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La huerta de la Plaza Velasco Ibarra, cuidada por sus vecinos

La Plaza Velasco Ibarra (México, entre Saavedra y Jujuy) cuenta con una huerta gestionada por los vecinos de este pulmón verde ubicado al sur de Balvanera.
La misma está emplazada sobre uno de los canteros internos, en un camino que linda con el enrejado de la escuela pública ubicada en la misma cuadra.
“La huerta tiene muchos años. Varias veces se ha dejado caer y se la levantó en varias ocasiones. Ahora somos un grupo de vecinos que volvimos a acondicionarla”, cuenta Hernán, vecino y padre de Adriel “Pachu” Delgado, el joven que el 1 de mayo de 2019 fue atropellado en Independencia y La Rioja.
“Es un laburo que se arrancó hace mucho. Nosotros como vecinos en pandemia habíamos arrancado una olla popular que terminó durando unos tres años y medio. Ya en esa época la huerta nos daba zapallos y tomates, había crecido un montón”, recuerda Hernán.
“Los que más le ponen son los chicos de la plaza. Pusieron un riego para que el agua llegue hasta ahí. También pusieron un cerco para que los perros no causen daños”, señala el padre de Pachu.
El trabajo de los vecinos es visible y cotidiano, una acción que contagió a otras tantas personas que ahora también son parte de la propuesta comunitaria, del barrio para el barrio.
“Ahora se sumaron vecinas que van a la plaza temprano para regar y mantener todo acondicionado”, cuenta Hernán.
Este tipo de experiencias son las que terminan por crear vínculos entre los residentes y un sentido de pertenencia, consolidado en el cuidado del espacio público, el lugar que transitan a diario.
“Es un laburo lindo, en conjunto entre varias personas. Es una gran alegría cuando todo empieza a florecer”, rescata Hernán.
“El que quiere colaborar es bienvenido. Este es un trabajo de todos en la plaza de todos”, concluyó.

J.M.C.


Vándalo negacionista

A fines de febrero, vecinos reportaron hechos de vandalismo en la huerta de la plaza. Según contaron, una persona fue en reiteradas ocasiones a causar destrozos y a enfrentarse verbalmente con los ciudadanos que intentan impedírselo.
En base a algunos testimonios, se trataría de la misma persona que desde hace años pinta los frentes de centros culturales y locales partidarios en la zona del Abasto con consignas negacionistas. También había tachado los pañuelos blancos en torno al mástil de Plaza Almagro, que fueron repintados por los vecinos.