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En las comisarías porteñas las celdas siguen desbordadas
Las autoridades porteñas y nacionales aún no han logrado una solución para la problemática de la sobrepoblación carcelaria en la Ciudad
El problema del hacinamiento de presos en comisarías y alcaidías de la Ciudad de Buenos Aires, que ha generado un enfrentamiento entre el Gobierno Nacional y el de la Ciudad, aún no parece contar con una solución inmediata. Lejos de alcanzar un acuerdo, las autoridades continúan señalándose mutuamente como responsables de una crisis que ha dado lugar a al menos seis fugas en los últimos cuatro meses. Mientras los dirigentes profundizan su confrontación, la población carcelaria de la CABA sigue en constante aumento.
La comisaría 14 A, situada en el corazón del barrio de Palermo, ejemplifica de manera clara esta problemática, que ha trascendido el ámbito político para convertirse en una creciente preocupación. Ubicada en las calles Julián Álvarez y Güemes, una zona residencial que cuenta con al menos tres colegios en las cercanías y numerosos comercios en los alrededores, esta dependencia policial alberga un total de 48 reclusos, entre los que se incluyen cuatro mujeres y seis condenados.
El desbordamiento es evidente a simple vista. En la celda de la comisaría, diseñada para albergar a 12 personas, se encuentran 28 imputados, apiñados en un espacio reducido. La situación es insostenible, ya que ni siquiera dispone de un baño cercano: aquellos que necesiten hacer uso de uno deben solicitar permiso y ser trasladados con custodia a un baño ubicado a varios metros del calabozo, al otro lado de un patio al aire libre.
En la alcaidía de la misma dependencia policial se encuentran otros 16 presos, incluyendo a aquellos que están cumpliendo condena. Sin embargo, el número de reclusos es tan elevado que, como señaló la justicia porteña en un fallo emitido el pasado fin de semana, se están vulnerando su dignidad y derechos. Ante esta situación, y debido al reducido espacio disponible en la comisaría, así como al riesgo que implica trasladarlos fuera de las celdas en estas condiciones, se han suspendido temporalmente las visitas de familiares.
Las cuatro mujeres aprehendidas ni siquiera están en una celda porque no hay para ellas. Están presas por delinquir bajo la modalidad de mecheras en el shopping Alto Palermo, ubicado a pocas cuadras de la dependencia policial. Como solución provisoria, fueron alojadas en una especie de oficina con puerta corrediza, donde están esposadas. Tampoco tienen baño, por lo que tienen que compartirlo con los otros presos.
Para mantener a cada uno de ellos, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires destina $83.576 por día, según datos oficiales a los que accedió Infobae. Este número incluye comida, salud y traslado. Y esta misma situación se replica en la mayoría de las dependencias policiales porteñas. Actualmente, en CABA hay 2434 detenidos totales, cuando la capacidad máxima es de 1270 presos, la mitad. El número marca un significativo incremento en comparación al dato de 2020, cuando hubo 448, o de 2023, que ingresaron 1794.
Frente a este panorama, desde la cartera que conduce el ministro Waldo Wolff le reclaman a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, que reanude el traslado de sus presos a las cárceles federales para desagotar los calabozos hasta que se concrete la transferencia del Servicio Penitenciario y de la Justicia penal.