El consumo de carne bajo un 10,5% en el comienzo del año 2021
Son los datos que resultan de un trajo de investigación sobre el primer bimestre de 2021, desde el barrio porteño de Mataderos las noticias que llegaban no eran buenas, tan del mercado de hacienda como de frigoríficos y gran concentración de carnicerías minoristas.
En el marco de una crisis económica alta inflación, empleo estancado y salarios a la baja, el consumo de carne vacuna cayó 10,5% en el primer bimestre del año, es lo que señala en un informe la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
En el informe se especifica que en momento de crisis siempre el recorte en alimentos viene por el lado de la carne vacuna.
La faena de hacienda se ubicó, en febrero, en 1.039 millones de cabezas, con una participación de hembras un poco por encima del 45%, en torno al límite superior del rango compatible con el sostenimiento del rodeo vacuno. La faena, dijo la cámara, “implicó una recuperación, luego de las restricciones de abastecimiento que plantearon los conflictos gremiales de los transportistas en el primer mes del año”. Así, los ingresos registrados en el Mercado de Liniers, corregidos por el número de días laborables, también indicaron un rebote respecto a los verificados durante enero pasado.
En tanto, en los dos primeros meses del año, el mercado interno absorbió 331.400 toneladas de res con hueso, lo que representó una baja de 10,5% interanual respecto a 2020 (370.400 tns).
Desde Ciccra remarcaron que desde hace varios años la situación es cada vez peor. Con el dato de febrero incluido, el consumo de carne vacuna por habitante fue de 49 kilos por año (promedio móvil de los últimos 12 meses). Si se compara con el promedio de febrero de 2020, se registró una caída del 3,2%.
Mientras tanto, al comparar el consumo del último mes con el pico alcanzado en febrero de 2008, cuando se ubicó en 68,9 kilo por habitante al año, la caída fue del 28,9% (-19,9 kilos).
Desde la cámara consideraron que los factores que más influyen en esto son la caída del poder adquisitivo, “potenciada por el mayor nivel de desempleo que retira a las familias del mercado”.
“Dicho en otros términos, las familias deben comprar carne vacuna a los precios nuevos con ingresos viejos, es decir, todavía sin actualizar por inflación”, añadieron.
El dato que quizás más preocupa al consumidor es en febrero, los mostradores de las carnicerías del Area Metropolitana de Buenos Aires (Amba) registraron una suba de solamente 1,1%. Si bien el Indec aún no publicó el IPC de febrero, la suba de la carne quedó debajo del índice general, algo que no venía ocurriendo. Aun así, el consumo no repuntó.
Sin embargo, la cadena se está desequilibrando. El precio relativo carne vacuna/hacienda en pie cayó 4,9% intermensual, ubicándose en niveles de diciembre de 2019. Desde 2010 que no hay un precio relativo tan bajo, lo que significa, también, que no se trasladaron todavía los verdaderos costos al consumidor.
“Ahora bien, la evolución de los precios de la hacienda en pie y de la carne vacuna en el mostrador en los últimos tres años muestra que desde 2019 la suba del precio de la hacienda en pie en el Mercado de Liniers fue significativo, pero ‘siguió desde atrás’ (es decir, fue inferior) al avance del precio de la invernada. Entre julio de 2019 y enero de 2021 el precio de la invernada aumentó a un ritmo de 6% equivalente mensual (186,5% entre puntas) y el precio promedio de los animales comercializados en Liniers subió a un ritmo de 5,4% equivalente mensual (acumulando un alza de 157,1% entre julio de 2019 y enero de 2021)”, dijo Ciccra. Sólo el período de ‘cuarentena’ más estricto mostró una fuerte recuperación, que luego y rápidamente se diluyó.
En esa línea, se vieron afectados también los precios de alimentos sustitutos. Por ejemplo, durante el mes pasado, el pollo aumentó 5,7% mensual y el promedio de los cortes de carne porcina se incrementaron 1,8% entre enero y febrero.
“En términos comparativos, en el segundo mes del año los cortes vacunos se abarataron 4,3% con respecto al pollo y 0,7% respecto al promedio de los cortes porcinos. Y cuando se contrasta con abril de 2018, las subas fueron de 290,1% para el promedio de los cortes vacunos, 297,1% para el pollo y 267,8% para el promedio de los cortes porcinos”, destacaron desde Ciccra.
“Esto implica que en los últimos treinta y cuatro meses, el precio promedio de los cortes vacunos avanzó levemente más rápido que el precio promedio de los cortes porcinos (6,1%), pero fue por detrás del precio del pollo (-1,8%)”, concluye el documento.
Según un informe del Ipcva, los precios en Capital y GBA subieron 1,1% en enero, con subas leves (+1,2%) en las carnicerías mientras que en los supermercados se observaron precios con caídas leves del 1,2%. Contra febrero de 2020, subieron 73,1%, muy por encima de la inflación.
Hamburguesas congeladas y picada común registraron las mayores alzas (+6,5%) mientras que matambre (-2,9%), asado de tira (-1,7%) y vacío (-1,4%) registraron bajas.
Los precios de la carne vacuna tuvieron incrementos leves (+0,4%) en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto. En los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, los precios mostraron alzas de 0,8% mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios mostraron alzas moderadas mayores: 2,1%.
Nota sobre el mercado de la carne vacuna basado en informe de Ciccra y El Economista
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