Cooperativa de Editores de Medios de Buenos Aires
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Jala Neti

Uno de los principios del Yoga es la limpieza. Los kriyas, esos movimientos repetitivos que calientan las articulaciones, son un modo de limpieza de justamente las articulaciones en cuestión y sus respectivos conductos energéticos. Otras limpiezas que los occidentales hacemos a diario son también importantes para el practicante de Yoga. Muchas escuelas recomiendan una ducha antes de la práctica para evitar olores cuando el cuerpo entra en calor. Una menos conocida para el occidental es la limpieza interna del órgano externo de la respiración: la nariz. Para el sistema que vamos a comentar ahora es necesario una lota, un recipiente con pico similar a una pava. Adentro se pone agua limpia con temperatura del cuerpo y un poco de sal y/o bicarbonato de sodio, de ese modo el agua no molesta.

El procedimiento es el siguiente: se coloca el pico sobre una fosa nasal y se comienza a verter el agua tapando la otra fosa hasta que uno siente que hay agua suficiente y destapa para que fluya por la segunda fosa. Luego se exhala con fuerza, una fosa nasal por vez y se repite del otro lado. Si el agua alcanza se hace varias veces. Puede salir mucosidad y en las ciudades puede venir acompañada de un hollín. Para terminar se exhala con mucha fuerza llevando la cabeza en diferentes direcciones. Cuando parece que ya no queda nada de líquido se puede hacer un asana invertido, donde la cabeza quede para abajo, puede ser un adho mukha svanasana (en castellano la carpa o el perro según el profe). Verán que saldrá más líquido. Sacar todo este líquido y estarán prontos para ejercicios de respiración o simplemente para respirar con comodidad.