Cooperativa de Editores de Medios de Buenos Aires
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Un campesino que jugó a ser Dios

Las fabulas siempre fueron elegidas por los maestros espirituales para trasmitir a sus discípulos enseñanzas de vida, muchas de ellas se podría decir que son verdades camufladas para despertar en lo profundo del ser humano la inteligencia superior, que activa las virtudes naturales, y cultiva la capacidad de comprender con mayor sabiduría .

Uno de esos días en un pueblo sucedió algo insólito, un campesino encontró a Dios y le dijo:
“Tú debes ser Dios y debes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: No eres un campesino, no conoces ni siquiera lo básico de la agricultura. Tienes mucho que aprender”.
Dios respondió: “¿Cuál es tu consejo?”
El hombre dijo: “Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo deseo y veamos lo que sucede. La pobreza dejará de existir.”
Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Obviamente pidió lo que para él sería lo mejor: nada de tormentas, nada de vientos fuertes, nada que traiga dificultades a los granos del trigo.
En ese año creció tan alto el trigo… que el campesino fue a ver a Dios y le dijo: “¡Mira! tendremos tantos granos que van alcanzar como diez años, no será necesario ni siquiera trabajar”.
Pero a la hora de cosechar los granos, se encontraban vacíos en su interior. El campesino quedó asombrado. Y le preguntó a Dios: “¿Qué sucedió, cual fue el error?”.
Entonces Dios dijo: “Como el grano no experimentó el desafío de crecer, conocer los conflictos y las fricciones no pudo germinar y completarse. Lo que el humano creé que es algo adverso siempre tiene un propósito y al pasar el tiempo, el resultado de ese proceso, si es descifrado, trae una experiencia que enriquece su existencia.”

Moraleja:
Todo tiene una razón de ser, el día, la noche, la alegría, la tristeza, la felicidad, todos ocupan un lugar único que no puede ser reemplazado, ni eliminado, porque es necesario experimentarlo. Es ideal dejar la queja y empezar a reflexionar cada momento, sea negativo o positivo, y así abrirse a la enseñanza que nos brinda para tener mayor comprensión del verdadero sentido de la vida.

Adaptación G.N