Cooperativa de Editores de Medios de Buenos Aires
Cooperativa Editores de Medios BA

Grandes bibliotecas de la historia

En este viaje al pasado, la Biblioteca Klementinum de Praga, en República Checa.

Por Alejandro Andrés Bressi (*)

En esta decimonovena entrega –o papiro N° 19- les propongo conocer los misterios de la Biblioteca Klementinum, ubicada en Praga, República Checa, una de las más significativas y visualmente impresionantes de Europa. Su legado abarca siglos, y tiene una gran importancia cultural, histórica y científica. El Klementinum se encuentra en el casco antiguo de Praga, cerca del Puente de Carlos, lo que facilita el acceso a los visitantes.

La Biblioteca Klementinum fue fundada en 1556 y se estableció originalmente como un colegio jesuita, uno de los más grandes de Europa. Con el tiempo, se convirtió en un centro de educación, ciencia y cultura en la región. En 1622, los jesuitas transfirieron la famosa colección de la biblioteca de la Universidad Carolina al Klementinum, enriqueciendo enormemente su acervo bibliográfico. No obstante, tras la disolución de la orden jesuita en 1773, el Klementinum se convirtió en una biblioteca pública, transformándose más tarde en lo que hoy es la Biblioteca Nacional de la República Checa.

La sala de la biblioteca fue construida en 1722, durante el período barroco, y es famosa por sus interiores ornamentados, techos con frescos y grandes ventanas elegantes que permiten la entrada de luz natural. Los frescos en el techo, pintados por Jan Hiebl, representan temas de ciencia y aprendizaje, simbolizando la dedicación de la biblioteca al conocimiento. Las estanterías doradas y rojas albergan miles de libros antiguos, y los interiores ricamente decorados la convierten en una de las bibliotecas más fotografiadas del mundo. La sala central tiene una longitud de 42 metros y un ancho de diez, y está llena de globos terráqueos, relojes astronómicos y antiguos mapas.

La biblioteca cuenta con una colección de más de 20 mil volúmenes, especializándose en teología, filosofía, historia, astronomía y geografía. Muchos de estos trabajos son raros o únicos. La colección incluye manuscritos históricos, libros impresos antiguos y obras científicas que representan un vasto repositorio de la actividad académica de Europa Central. El Klementinum también alberga una de las colecciones más importantes del mundo de literatura bohemia.

Pero, además, el Klementinum se convirtió en un centro de investigación científica, especialmente en los campos de astronomía y meteorología. La Torre Astronómica, ubicada en el complejo, fue utilizada para realizar observaciones celestes. Es sede de una de las estaciones meteorológicas más antiguas de Europa, donde se han registrado observaciones meteorológicas continuamente desde 1775. El Klementinum contribuyó también a la cartografía y la estandarización del tiempo en la región.

Desde el siglo XVIII, la Biblioteca Klementinum ha funcionado como parte de la Biblioteca Nacional. Es considerada una de las más grandes del país. Sus colecciones incluyen millones de artículos, que van desde manuscritos antiguos e incunables (libros impresos antes de 1501) hasta publicaciones modernas. Además, sirve como depósito legal para todas las publicaciones impresas en la República Checa.

El Klementinum es más que un simple repositorio de libros, es un símbolo del aprendizaje, la ciencia y la cultura del país. Ha sido incluido en numerosas obras literarias, películas y piezas de arte. La biblioteca sigue siendo un punto turístico popular, que atrae visitantes de todo el mundo que vienen a admirar su arquitectura y su importancia histórica. En 2005, el Klementinum fue nominado para ser incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, subrayando su relevancia cultural.

Está abierto al público para visitas guiadas. Los visitantes pueden explorar no sólo la sala de la biblioteca, sino también la Torre Astronómica y la Capilla de los Espejos, otra parte famosa del complejo. La Torre Astronómica ofrece vistas panorámicas de Praga, y la Capilla de los Espejos, con magníficos espejos y un órgano, se utiliza a menudo para conciertos.

Los esfuerzos de preservación están en curso para garantizar que los delicados frescos, libros y artefactos se mantengan protegidos del deterioro. Para eso, la biblioteca cuenta con control de clima, asegurando que las futuras generaciones puedan disfrutar de sus tesoros.

La Sala de la Biblioteca Barroca del Klementinum ha sido votada como una de las bibliotecas más bellas del mundo por numerosas publicaciones y críticos de arquitectura.

En síntesis, el Klementinum es una perfecta combinación de conocimiento, historia y arte, ofreciendo una experiencia única para los visitantes interesados en los libros, la ciencia y la arquitectura.

Nos encontramos en la próxima entrega. Y recuerden que recibimos sus consultas, sugerencias y opiniones en el correo electrónico: alejandroandresbressi@gmail.com.

(*) Bressi es vecino de Liniers, bibliotecario profesional, exresponsable de la biblioteca José Hernández, profesor de inglés, historiador e investigador de las grandes bibliotecas de la historia