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Cuidados de la salud renal en el Garrahan

La doctora Marta Adragna, Jefa del servicio de Nefrología del Hospital Garrahan del barrio porteño de Parque Patricios explicó que en Argentina, 1 de cada 8 personas padece algún grado de enfermedad renal crónica, lo que equivale a más de 5 millones de argentinos. Si bien este panorama no es tan frecuente en la población pediátrica, los controles de riñones se vuelven fundamentales ya que la mayoría de las enfermedades renales no se manifiestan: es decir, que no presentan síntomas hasta estar muy avanzadas, lo que disminuye las chances de recuperación.

Las enfermedades renales no transmisibles pueden prevenirse y también se puede retrasar su progresión en etapa terminal con el acceso a diagnósticos básicos precoces y el tratamiento temprano. Así, incorporar chequeos renales básicos a los análisis de rutina es la base de la prevención en salud.

Las principales causas de enfermedad renal en la infancia son las malformaciones estructurales de los riñones y las vías urinarias, seguidas por el Síndrome Urémico Hemolítico y las glomerulopatías, que pueden llevar a la necesidad de reemplazo de la función de los riñones.

La prevención de estas enfermedades para niños y niñas debe comenzar antes del embarazo. Las medidas más importantes que pueden tomarse tienen que ver con los patrones de alimentación, la realización de actividad física en forma diaria y la no exposición a factores de riesgo como el humo de tabaco, el alcohol y los medicamentos agresivos a los riñones durante el embarazo y el crecimiento.

El diagnóstico de enfermedad renal puede ser un gran desafío tanto para el paciente como para las personas que lo rodean. En sus etapas avanzadas, la enfermedad renal impacta fuertemente en la vida de los pacientes con efectos secundarios como fatiga, dolor, depresión y deterioro cognitivo.

El manejo actual y el tratamiento de esta enfermedad tiene como objetivo prolongar la vida preservando, restaurando o sustituyendo la función renal. Este enfoque centrado en la enfermedad puede ser inadecuado ya que no refleja satisfactoriamente los deseos y valores de los pacientes que priorizan mantener su rol y funcionamiento social mientras mantienen una apariencia de normalidad y un sentido de control sobre su salud y bienestar.

Asemejar la vida del paciente renal a la “normalidad” incluye algunos hitos fundamentales que no son solamente el tratamiento farmacológico o dialítico sino la alimentación, la actividad física y social. Veamos.

Una triada de bienestar: alimentación saludable, actividad física y vida social activa

Según Clarisa Vezzani del Área de Alimentación, una de las funciones de la alimentación es que dé placer. Pensar no solamente en el ingreso de nutrientes al cuerpo sino en la transmisión de cultura que se da cada vez que nos sentamos a la mesa con otra persona.

Es por esto que en lo referente a la enfermedad renal, en los primeros momentos se promueven cambios en la alimentación saludable, con una búsqueda de evitar el exceso de sodio y la aparición de sobrepeso, algo extensivo a la población pediátrica de Argentina.

La incorporación de frutas y verduras a una dieta sana desde la infancia, el control del peso y la realización de actividad física, son fundamentales para prevenir y mejorar las afecciones renales.

En cuanto a la actividad física, los pacientes y las familias ven difícil implementarla por múltiples motivos: la falta de tiempo por la asistencia a controles, a tratamientos como diálisis y a las internaciones. Por eso, las intervenciones como la intradiálisis y la adecuación de los diferentes deportes pre y post trasplante renal son una manera de incorporarse a una dinámica más cotidiana que acerca a los pacientes a sus pares cubriendo así también una parte muy importante de la salud que es el bienestar social.

La enfermedad renal en los más chicos impacta mucho porque reduce la capacidad para participar en actividades cotidianas como la escuela, el deporte, el trabajo, los viajes y la socialización en años donde el vínculo con los pares es fundamental para un crecimiento agradable.

El equipo de atención renal en el Garrahan

El equipo de Nefrología de nuestro hospital está conformado por 10 nefrólogos, 4 enfermeras de Diálisis Peritoneal, 6 técnicos de Hemodiálisis y 14 enfermeros especializados en Trasplante Renal. El servicio lleva más de 30 años trabajando en forma interdisciplinaria ampliando la atención con la ayuda de pediatras, urólogos, endocrinólogos, cardiólogos y otros especialistas y con el sostén permanente de los equipos de Alimentación, Salud Mental y Servicio Social.

En nuestro servicio realizamos la atención integral de todo el espectro de la enfermedad, abarcando desde la prevención, el seguimiento de la patología crónica ambulatoria, la diálisis y el trasplante renal, siendo el mayor y más importante centro de diálisis y trasplante pediátrico del país en número de pacientes y calidad de los resultados: más de 13000 consultas ambulatorias anuales, más de 40 niños en diálisis, más de 40 trasplantes anuales y cerca de 1000 realizados desde la apertura del servicio.