El 55% de los residentes en barrios populares porteños tiene menos de 29 años
El Observatorio de Géneros y Políticas Públicas elaboró un estudio sobre barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires llamado Ciudad Desigual y concluyó que “la mayor población de barrios populares son niñes y jóvenes entre 0 y 29 años, que representan el 55% mientras que en el resto de la ciudad suman 32%”.
“El 27% de las personas que viven en barrios populares de la ciudad de Buenos Aires tienen entre 0 y 14 años. Dentro de este sector, las personas menores de 4 años son el 3% del total de habitantes. Esta amplia proporción de jóvenes es relativa a una población que tiene más dificultades para llegar a la vejez. En los barrios populares solo el 6,43% de su población tiene más de 60 años, mientras que en el resto de la ciudad representan el 27% del total. En los sectores más excluidos la esperanza de vida es menor”, expone el informe.
“En las estadísticas públicas de la ciudad (2019) se observa que en la comuna 8 (Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo), donde señalamos existe el mayor conglomerado de población de barrios populares, el promedio de esperanza de vida alcanza los 69,3 años en los varones y 74,8 años para las mujeres. Mientras que en comunas del norte con alto nivel adquisitivo, como la Comuna 2 (Recoleta), es de 78,2 años para varones y 84 años en mujeres. La diferencia es de casi 10 años de vida en detrimento de aquellas comunas donde se encuentran la mayor cantidad de hogares populares”, se agrega.
Otra conclusión del informe: “El 93% de los barrios populares en la ciudad no cuenta con acceso formal al agua corriente, el 75,4% no tiene acceso formal a la red cloacal, el 77,2% no cuenta con acceso formal a la red eléctrica y el 98,2% no accede a la red formal de gas natural”.
También se asegura que en las comunas del sur (4, 7, 8 y 9) se concentra el 95% de la población total que vive en barrios populares. En la comuna 8, donde se agrupan 16 barrios populares, habita el 50% de la población residente en barrios populares de la ciudad y en la comuna 4, que nuclea 15 barrios, se encuentra casi el 30%.
En los barrios populares de la ciudad de Buenos Aires el 63,5% de las viviendas tiene como responsable de hogar una mujer según el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP).
Otros datos del estudio: los hogares monoparentales que representan el 9% del total, están a cargo de mujeres en el 89% de los casos. La brecha de ocupación, es decir quienes tienen un trabajo con ingresos, es de casi 30 puntos porcentuales: 67,1% en los varones y 39,3% para las mujeres en barrios populares. La condición de trabajo sin ingresos afecta al 23% de las mujeres y apenas el 0,5% de los varones de los barrios populares. Entre las personas que no tienen trabajo en los barrios populares también hay más mujeres, el 32,2% de las mismas está en esta situación”.
Ante estos datos, el Observatorio de Géneros y Políticas Públicas concluye: “Este informe nos permite realizar una primera aproximación a la situación de mujeres e identidades feminizadas en los barrios populares de la ciudad a partir de variables que consideramos estructurales, como son la vivienda, trabajo e ingresos. Los datos corresponden a una situación previa al covid, ya que la referencia es el año de presentación del relevamiento de barrios populares en 2019. Es posible que varios indicadores que exponemos hayan empeorado debido a la crisis sanitaria. La realidad de los barrios populares es una pieza urgente de un mapa que debe ser necesariamente ampliado y enriquecido para aprender la geografía de la vulnerabilidad de los cuerpos de esta ciudad, en el área metropolitana que la contiene”.
“El problema habitacional no solo existe en estos barrios sino que se extiende a hoteles, pensiones, inquilinatos y a los sectores de la población que se ven afectados por el precio y condiciones del alquiler. La ausencia de estadísticas públicas integrales que comprendan la población travesti trans convive con la información deficitaria sobre cómo se habita en la informalidad y precariedad de los barrios populares. La ciudad donde se distribuyen desigualmente los ingresos y recursos, el acceso al trabajo y el uso del tiempo, tiene que ser re-pensada con una perspectiva de derechos. Las políticas públicas son herramientas fundamentales para intervenir en las condiciones que impone el mercado y alentar el desarrollo humano integral a partir del acceso a la vivienda, el trabajo y el uso del suelo que más concentra bienes y servicios, pero exclusivamente para aquellos que pueden pagarlos”, suman.
“Las principales beneficiarias de la integración urbana, la promoción del trabajo y de las políticas de provisión de cuidados deben ser mujeres e identidades diversas porque son las que más afectadas resultan de las inequidades que hemos desarrollado. Las desigualdades generan nuevas formas de exclusión y violencia. Es vital construir una nueva geografía con justicia ambiental, justicia social y redistribución feminista de las riquezas”, concluyen.
El informe fue elaborado por Victoria Freire con la colaboración de Mariana Aranovich, Florencia Cascardo, Eugenia Testoni, Julieta Campana, Gisele Trebotic.