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Tropiezo inesperado, objetivo intacto

Vélez se volvió de Cochabamba con las manos vacías y las valijas llenas de bronca. Porque jugó bien, porque mereció más, porque el VAR volvió a perjudicarlo y porque los dos goles que sufrió no fueron de San Antonio Bulo Bulo, sino en contra. La derrota por 2 a 1 y el empate entre Olimpia y Peñarol, no obstante, lo mantienen como líder de la zona H de la Copa Libertadores, cuando aún restan tres partidos por jugarse.

Fue 2 a 1 para el conjunto boliviano, pero la historia no fue tan sencilla como el resultado. El Fortín tuvo todo para ganarlo, pero el VAR, la altura, y dos jugadas fatales terminaron castigándolo. Con este resultado, ambos equipos lideran el Grupo H de la Copa, con 6 puntos.

El Vélez del mellizo Barros Schelotto arrancó con autoridad. A los 7’, Elías Gómez, sacudió el travesaño con un zurdazo desde afuera. A los 12’, una asistencia suya dejó a Romero mano a mano con Saracho, pero el remate se fue apenas alto. Y a los 19’, otra vez el lateral probó desde afuera, obligando a una gran respuesta del arquero, antes de que el balón volviera a reventar el travesaño…

El premio llegó -o pareció llegar- un minuto más tarde: tras una palomita que el arquero alcanzó a rechazar con dificultad, Brian Romero volvió a arremeter y empujó la pelota a la red. Todo Vélez festejaba… pero no por mucho. El árbitro brasileño Wilton Sampaio, tras revisar el VAR, anuló el gol por un supuesto pisotón del delantero sobre Saracho. Polémico. Injusto.

Y como si fuera un guión cruel, en la jugada siguiente, Vélez quedó en desventaja. Córner desde la izquierda, desvío de taco de Barbosa, y Elías Gómez, que se le había negado en el arco de enfrente, terminó desviando sin querer al gol. 1 a 0 y baldazo de agua fría.

En el segundo tiempo, el Fortín siguió buscando. Matías Pellegrini, Romero, Álvaro Montoro. Todos tuvieron chances, pero el segundo golpe llegó desde otro error propio. Otro córner, esta vez en el 86’, y Michael Santos -otra vez Michael Santos- queriendo despejar, la peinó hacia su propio arco. Increíble pero real: 2 a 0.

El descuento llegó con justicia. Montoro, sobre la hora, fusiló a Saracho desde el punto penal y puso el 2-1 que apenas maquilló el resultado. En la última, Romero pudo empatarlo, pero su cabezazo terminó en las manos del arquero.

Vélez jugó bien. Mereció más. Pero se vuelve con las manos vacías, con la sensación de que el partido se le escapó por errores propios y por decisiones arbitrales difíciles de digerir. La buena: sigue arriba en el grupo. La mala: el margen de error ya no existe.

Después del trago amargo en la altura de Cochabamba, Vélez deberá dar vuelta la página rápidamente. El próximo lunes 28 a las 21:45, el Fortín recibirá en el José Amalfitani a Gimnasia Esgrima De La Plata, en una nueva jornada de la Liga Profesional. Recién el jueves 8 de mayo será la próxima cita por Libertadores, cuando reciba a Olimpia, en Liniers.

En principio, con la necesidad de recuperar confianza y seguir prendidos en el torneo local, los dirigidos por el mellizo Barros Schelotto buscarán hacerse fuertes de local y reencontrarse con la victoria ante su gente.

Agustina Guadagno