Talleres Ferroviarios de Liniers: pasado y futuro de los destinos del barrio
Con el proyecto del viaducto del Sarmiento, el histórico predio vuelve a cobrar relevancia.
Por el Arq. Alejandro Ruggiero (*)
El pasado 29 de febrero se realizó en la sede del “Bochín Club de Liniers”, de Ramón Falcón 6469, la reunión mensual del Consejo Consultivo Comunal 9, el órgano previsto en la Ley 1777 (Ley de Comunas) para garantizar la participación ciudadana en la toma de decisiones; en ese ámbito, los vecinos pueden presentar sus quejas, demandas, inquietudes y propuestas para que sean tratadas y luego elevadas a la Junta Comunal -vía recomendación- para su tratamiento en las distintas áreas gubernamentales correspondientes.
Invitado por uno de los miembros, concurrí al encuentro ya que se iba a tratar el tema de las tierras ferroviarias y los históricos Talleres. Cabe recordar que el predio en cuestión se halla afectado por distintas normativas para permitir su integración y desarrollo urbano futuro, en caso de ser desafectado de su uso ferroviario. Para quienes no los conocen, los Talleres Ferroviarios y la Estación constituyen el lugar donde se gestó la génesis y posterior desarrollo del barrio de Liniers; es un conjunto de edificios ladrilleros de amplia riqueza cultural y arquitectónica, típico de los desarrollos ferroviarios de antaño.
Haciendo un poco de historia reciente, hace unos años, y con la colaboración de la legisladora Delia Bisutti, se dieron los primeros pasos para dotar al sector de la necesaria normativa urbana. Mediante la Ley 626 se protegieron distintos edificios del conjunto; más tarde, se presentó la ley 1.749 para extender la protección a otros edificios. En dicha normativa se indican los distintos grados de intervención que podrán tener esos edificios y la necesidad de generar un área de protección ambiental en torno a ellos, para que no se desvirtúe su espíritu ferroviario.
Más tarde, por iniciativa de legislador Cristian Ritondo, se intentó avanzar para declarar Sitio Histórico al sector del predio y los talleres ferroviarios. Lamentablemente, esta iniciativa tuvo una primera sanción y la debida audiencia pública, pero nunca alcanzó el segundo tratamiento en la Legislatura porteña.
Con la decisión de soterrar el Ferrocarril, se sancionó la Ley 4.777 para permitir los desarrollos urbanísticos en los predios ferroviarios de Caballito, Liniers y Palermo. Se dotaron a esos terrenos de distintas normativas urbanas para permitir su desarrollo; esta normativa incorporó las leyes N°626 y N°1.749 en su texto. Con la normativa en vigor, se desarrollaron los distintos concursos de ideas; para el caso de Liniers, la propuesta ganadora resultó ser la del Arq. Alberto Varas.
En líneas generales, esta es la breve reseña de la parte normativa y la historia que hoy toma mayor relevancia al conocerse la intención del actual jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, de elevar en viaducto las vías del ferrocarril Sarmiento. Esta idea ha sido promocionada por distintos medios públicos y ha causado inquietud dentro del Consejo Consultivo local.
A la reunión del Consejo Consultivo concurrieron una treintena de vecinos para plantear distintas temáticas. A mi turno, desarrollé el tema para el cual me habían convocado. De acuerdo a lo poco que se conoce del proyecto de Macri, el ferrocarril será elevado hasta la altura de la calle Carrasco y desde ahí comenzará a descender para circular al nivel de la calle hasta la avenida General Paz, o sea que nada cambiará en esta zona. Para solucionar el tema de los cruces, se proponen, no obstante, los bajo a nivel, mal conocidos como “sapitos”, pero se desconocen sus ubicaciones (distintas publicaciones dicen que estarán supeditadas a los estudios de tránsito). Lo que sí se sabe es que a la altura de la calle Irigoyen es muy factible que se construya un cruce bajo nivel.
Atento a estas novedades e incertidumbres, durante la reunión lancé a los presentes la siguiente consulta “levanten la mano quienes conocen los talleres ferroviarios”. Grande fue mi sorpresa al ver que tan sólo cuatro o cinco personas los conocían; cabe señalar que las mismas son vecinos participativos que saben del tema desde la génesis de la Ley 626 y de cuando se comenzó a hablar del soterramiento.
Esta situación ofició de disparador para plantear distintos temas en torno a los talleres y tierras ferroviarias. Las acciones planteadas son:
1) Volver a organizar las visitas guiadas al predio para que los vecinos conozcan y reconozcan los Talleres Históricos que merecen ser visitados.
2) Contactar a la Junta Histórica del Barrio para incorporarlos a la acción. Al respecto, una semana después concurrí a la reunión de la Junta para plantear la idea de las visitas y otros mecanismos de participación.
3) También surgió de la reunión del Consejo Consultivo la posibilidad de organizar una charla y mesa de difusión del tema para que los vecinos interesados se acerquen con sus dudas y planteos.
4) Por último, surgió la inquietud de organizar un espacio amplio donde las autoridades y los vecinos en conjunto puedan aportar ideas y soluciones.
En su momento, el barrio se gestó en torno al paso de ferrocarril; hoy, las tierras ferroviarias y sus edificaciones constituyen una oportunidad para solucionar los problemas urbanos, de cara al futuro inmediato.
(*) El Arq. Ruggiero es vecino de Liniers Norte y un referente permanente en el proyecto de recuperación y urbanización de ese predio para la comunidad local.