A restaurar los Zorzales del Pasaje Zelaya
Hace un año y medio abrió sus puertas El Zorzal Esquina Cultural en el Pasaje Zelaya y Jean Jaurés, dentro de una casa centenaria que fue sede del Centro Argentino de Teatro Ciego y que a comienzos del siglo XX alojó una cantina que, según los vecinos, era frecuentada por el mismísimo Carlos Gardel que tenía el hogar de su madre a la vuelta, en la actual Casa Museo.
Los integrantes de El Zorzal presentaron un proyecto en el programa Mecenazgo, del Ministerio de Cultura porteño, para restaurar los murales que Marino Santa María realizó en esta cortada hace casi dos décadas dentro de la intervención “Tango Abasto” que incluye una extensa serie de obras en el pasaje y calles aledañas.
Recuperar el esplendor
Se trata de una esquina única por su arquitectura antigua, pero también por el arte sobre sus paredes. Así, una de las dos obras a restaurar se ubica en la persiana sobre la ochava: el icónico Gardel de Santa María que sonríe mirando de tres cuartos perfil asoma en tonos blancos, grises y negros, pintado en acrílico. A la vuelta, por Zelaya, se fijó, entre dos ventanas un cuadrado enorme confeccionado con pequeños mosaicos. Es un Zorzal gemelo con los mismos tonos, el cual sonríe a todo aquel que quiera mirarlo.
“Gardel es nuestra referencia, nuestro padrino. Queremos restaurar estos murales para que todos en el Abasto los puedan disfrutar”, cuentan Eva Karsza y Juje Hurtado, bailarines y maestros de tango y referentes de El Zorzal.
“Son obras hermosas, pero hay que hacerles mantenimiento”, agregan. También quieren blanquear las paredes que rodean ambas obras. A futuro, piensan convocar a algún artista para que plasme una pintura sobre tango que “dialogue y acompañe a los dos Gardeles”.
Para presentar el proyecto en Mecenazgo contactaron el año pasado a Marino Santa María, le pidieron un presupuesto y planificaron el proceso para que el propio artista ejecute la puesta en valor. Luego, presentaron la idea en el Ministerio de Cultura.
La convocatoria de Mecenazgo se realizó en la segunda mitad de 2023 y se postularon 2.700 proyectos, de los cuales eligieron 1.126, de 14 disciplinas culturales, entre ellos el de El Zorzal, llamado formalmente “La Sonrisa Eterna de El Zorzal Criollo: Restauración Patrimonial de Murales sobre Carlos Gardel en la Cortada Zelaya”. La lista de ideas elegidas se divulgó a comienzos de abril.
Por medio de la Ley porteña de Mecenazgo, quienes tributan el impuesto sobre los Ingresos Brutos pueden “destinar parte del pago para financiar proyectos culturales”. Las empresas o personas interesadas ofician de mecenas y pueden seleccionar qué ideas financiar.
“Ahora nos toca armar una carpeta y presentar la propuesta para restaurar los murales ante empresas que puedan interesarse”, señalan los referentes de El Zorzal.
En el corto plazo, la energía está puesta en obtener los fondos para restaurar los murales de Santa María. A futuro, en el espacio cultural buscan restaurar la arquitectura de esta casa antigua, recuperando ornamentaciones y pintando la fachada de forma uniforme.
“Las personas que entran acá dicen que el lugar tiene una energía especial”, celebra Eva y comenta que, en base a lo que le han transmitido los vecinos, esta esquina es importante para el Abasto y la épica gardeliana.
“Nos contaron que Gardel mismo estuvo en esta casa, venía acá en la época que estaba con su madre en la casa que él le compró a ella acá a la vuelta (el actual Museo Casa Carlos Gardel de Jean Jaurés 735)”, repasa.
“En esa época (fines de la década de 1920 y comienzos de 1930) había una cantina o bodegón. Estamos investigando el nombre antiguo. Algunos vecinos nos dijeron que eran unos franceses. En los cincuenta hubo una que se llamaba El Chino, pero la época en que estuvo Gardel fue anterior”, agrega Juje.
“Queremos seguir investigando sobre esto. Pensamos poner una placa alusiva, es algo que le suma al barrio del Abasto, a su historia, a la historia de Gardel”, señalan los bailarines y referentes de El Zorzal.
Una esquina con mucho para contar
La historia de esta esquina es también la historia del Abasto, del movimiento constante, su gente y los proyectos emprendidos en distintas épocas.
Santa María, Personalidad Destacada de la Cultura de CABA, artista prolífico e impulsor del arte en el espacio público con gestas como la extensa intervención en el Pasaje Lanín de Barracas, entre 2002 y 2005 concretó un homenaje a Gardel al realizar una serie de murales en paredes, portones y medianeras del Abasto. La figura repetida es la silueta en tres cuartos del Morocho del Abasto sonriente, una imagen icónica en la producción de Santa María. Le sumó otras obras como las partituras de tangos célebres como “Cuando tú no estás” y “Tinta roja”.
Una de las obras está ubicada en la persiana de Zelaya y Jean Jaurés. Se trata del Gardel en blanco y negro, pintado con acrílicos.
Tiempo después, en 2008 el Gobierno porteño otorgó la prioridad peatonal al Pasaje Zelaya, que se extiende entre Jean Jaurés y Agüero, con el objetivo de potenciarlo como una referencia cultural y turística.
Para ello, ejecutó reformas urbanas que se mantienen hasta el presente: niveló la vereda, colocó adoquinado, grandes bancos de granito y mejoró la iluminación.
Esta prioridad peatonal años más tarde rindió sus frutos, ya que Zelaya se convirtió en la calle más silenciosa de la zona del Abasto y alrededores, según el Mapa del Ruido del GCBA de 2019.
Además de los cambios en el mobiliario urbano, el gobierno porteño promovió varias intervenciones artísticas. Por ejemplo, instaló grandes piezas de mármol en las veredas con letras de tangos emblemáticos, como “El último café”. Además, llamó a Santa María para colocar nuevos murales de mosaicos sobre Gardel.
Uno de ellos se fijó sobre la casa antigua de Zelaya y Jean Jaurés. Se trata de una figura cuadrada con tonos blancos, negros y grises, en diálogo con la persiana antes mencionada. Además, a lo largo de toda pared se cubrió una extensa superficie de mosaicos con la misma gama de colores a modo de zócalo.
Mientras esto sucedía, la oferta cultural en Zelaya y el Abasto se ampliaba porque a mediados de 2008 el Centro Argentino de Teatro ciego abrió su sede en la casa de la cortada abastense. De hecho, la colocación del mosaico convivió con los primeros pasos de este teatro independiente.
Años más tarde, en torno al 2013, el Teatro Ciego convocó a otros artistas que pintaron el resto de la pared. Fue una intervención con colores vivos que dialogó con los tonos blancos, negros y grises de los Gardeles.
A su vez, el teatro agregó una sala más y la montó sobre la planta baja. Para lograrlo y evitar el paso de la luz y el sonido, tapiaron la ochava. Colocaron una pared que ocultó la icónica persiana.
Para mantener el espíritu, fijaron un nuevo mural que revisitaba al Gardel de Santa María: reprodujeron la figura blanquinegra y le colocaron unos anteojos negros, en alusión al Teatro Ciego. Este Gardel Pop se volvió icónico y punto de encuentro en muchos tours turísticos y paseos vecinales.
El Centro Argentino de Teatro Ciego luego se mudó al barrio de Palermo. La casa estuvo sin uso hasta que allí empezó a funcionar “El Sol de Abasto” un espacio de alojamiento con propuestas culturales. Como parte de esta propuesta, hace un año y medio abrió El Zorzal. Su fuerte es el tango, con clases, milongas y hasta música en vivo. También hay clases de folclore y otros géneros musicales, con nuevas actividades en marcha.
De hecho, El Zorzal ha sido uno de los tantos espacios locales que formaron parte con sus actividades y agendas del programa Abasto Barrio Cultural del Ministerio de Cultura porteño, el cual se extendió entre 2020 y 2023.
El programa incluyó la organización de festivales, ciclos artísticos y hasta infraestructura para mejorar el espacio público.
Luego de reuniones con vecinos y gestores culturales, se promovió la mejora urbana de la calle Agüero, entre Perón (altura del Parque de la Estación) y Zelaya. Se ensanchó la vereda con canteros y plantas y se mejoró la iluminación. Lo mismo hicieron en Guardia Vieja, entre Agüero y Gallo.
Para el Pasaje Zelaya también se pensaron mejoras e instalaron “techos lumínicos” en sus esquinas (guirnaldas con gran cantidad de focos), a fin de contribuir a la seguridad y la mejora del entorno urbano. Esta obra mejoró el entorno de El Zorzal y la gran cantidad de teatros independientes y comercios que hay en la zona.
En tanto, El Zorzal participó en la Semana del Arte 2022. En el balcón del primer piso se instaló la obra “Urdimbre” de Silvina Babich. La misma se exhibió en el Bar Notable Roma del Abasto (San Luis y Anchorena) y el Parque de la Estación.
En su corta vida, el espacio cultural de la cortada ha participado en forma activa en las distintas propuestas gestadas en la zona del Abasto.
“Estamos entusiasmados con la restauración de los murales. Cuando estén listos pensamos en sumarles iluminación para que por las noches se destaquen, que en todo momento los vecinos puedan disfrutar de estas obras que hacen a la identidad del Abasto”, concluyen los referentes de El Zorzal.
J.M.C.
Fotos: arriba foto de la tapa del número 213. La segunda es parte de la parded lateral, sobre Zelaya de El Zorzal. El tercero está sobre Zelaya, apenas más arriba. En tapa de este número una foto del Gardel que está sobre la terraza de Cátulo. Todos forman parte de la intervención que realizó Marino Santa María hace un par de décadas.