenta la creatividad, sino que también mejora las habilidades de escritura y comprensión. Se les puede enseñar a los estudiantes a realizar investigaciones personalizadas comenzando por comprender que no todo lo que expresa esta tecnología es verdadero sino verosímil, parecido a la realidad. La respuesta que nos dará depende de la información que contenga. Aquí se puede trabajar la comparación de fuentes bibliográficas, sin cernirnos sólo a esta herramienta tecnológica. Los jóvenes pueden recibir recomendaciones personalizadas sobre proyectos de investigación basados en sus intereses y niveles de competencia. Esto les ayuda a explorar temas de manera más profunda y significativa.

También existe la posibilidad de plantear juegos educativos adaptativos. Los docentes pueden emplear esta actividad lúdica que se ajuste automáticamente al nivel de habilidad y de conocimientos de cada uno de los chicos. Estos juegos pueden ser una herramienta divertida para practicar vocabulario, matemática u otros conceptos. Se pueden presentar actividades sobre estadística con análisis de datos y gráficos. Los estudiantes pueden trabajar con herramientas de IA que les ayuden a analizar datos y crear gráficos visuales para presentar información de diferentes materias como ciencias naturales y sociales, matemática, etc. Otra propuesta se relaciona a las simulaciones y experimentos virtuales. Utilizando simulaciones basadas en la inteligencia artificial se pueden llevar a cabo experimentos virtuales en ciencias, explorar conceptos matemáticos complejos o comprender fenómenos naturales de una manera interactiva y práctica. Una actividad cotidiana en lengua se trata de seguir a un autor o autora para comprender y visualizar las características de la escritura del/la artista analizando, además, aspectos relacionados al tiempo histórico y el contexto. Después de leer varios textos, los jóvenes pueden escribir el propio y pedirle a la IA que lo transforme acorde al autor trabajado. Es un excelente ejercicio de escritura y reflexión. Éstas son sólo algunas ideas de cómo un maestro de educación primaria podría integrar la inteligencia artificial en actividades educativas para enriquecer la experiencia de aprendizaje de sus alumnos y promover un enfoque más personalizado y efectivo en el aula.

El puntapié inicial debería ser la enseñanza de “promptear”, es decir, cómo uno solicita una actividad a la IA, qué cuestiones se deben tener en cuenta, cómo escribirlo, qué detalles son imprescindibles, y que todo lo mencionado influirá en el resultado final. En resumen, la inteligencia artificial ofrece un vasto potencial para mejorar la enseñanza y el aprendizaje en todas las áreas del conocimiento en la educación primaria. Como docentes, es crucial que exploremos activamente las oportunidades que ella nos brinda para enriquecer nuestra propia práctica pedagógica y brindar a nuestros estudiantes una educación de calidad, adaptada a sus necesidades individuales y respetando sus trayectorias escolares.

Herbert Marshall McLuhan nos dice: “Estamos en un coche yendo hacia el futuro utilizando sólo nuestro espejo retrovisor”. De nosotros depende aceptar el cambio y las reglas de juego sin perder la mirada en los procesos tanto de enseñanza como de aprendizaje.

(*) Aichino es licenciada y magister en Educación, Supervisora Escolar del D.E. 6 y vecina de Liniers.