Wildflower, lencería sin género hecha a mano en Saavedra: “Todos los cuerpos son hermosos, la ropa tiene que adaptarse a vos y no vos a ella”
“Que cada une pueda ser libre, vestir como le guste, sin sufrir por la mirada o la opinión ajena”, dice la vecina Lucía Gutiérrez sobre la motivación que la llevó a crear Wildflower, un emprendimiento de “lencería sin género”, hecha a mano y adaptada a la medida de cada cuerpo.
“Desde chiques todes vivimos o pasamos algún momento donde no nos aceptamos por culpa de la moda”, lamenta ante este medio esta diseñadora gráfica y modista. Tras una adolescencia donde usar cierta ropa (sobre todo corpiños) era sinónimo de dolor o molestia, Lucía empezó a coser con la idea de hacer prendas cómodas y bellas.
Se inspiró en sus abuelas, que tejían y bordaban su propia ropa. Empezó con prendas femeninas, hasta que incluso los varones le empezaron a hacer pedidos.
El lema de la campaña actual en Wildflower es “Soy quien quiero ser” y condensa el sentir de Lucía: “Significa la libertad. El poder decidir quiénes somos, quiénes queremos ser. El poder mostrarnos tal cual queremos”.
-¿Hace cuánto tiempo existe Wildflower?
-Existe aproximadamente desde principios de abril del 2018 pero como una marca de lencería solo femenina. El cambio vino a comienzos de noviembre del mismo año donde lancé la primera colección sin género.
-¿Cómo tomaste la decisión de hacer “lencería sin género”? ¿Cómo veías la situación de la ropa que se ofrece en negocios (ley de talles, etc.)?
-Comencé haciendo lencería sin talles, sino a medida, ya que desde chica me pasó que los corpiños no me quedaban bien. En ese momento eran furor los corpiños con aro super armados, con muchísimo pushup, todo esto para niñas de secundaria. Recuerdo que no me quedaban bien porque siempre tuve poca teta y en comparación mi espalda era más grande. Por lo que el talle de taza que tendría que usar siempre me iba más chico de espalda y eso generaba que me diera mucho dolor. Por lo que tanto yo como muchas amigas terminábamos usando el talle correcto de espalda y siempre quedaba super grande de taza, y era una cosa horrible e incómoda si lo pienso ahora. Además de que el aro del corpiño se termina clavando bajo la axila, creo que a mí como a muchísimas otras chicas les ha pasado de tener dolor debajo de las axilas y que los médicos nos dijeran que era culpa de usar corpiño con aro.
Todo esto me llevó a que cuando arranqué con la lencería quería hacer algo que sea cómodo, que no doliera y que se adaptara a cada cuerpo.
Por otro lado, ni bien comencé a hacer lencería femenina sucedió que empezaron a aparecer algunos clientes de cuerpo masculino que me consultaban sobre las tangas especialmente.
-¿Cómo fueron los inicios del proyecto, la primera gente que te contactó? ¿Qué cosas te transmitían?
-Ni bien arranqué, comenzaron a hablarme varies clientes de cuerpo masculino. Hablé mucho con elles, sobre sus necesidades, la falta de ropa interior linda, sensual, que se adaptara a su anatomía. Muches ya usaban tangas pero que al ser confeccionadas para cuerpos femeninos no les cubrían o no les quedaban cómodas en sus genitales.
De esta forma fue que empecé a plantearme, a charlar con amigues y familiares este problema y ver cómo podía solucionarlo para que todos pudieran usar lencería sexy. Así fue que empecé a adaptar los diseños femeninos para cuerpos masculinos. Con la ayuda de un amigue de mi pareja que se emocionó muchísimo al pedirle que testeara mis diseños para ver cuán cómodos le resultaban.
-“Que cada conjunto se adapte a vos y no vos a ellos” decís en tus redes sociales. ¿Por qué es tan inusual que eso ocurra y que mucha gente no encuentre con facilidad prendas para su cuerpo?
-En Argentina no existe, como en otros países, la posibilidad de elegir por ejemplo en los corpiños distinto talle de taza y de espalda, lo que hace que a la mayoría le quede bien uno de los talles y el otro tenga que adaptarse o adaptarlo.
Por otro lado, también sucede que la lencería más linda, más sexy, llega hasta el talle 100 generalmente. Los talles grandes, para personas curvy por ejemplo suelen confeccionarse con diseños clásicos, que no suelen ser lindos, principalmente porque vivimos en un mundo donde el ser gordo está mal visto, donde la moda te dice que tener que ser esquelético para ser bello.
Wildflower se forja bajo la visión de que todos los cuerpos son hermosos, que no importa tu género, no importa tu peso, la ropa tiene que adaptarse a vos y no vos a ella. El hecho de tener que adaptarse uno a la moda genera muchísimos desórdenes alimenticios o psicológicos, por ejemplo. Muchísimas mujeres detestan sus cuerpos porque siempre vieron las revistas donde todas las fotos están retocadas digitalmente. Te muestran una persona sin ningún rollo, sin celulitis, sin varices, sin nada. ¿Dónde existe una persona realmente así? En ningún lado, hasta las modelos más esqueléticas tienen alguna marca en la piel. O viven a dietas ridículas que atentan a la salud.
Desde chiques todes vivimos o pasamos algún momento donde no nos aceptamos por culpa de la moda. Porque vivimos en un mundo donde el concepto de belleza se basa en no tener ni una línea de más, ni una marca, y eso es sumamente irreal.
-En las redes está el lema “Soy quien quiero ser” ¿Qué representa para vos esta frase?
-Es el slogan de la nueva campaña. “Soy quien quiero ser” para mi representa un todo, representa todas las facetas de cada une. Las que dejamos que se vean siempre, y las que tenemos escondidas. Significa la libertad. El poder decidir quiénes somos, quiénes queremos ser. El poder mostrarnos tal cual queremos sin ponernos mal por la mirada ajena. Nadie debería opinar sobre la forma de vestir de alguien más. Sobre qué se pone, qué usa. Mi pregunta es: ¿Qué le importa? ¿Qué le afecta al ajeno cómo se viste une? Pues entonces me visto y uso lo que quiero, porque es mi cuerpo y es mi vida y no le hago mal a nadie. Si tengo anatomía masculina y quiero usar lencería creo que al únique que debería importarle es a une misme. Por eso elegí esa frase, que también la encontráis como hashtag, para que todes puedan expresarse como quieran.
-¿Cómo es la experiencia de tener tus productos en showrooms?
-Lo cierto es que estuve poquito en showrooms, este es el segundo y no llevo ni un mes. Pero del primero aprendi muchísimo, conocí personas super lindas, con una visión muy similar a la mía, lo cual generó que se complementaran las distintas marcas. Creo que además de que es una vía más directa al público, más amena para que puedan ver todos los diseños en vivo, también se genera un ambiente muy cálido, donde les clientes se pueden sentir comodes comprando lo que quieran sin que nadie les juzgue, especialmente en el primer showroom que éramos muchas marcas inclusivas.
-¿Cómo surgió la idea de hacer sesiones de fotos? ¿Qué rescatas de esta experiencia? ¿Qué te transmitieron las y los modelos luego de las sesiones?
-Las sesiones de fotos son realmente algo espectacular. Surgieron gracias a un amigo que conocí en la facultad de Diseño Gráfico desde el primer año.
Jim es mi fotógrafo oficial desde que comenzamos, y lo que amo de su trabajo es que yo le digo “Quiero que se vea así y asá” y me dice “Ah, yo pensaba lo mismo”. Desde siempre nos complementamos muchísimo y creo que eso hace que salga un trabajo increíble.
Por otro lado, tuve la suerte de encontrarme con modeles geniales. Lo que busco principalmente en elles es que tengan una visión similar a la mía, que representen a las minorías que no aparecen en las revistas y que elles lo muestren. Que ya en sus vidas diarias luchen por mostrar mayor diversidad. Son todas personas super fuertes, que pelean por lo que quieren y se muestran tal cual son. Amo eso de elles y de todo el equipo que me acompaña en cada campaña. La verdad es que todes quedamos muy contentes con el resultado de la última campaña. Por mi lado superó completamente mis expectativas.
-¿Cómo vivís la recepción de tu trabajo en redes sociales, los mensajes de aliento y demás buena onda que te dejan los usuarios?
-En las redes sociales lo cierto es que me llegan mensajes hermosos. Creo que esta campaña “soy quien quiero ser” marcó un antes y un después. Recibí muchísimo apoyo y amor de muchísimas personas que no conozco, que simplemente siguen la marca porque les gusta y se sienten identificados, y no dudan en hacérmelo saber. Siempre me llegan mensajes de apoyo, hasta tengo clientes desde el comienzo de la marca que ya somos como amigues y siempre me mandan buenas energías cuando yo les cuento que estoy a las corridas, o que estoy agotada. Elles siempre me apoyan y me dicen que aman mi trabajo. Es hermoso y te recarga de energía cuando las cosas están muy complicadas. La verdad es que son les que me dan ánimos para seguir emprendiendo en un país tan complicado.
-¿Qué cambios en las personas y en la forma de vestirse te gustaría que genere Wildflower?
-Me encantaría que cada une pueda ser libre, vestir como le guste, sin sufrir por la mirada o la opinión ajena. Que ayude a que poquito a poquito cada une se encuentre a si misme y se ame tal cual es.
-¿Hace cuánto tiempo estás en Saavedra? ¿Tu familia es de acá también (en particular tus abuelas que contás que te inspiraron)?
-En Saavedra estoy hace aproximadamente 3 años, cuando me mudé a vivir sola. Ahora vivo con mi pareja y dos gatos hermosos. Elegí mudarme acá porque es un barrio muy tranquilo, lleno de plantas, donde no se escuchan casi los autos y amo pasear. Lo conocía hace tiempo y siempre me gustaba venir los fines de semanas y creo que por eso fue el ideal para mudarme.
Mi familia vive en Belgrano y mis abuelas una era de La Plata y la otra de capital. Mis dos abuelas me inspiraron mucho, aunque a una de ellas no la conocí, pero mi mamá siempre me contó que agarraba cualquier tela y se hacía su propia ropa, así como si nada. Y del lado de mi papá, mi abuela era maestra de labores, ella me enseñó a tejer (aunque debo admitir que no es lo mío). Así que creo que llevo la creatividad en la sangre.
-¿Qué es lo que más te gusta de la zona? ¿Tenés lugares que frecuentes más?
-Que difícil, me gusta todo. Pero Parque Saavedra es lo más lindo que hay. Conocí mucha gente re linda por tomar mates (cuando se podía compartir) en el parque. O ir a almorzar a las placitas de Donado, cruzando las vías.
Saavedra es re lindo y tranquilo, está lleno de flores y árboles que me encantan, cosa que en otros barrios falta mucho, más que nada la parte de tranquilidad. Cuando salís a caminar se nota que las personas están un poco más relajadas que en otros barrios donde hay muchísimo movimiento y no se frena nunca.