El traslado de los monos del CEMIC de Saavedra a un santuario en Sudáfrica se frenó por “inconsistencias técnicas” en el vuelo
Unos 50 monos capuchinos de entre tres y 36 años que habitan el bioterio del CEMIC de Saavedra (Galván y Triunvirato), que estaban allí por la realización de investigaciones entre 1983 y 2021, el viernes iban a abandonar el país para ser trasladados en un vuelo de la empresa KLM Royal Dutch Airlinesal al refugio Hidden Forest Sanctuary, en KwaZulu-Natal, en Sudáfrica, como consecuencia de una decisión judicial. No obstante, un tema técnico ligado al tamaño de las jaulas lo impidió. Es la segunda vez que se intenta y no se puede concretar la medida. Hay otros siete ejemplares que por su edad no están en condiciones de afrontar un viaje de este tipo, por lo cual se los destinará a un lugar de preservación dentro del país.
Según trascendió, la aerolínea no permitió el traslado de los ejemplares “por inconsistencias técnicas en las normas para el traslado seguro”.
Sobre esta situación, el fiscal Carlos Rolero Santurián, que está a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), dijo: “Fue un tema de dimensiones de las jaulas, la aerolínea pidió que fueran más amplias de lo que eran”. “No coincidían con los requerimientos, por eso no se efectivizó el traslado estimado para este viernes”, agregó ante Clarín.
La entidad proteccionista Proyecto Gran Simio realizó una denuncia por maltrato animal ante la UFEMA, lo cual dio origen al proceso judicial. La entidad, que es querellante, denuncia que los ejemplares “permanecen encerrados en jaulas pequeñas, sin luz natural ni enriquecimiento ambiental” en Saavedra. También alertan que el refugio de Sudáfrica tiene fines de lucro ya que se paga una entrada para visitar las instalaciones. En vez de África, solicitan la liberación de todos los ejemplares en un refugio dentro del país.
Por esta causa, el CEMIC el año pasado había informado ante la Justicia que había acordado con fundaciones holandesas, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y la Subsecretaría de Ambiente de la Nación el traslado de los ejemplares. También dijo que tres organizaciones europeas se habían comprometido a costear los $200.000 del viaje de los monos.
En los hechos, se contaron 57 monos en el CEMIC. No obstante, hay siete ejemplares que por su estado de salud y longevidad no estarían en condiciones de afrontar un viaje de estas condiciones. Los que sí están habilitados a viajar se reparten entre 24 hembras y 26 machos.
Sobre los siete monos más antiguos, el fiscal dijo que “se les va a buscar algún destino en el país, y Temaiken podría ser una alternativa”: “Si no, alguna otra posibilidad”.
Según se informó, todos los ejemplares “fueron esterilizados por métodos quirúrgicos”, “tienen chip (la identificación de que son animales de experimentación)” y “están clínicamente sanos”.
A fines de diciembre, Proyecto Gran Simio Argentina y activistas de otras asociaciones protestaron frente al CEMIC para exigir la liberación de los monos y su traslado “a un centro de primates de Argentina”.
“No podemos permitir que estos seres sigan siendo tratados como objetos desechables. Han sufrido años de confinamiento y abandono en condiciones infrahumanas. A estas alturas, el CEMIC debería asumir su responsabilidad moral y legal. Exigimos la liberación inmediata de los primates y su traslado al Proyecto Carayá, donde puedan vivir dignamente sus últimos años. Seguiremos luchando con movilizaciones hasta que se haga justicia”, dijo en diciembre Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio (GAP/PGS-España).
De modo similar, la ONG Santuario Jaulas Vacías había presentado una acción de amparo contra el CEMIC y el Poder Ejecutivo nacional “por conductas y omisiones contrarias a los derechos fundamentales de los grandes simios cautivos”. Se rechazó la posibilidad de tratar la apelación durante la feria, consignó Infobae.
El bioterio del CEMIC se inauguró en los años ochenta en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte del Centro de Investigaciones en Reproducción Humana y Experimental (Cirhe). La iniciativa tuvo su fin en 2021.
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