El derrumbe del hotel de Villa Gesell dejó esquirlas en Liniers
Los directivos de la empresa Parada Liniers, propietarios del Dubrovnik, están siendo investigados por la Justicia y su situación es complicada.
En la madrugada del martes 29 de octubre una tragedia sacudió a la opinión pública: la torre de diez pisos del hotel Dubrovnik, en pleno centro de Villa Gesell, se derrumbó como un castillo de arena y se llevó consigo la vida de ocho personas. Desde entonces, la Justicia se encuentra investigando las causas del siniestro para tratar de establecer responsabilidades y llevar a juicio a los acusados.
El Dubrovnik lo construyó un matrimonio de origen croata en 1986 y hasta el último verano estuvo en manos de su hija, Rosa Stefanic, una de las víctimas fatales hallada bajo los escombros. En abril último, el hotel fue adquirido por la firma Parada Liniers, la misma que desde 1995 maneja la terminal de ómnibus de Liniers, por lo que la Justicia le apunta a sus responsables como partícipes del siniestro.
El Dr. Alejandro Baldini, uno de los abogados defensores de Antonio Arcos, presidente de Parada Liniers, confirmó que su representado había comprado la propiedad seis meses antes del siniestro, pero sostuvo que no llegó a explotarla comercialmente. No obstante, la Fiscalía le impuso la prohibición de salir del país sin autorización previa a Arcos y a los demás miembros de la firma adquiriente, entre ellos, su yerno, vicepresidente y CEO de la firma, Pablo Russo; Daniel López, Nahuel Castilla, Mariana Cortés y Mariana López. “Están todos a derecho, se presentó conformidad y se entregaron computadores, celulares, claves, todo lo que pidieron. No vamos a cuestionar eso, fijaron domicilio y deben presentarse semanalmente o ante cada pedido”, señaló el abogado.
Aunque ninguno de los directivos de la empresa accedió a hablar con la prensa, a 72 horas de la tragedia Parada Liniers emitió un comunicado en el que manifiesta que “nos hemos llamado a silencio por respeto a las personas fallecidas y sus familiares”. Más adelante expresa “cumplimos con nuestro deber, nos presentamos ante la Justicia y nos pusimos a derecho. Hemos entregado toda la documentación correspondiente a los permisos y todos los soportes electrónicos solicitados. Colaboramos y seguiremos aportando todo lo que esté a nuestro alcance para que se esclarezca lo sucedido”.
Poco después, la Justicia realizó allanamientos en la casa de Antonio Arcos y en la sede de la empresa, sita en General Paz y Ventura Bosch.
Por su parte, la municipalidad de Villa Gesell emitió otro comunicado en el que detalló que de las dos obras que se estaban realizando en el hotel, sólo estaba en trámite de habilitación la de la parte delantera. “Cabe aclarar —señala el comunicado de las autoridades municipales— que la única obra en trámite con la Municipalidad corresponde al sector delantero del edificio (no colapsado) y que no existe ningún permiso autorizado para realizar trabajos en la parte trasera (donde se produjo el colapso)”. La aclaración del municipio viene a colación de que, en agosto pasado, las autoridades habían detectado obras sin autorización, por lo que se había labrado un acta de paralización.
Ante esta acusación, los abogados de Antonio Arcos salieron a contestarle al intendente Gustavo Barrera. “Estamos totalmente desconcertados. Los trabajos, bajo ningún punto de vista, pueden generar una degradación de estructura que genere este colapso”, sostuvo el Dr. Alejandro Baldini. Según contó, Arcos, de 79 años, no llegó a explotar comercialmente el hotel ya que debía hacer una serie de arreglos para ponerlo en valor. Eran dos obras, una de puesta en valor y refacciones menores, tales como “cambio de piso, pintura, cocina de cada unidad”, sostuvo el abogado. La misma se realizaba en la torre que cayó. Y la segunda era un ascensor en la parte de adelante, que no se derrumbó.
“Arcos compró un hotel habilitado, que cumple las normativas municipales en cuanto a explotación comercial y edilicia. Malintencionadamente, el intendente salió a mentirle a la gente cinco horas después del derrumbe”, planteó sobre la falta de habilitación de la obra. Y luego profundizó. “Desmiento la falta de habilitación, es mentira. El intendente sale a cubrir las responsabilidades del municipio y de varios funcionarios que va a tener que explicar a la Justicia. La obra se paralizó el 20 de agosto, ese mismo día la arquitecta presentó el informe de obra y se rehabilitó. Si realmente después de esa paralización la empresa siguió con trabajos ¿por qué no clausuraron la obra? Porque no había razón alguna para hacerlo. No hubo una sola infracción”, sostuvo.
Maximiliano Osini, otro de los abogados de Arcos, también se refirió al tema. “La obra no era clandestina, no estaba paralizada, lo estamos documentando”. Según Osini, Arcos no había tomado posesión del hotel aún y dejaba que la antigua dueña, María Rosa Stefanic (52, una de las víctimas) siguiera viviendo allí por la buena relación que tenía con ella. Es por eso que aceptó en una primera instancia como arquitecto a Jorge Bonativa (55), quien estuvo a cargo de una de las remodelaciones desde julio hasta septiembre y que, según la denuncia de Osini, no tenía matrícula. “Arcos no sabía que no tenía matricula, se enteró cuando tuvo que presentar a la municipalidad unos papeles. Bonativa le dijo que tenía que firmar otra persona porque él no estaba habilitado. Ahí fue cuando se designó una arquitecta matriculada. Eso fue dos meses antes del desastre”, agregó.
Según explicó, Arcos despidió a Bonativa el día que se enteró que no tenía matricula. “Cuando uno compra un bien inmueble y compra el proyecto en ejecución no tiene porqué descreer que el arquitecto no tenga matricula”, agregó.
El siniestro se produjo en la madrugada del 29 de octubre, como consecuencia de irregularidades en las refacciones que se realizaban. El colapso ocurrió específicamente en la zona en la que se focalizaban las obras. La estructura cedió de forma repentina, provocando la caída de grandes bloques de concreto y escombros que sepultaron diversas áreas del inmueble y dejaron atrapadas a ocho personas.
Arcos podría enfrentar imputaciones por su posible responsabilidad penal y civil en el trágico suceso, según lo solicitado por los abogados Fernando Burlando y Miguel Ángel Pierri, representantes de las familias de las víctimas, ante la Fiscalía.
La empresa Parada Liniers comenzó a funcionar en 1995 en el predio de General Paz y Ventura Bosch, y desde entonces concentra el flujo de micros de mediana y larga distancia en el sudoeste porteño para unir al barrio de Liniers con 1.600 destinos nacionales y de países limítrofes. Asimismo, desde 2009, la empresa gerencia también la Terminal de Ómnibus de Neuquén.
Además de estar ligada al transporte, la firma se encarga de comprar hoteles antiguos o a refaccionar, para luego reacondicionarlos y usufructuarlos. Arcos es dueño del hotel Ostende, en Mar del Plata, que en febrero de 2022 fue escenario de un incendio en la cocina, lo que obligó a evacuar a los huéspedes. Por otra parte, en 2018 fue denunciado junto al propietario de la terminal de Retiro por no abonarles a los maleteros y exigirles tareas no reglamentadas.