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Un siglo haciendo escuela a pura educación pública

La Escuela 11 del D.E. 20 “Emilio Von Behring”, de Cárdenas y Garzón, celebra su centenario en Mataderos.

Cien años pasaron desde que la vieja Escuela 18 del Consejo Escolar 20 abrió sus puertas en las actuales Francisco Bilbao y Timoteo Gordillo. La fecha exacta fue el 28 de octubre de 1924. Por entonces los vecinos la llamaban “la escuela del zanjón”, porque a centímetros de la vereda circulaba el arroyo Cildáñez, que aún no estaba entubado. “Aquel curso de agua era poco caudaloso y cuando crecían las malezas, quedaba oculto”, contó alguna vez el historiador mataderense Ofelio Vecchio, quien hasta precisó el nombre del primer director del establecimiento: Domingo Tránsito Jerez.

En 1942 la escuela se mudó al edifico actual, en Coronel Cárdenas 2652 -cuya construcción data de 1938- y recién en noviembre de 1967 fue denominada Escuela 11 del Distrito Escolar 20, y bautizada con el nombre de Emilio Von Behring, el reconocido bacteriólogo prusiano, que fuera el primer premio nobel de Medicina en 1901. Del acto de imposición del nombre participó el hijo del médico, también de nombre Emilio. “Bautizar a la escuela con del nombre de Von Behring no sólo es un reconocimiento a su importante contribución a la medicina y la humanidad -descubrió el suero para la difteria y el tétanos- sino también un acto simbólico que refleja los valores y la misión educativa de la escuela”, reza una crónica de la época.

Con toda esa carga histórica a cuestas, el jueves 3 de octubre pasado la emblemática escuela de Mataderos celebró su centenario junto a toda la comunidad educativa. “Fue un acto muy emotivo del que participaron exalumnos y se hicieron presentes funcionarios del Ministerio de Educación, supervisores, exdirectivos, exdocentes, juntistas de la Comuna 9 y representantes de instituciones barriales”, comienza contando Alicia Colella, actual directora del establecimiento.

Durante el acto, el mástil del patio de la escuela lució bandera nueva y se descubrió una placa alegórica en homenaje al centenario. Participó la banda de la Policía Federal, y parte del Regimiento de Granaderos. Hasta el torito Tito, la tradicional mascota de Nueva Chicago, fue parte de los festejos, y se fotografió con los alumnos y con los abanderados de otras escuelas de la zona. La jornada, no obstante, se había iniciado a pura incertidumbre por el repentino corte de luz que en horas de la mañana afectó a varios barrios porteños, incluido Mataderos. “Por suerte la luz volvió antes de que arrancáramos el acto”, subraya Alicia con una mueca de alivio.

El final de fiesta llegó cuando todos los presentes entonaron a coro el feliz cumpleaños. Posteriormente, la comunidad educativa pudo recorrer las distintas muestras elaboradas por los alumnos que se exhibieron en cada una de las aulas. “Contamos con la colaboración de mucha gente, los supervisores, los directores de otras escuelas, los juntistas de la Comuna 9, los padres de los alumnos y hasta los comerciantes de la zona, que nos donaron cosas ricas para el ágape. Fueron muy generosos”, resalta la directora, y luego aprovecha para destacar muy especialmente la labor y el esfuerzo de todo el plantel docente. “Los maestros de grado, los curriculares, el personal auxiliar y el cocinero trabajaron un montón, tanto en cada detalle artístico del acto como en la escenografía. En síntesis, fue un gran trabajo en equipo del que estamos muy felices y orgullosos”, enfatiza.

Uno de los tantos exalumnos que pasaron por el histórico establecimiento de Mataderos es Claudio Altamirano, destacado educador, escritor y realizador audiovisual, que durante años se desempeñara como coordinador del Programa Educación y Memoria, del Ministerio de Educación e Innovación porteño.

La directora Alicia Colella titularizó su cargo el año pasado y entró en funciones el 8 de febrero último. Por eso desde fines de noviembre se puso en contacto con Débora, la directora anterior, para que le informara las características más salientes de la escuela. “En uno de esos encuentros me contó que la escuela cumpliría cien años en 2024. Yo abrí los ojos enormes y desde entonces no paré de pensar en cómo organizar los festejos para que tamaño aniversario no pasara inadvertido para la comunidad educativa y para el barrio. Fui anotando en mi agendita todo lo que se me iba ocurriendo”, recuerda la vecina de Liniers, que cursó la primaria en la escuela República de Pakistán y la secundaria en el Comercial 32.

“No bien asumí se puso en contacto conmigo la gente del Programa Huellas en la Escuela, que depende del Ministerio de Educación y se dedica a asesorar escuelas que cumplen aniversarios redondos. De hecho, a fin de año, ellos publican un libro con todas las escuelas centenarias y nosotros vamos a estar incluidos”, anticipa quien hasta el año pasado se desempeñara como vicedirectora en una escuela de Monte Castro.

– ¿Cómo está la escuela a nivel edilicio?

– Por ser un edificio de casi noventa años, realmente está muy bien. La gente de Infraestructura Escolar dejó la escuela impecable por donde se la mire. Se hizo toda la terraza nueva y se terminaron las filtraciones; se pintaron todas las aulas y se reformó la vivienda de la casera, que no está ocupada desde hace algunos años, y ahora podemos utilizar ese espacio como sala de Plástica y salón de usos múltiples. Pero, además, después de haber estado muchos años inutilizado, pudimos recuperar el escenario, que es una estructura móvil de madera ubicada en el fonde del patio. Lo volvimos a poner en uso para el festejo del centenario, y cuando los operarios lograron abrirlo, nos encontramos con carteleras que tenían más de diez años. Hoy está puesto a nuevo y vamos a utilizarlos en todos los actos que vayamos teniendo.

La Escuela 11 es de jornada simple, con turnos mañana y tarde, y reúne un total de 350 alumnos. La mayoría son vecinos de Mataderos, pero también hay algunos provenientes de Lomas del Mirador y Ciudad Oculta. “Es una escuela con mucha pertenencia barrial y con familias muy comprometidas. La cooperadora tiene una participación activa en la escuela y colabora permanentemente”, destaca la directora.

En la conducción del establecimiento, a Alicia Colella la acompañan la secretaria Patricia Albornoz y la vicedirectora Silvana Falcone (foto). Gracias al trabajo mancomunado de varios docentes, le dieron forma a una singular iniciativa para dejar una marca de los festejos por el centenario de la escuela. “Armamos el ‘libro de oro’, una edición artesanal en la que incluimos todos los trabajos que fuimos haciendo con los chicos y los diferentes docentes a lo largo del año, y el que haremos en los meses que restan”, enfatiza Colella.

Todo ese trabajo encaja a la perfección con el proyecto escuela que guía el devenir pedagógico desde principio de año. “Trabajamos sobre la oralidad -explica-. Queremos que los chicos aprendan a expresarse de manera fluida, que puedan exponer con claridad y variantes cuando pasan al frente, pero también que no tengan miedo ni vergüenza de contar lo que les pasa. Hoy tenemos una infancia sumamente heterogénea y compleja, por eso es necesario trabajar mucho con el tema ESI y con la diversidad cultural”. Además, la Escuela Von Behring participa del Programa Escuelas en Foco, incluido en Buenos Aires Aprende, a partir del cual desde el próximo ciclo lectivo se intensificará la enseñanza de Lengua y Matemática.

– ¿Cuál es la clave para lograr ese vínculo estrecho con los alumnos donde la educación es un faro insoslayable?

– ¿La clave? Educar con amor. Los maestros tenemos un compromiso enorme, llevamos la escuela pública en el alma.

Ricardo Daniel Nicolini