Una calle de estilo colonial en pleno Belgrano
Se trata del pequeño pasaje Arribeños con sus características típicas de la época colonial
Belgrano es, sin duda, uno de los barrios de la Ciudad de Buenos Aires que más secretos y curiosidades guarda entre sus calles, edificios y espacios verdes.
Recorrer sus calles es como emprender un viaje hacia diferentes rincones del mundo o revivir épocas pasadas. En esta ocasión, exploramos una calle de estilo colonial, única en la zona, con un breve pero encantador tramo que te conquistará con sus innumerables detalles.
Al subir desde el bajo por la Avenida Juramento, se descubre una serie de calles paralelas que comparten una característica especial: todas llevan el nombre de antiguos cuerpos del ejército argentino. Entre ellas, encontramos nombres como Dragones, Húsares, Cazadores, Artilleros, Miñones, Migueletes, Montañeses, y también Arribeños.
Arribeños es la calle más extensa de esta serie. Aunque es interrumpida por las Barrancas de Belgrano, se reanuda en la intersección de Juramento con las vías del Ferrocarril General Mitre. Tras avanzar algunas cuadras, precisamente entre las calles Olazábal y Blanco Encalada, se encuentra el Pasaje de los Arribeños, un lugar que parece transportarte a otra época.
Aunque no es posible acceder ya que es privado, los visitantes pueden acercarse a contemplarlo desde la calle y apreciar algunas de sus características distintivas. Por ejemplo, el piso de baldosas rojas con detalles en blanco. Al subir unos escalones, se encuentran dos grupos de edificaciones de estilo neocolonial, que consisten en viviendas de una sola planta accesibles desde el pasaje.
Este pasaje consta de 19 casas con fachadas blancas y detalles en tonos ocres, además de contar con un amplio patio trasero. Su superficie supera los 2200 m². La construcción se llevó a cabo entre 1927 y 1928, lo que se refleja en el uso predominante de la madera en el lado derecho, que es el más antiguo, y de metal en el lado izquierdo, que es el más moderno.
El patio andaluz. interno es un luminoso espacio al que dan las casas del fondo y está oculto desde la vereda
En cuanto a curiosidades, lo más destacado es su patio andaluz. Este es un espacio luminoso al que dan las casas del fondo y que permanece oculto desde la vereda. En él hay algunos canteros con forma de enjuta o albanega, donde crecen árboles, además de un banco de cemento cubierto con azulejos azules.