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Vecinos de Villa Ortúzar volvieron a presentar un proyecto de Ley para modificar el Código Urbanístico

Vecinos y vecinas de Villa Ortúzar volvieron a presentar de forma particular un proyecto de Ley para modificar el Código Urbanístico en este barrio de la Comuna 15. Ya lo habían ingresado en 2022, pero perdió estado parlamentario ya que no fue tratado por los legisladores. Acompañaron esta nueva presentación con miles de firmas de vecinos, comerciantes y personalidades destacadas de la Comuna.

En una nota dirigida a la presidenta de la Legislatura, Clara Muzzio, los vecinos aseguran que el objetivo de este proyecto de Ley es “amortiguar el efecto nocivo que tuvo en nuestra población la sanción del Nuevo Código Urbanístico en el año 2018, mediante la Ley N” 6.099”.

“El presente proyecto retoma el proyecto presentado en el año 2022 bajo expediente 2998-2022. Es resultado de un proceso de organización que fuimos llevando adelante hace ya más de un año los vecinos y vecinas del Barrio de Villa Ortúzar como respuesta al vertiginoso desarrollo de obras de construcción de edificios en la zona. Este fenómeno está afectando crecientemente nuestra calidad y estilo de vida, empeorando día a día todos los indicadores de habitabilidad y ambientales de nuestro querido barrio”, plantearon los vecinos.

En la defensa del proyecto, los ciudadanos de la Comuna 15 repasan que el 6 de diciembre de 2018, los legisladores del oficialismo aprobaron la Ley N° 6099, que sancionó el nuevo Código Urbanístico de la Ciudad de Buenos Aires, actualmente vigente.

El nuevo Código Urbanístico (CUr) desde su origen (2018) y hasta su última reforma (2020), resultó en “un aumento indiscriminado de la constructividad en varias zonas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”: “Si bien el mismo tuvo diversas resistencias en ese momento por parte de distintos colectivos, colegios profesionales y actores sociales y políticos, a causa de las restricciones generales producidas mediante las medidas de ASPO y DISPO del año 2020, el impacto real en cada uno de los barrios de este cambio de norma se comenzó a visualizar recién durante el año 2021”.

“En nuestro barrio el Nuevo Código Urbanístico estimuló fuertemente el desarrollo de nuevas construcciones, ya que el mismo brinda fuertes incentivos al mercado inmobiliario de grandes inversiones, por el desmesurado aumento de la constructibilidad que el mismo ha generado. En la actualidad, en simultáneo, y como nunca antes habíamos visto, hay en Villa Ortúzar al menos cincuenta y seis (56) edificios en construcción y al menos ochenta (80) casas bajas en venta, que, es importante señalar, ya no se ofertan como casas sino como terrenos o lotes para el desarrollo de edificios”, indicaron los ciudadanos de la Comuna 15.

De esta forma, explicaron el cambio de paradigma que implicó el actual Código: “El motivo del “boom” inmobiliario en nuestro barrio es claro: antes de la sanción del Nuevo Código Urbanístico se podía obtener una ganancia pequeña por demoler una vivienda para volver a construir una nueva ya que, la cantidad de metros cuadrados vendibles no era tan alta, razón por la cual la incidencia del precio del terreno en la ecuación total era relativamente alta. El beneficio de construir edificios bajos resultaba de todos modos rentable para emprendimientos medianos, y el barrio crecía a un ritmo sostenible. En cambio, con el nuevo CUr y las modificaciones realizadas en la normativa urbanística, se ha incrementado fuertemente la constructibilidad, así como también se ha pasado de zonas de uso residencial, a zonas de mixtura de usos altas o medianas. Esta situación implicó un estímulo para llevar adelante los procesos de “renovación urbana e inmobiliaria” para extraer y poder capitalizar el aumento del valor del suelo generado por el aumento de la capacidad constructiva permitida”.

De este modo, “la cantidad de obras en simultáneo tiene impactos tangibles”: “Baja presión del agua; cortes de electricidad en épocas de bajo consumo (cuando no hace ni calor ni frío); constante ruido de martillos neumáticos, palas retroexcavadoras, etc., que exceden el nivel de decibeles que puede soportar el oído humano; constantes vibraciones por las tolvas y bombas de hormigón; polución ambiental por las partículas de polvo en suspensión en el aire y en todas partes (lo que trae complicaciones respiratorias a muchos vecinos y muchas vecinas)”.

En esta línea, los vecinos aseguran que “se prevén impactos a futuro”: “Edificios de más altura implican menor circulación de aire, una alteración a la flora y la fauna del barrio y, con la llegada de más gente a vivir, menos espacio de estacionamiento, menos espacio verde por habitante (contamos solo con dos plazas de una manzana cada una), más cantidad de habitantes por centro de salud de cercanía, más problemas con las vacantes escolares (Ortúzar es un barrio que no tiene jardines escolares, y tiene pocas escuelas primarias). Los altos edificios dificultan el contacto directo con la luz solar, provocando deficiencias en materia de vitamina D, que el cuerpo produce por la exposición directa a los rayos solares”.

 

 

Juan Castro