Los desaciertos más frecuentes a la hora de elegir una escuela
La inscripción escolar, un momento decisivo en la formación educativa.
Por la Lic. Vanesa Aichino (*)
Cuando las familias piensan en la elección de una institución educativa, muchas veces hacen foco en la elección de la escuela del nivel secundario, pero no existe una preocupación similar en el nivel primario. Inscribir a los hijos en primer grado no es tarea sencilla, como tampoco lo es en primer año. Al elegir una escuela primaria o secundaria las familias cometen varios “errores” comunes que pueden afectar el desarrollo educativo de sus hijos. A continuación, se detallan los principales aspectos para tener en cuenta.
La primera cuestión y la más frecuente, es priorizar la cercanía por sobre la trayectoria educativa. Muchas familias eligen una escuela principalmente por su proximidad al hogar, lo que puede llevar a ignorar aspectos importantes como el proyecto pedagógico y la calidad educativa. Hay estadísticas que muestran que más del 60% de los hogares con hijos en escuelas estatales priorizan la cercanía, aunque este enfoque no se alinee con las necesidades educativas específicas.
Segundo, los padres inscriben a sus hijos en las escuelas donde van los hermanos. Realmente para la organización familiar es una buena opción, pero hay niños que no se ven favorecidos por la presencia de sus familiares o por las características del edificio escolar o el plan educativo. Hay chicos que necesitan una escuela pequeña, posiblemente hasta sin escaleras para poder conformar su rol de alumno. En algunos casos, hay hermanos que pueden desenvolverse satisfactoriamente con determinado planteo educativo, pero para el estudiante ingresante puede no ser el apropiado presentando barreras que no favorecen los aprendizajes.
Otro aspecto es el de no considerar el Proyecto Pedagógico. La falta de atención al proyecto educativo, a la visión de la escuela, es otro error significativo. Las familias a menudo no evalúan si la filosofía educativa de la institución coincide con sus expectativas y valores familiares, lo que puede derivar en una experiencia educativa insatisfactoria para los estudiantes y, con el tiempo, también para las familias. Tanto en la gestión estatal como privada hay varias ofertas, como escuelas intensificadas en un área del conocimiento, por ejemplo, en artes, educación física, educación musical, bilingües o plurilingües, entre otras. Un alumno con dificultades en el lenguaje no se ve favorecido en una escuela donde existe una carga horaria importante de otro idioma. No evaluar las actividades de otras áreas curriculares pueden ser fundamentales para el desarrollo integral del niño. Algunas familias no consideran si la escuela ofrece oportunidades adecuadas para el desarrollo de habilidades sociales y creativas.
Una variable sumamente importante es ignorar las necesidades individuales de cada niño. Un alumno tiene su propio ritmo, estilo de aprendizaje y necesidades educativas. Los familiares a cargo, a veces, seleccionan escuelas sin considerar las características individuales de sus chicos. como su adaptabilidad a diferentes entornos educativos, sus intereses personales, sugerencias de profesionales si realizan algún tratamiento, características edilicias, cantidad de alumnos total y por aula, etc.
Hay que estar atentos y no dejarse influenciar por opiniones externas, ya que cada chico tiene sus propias particularidades y necesidades. Muchas decisiones se basan en la opinión de amigos, familiares o en la reputación general de la escuela, lo que puede llevar a elegir una institución que no sea adecuada para el alumno. Este enfoque puede resultar en una falta de conexión entre el niño y su entorno escolar, es decir, no hallarse alojado en la institución.
Un acercamiento con la conducción escolar brinda información sensible al momento de elegir una escuela. Los directivos actúan como intermediarios entre la escuela y la comunidad, facilitando la comunicación y el involucramiento familiar, como también el conocimiento de los proyectos educativos. Esto es vital para construir una comunidad educativa sólida que apoye a los estudiantes en su aprendizaje. Tanto docentes como directivos son piezas clave. Su compromiso, habilidades y liderazgo no sólo influyen en la calidad educativa, sino que también afectan la percepción que las familias tienen al elegir una escuela para sus hijos.
Estos “errores” reflejan la complejidad del proceso de selección escolar y subrayan la importancia de un enfoque más reflexivo y personalizado al elegir una institución educativa para los niños. Sin duda alguna, todos buscamos la mejor educación y una buena organización familiar, pero hay situaciones que requieren tomarse el tiempo para reflexionar y, posiblemente, realizar un cambio de escuela. La prioridad siempre debe ser que el alumno aprenda siendo respetada su trayectoria y en un entorno que favorezca su crecimiento educativo y su bienestar socioemocional.
(*) Aichino es licenciada y magister en Educación, Supervisora Escolar del D.E. 6 y vecina de Liniers.