Un proyecto de condena a la protesta social a la medida de Jorge Macri.
Parece que hoy en el pro la cosa pasa por ver quién es más duro… quién reprime más o mejor. Una pelea cuyos protagonistas no son otros que Mauricio Macri (a través de su primo Jorge, su delfín intendente en el que ve como su feudo capitalino) y la ministra Patricia Bullrich.
Y el intendente, en su carrera por mostrar que en la Ciudad de Buenos Aires el control callejero le pertenece, busca a través de un proyecto -enviado a esa escribanía legislativa que los ciudadanos capitalinos le brindaron al macrismo al permitirle la mayoría absoluta- que modificaría el Código de Contravenciones y prohibir el ingreso de manifestantes venidos de la provincia a la ciudad.
Textualmente, el texto que envió a la Legislatura dice que “… cuando el/la contraventor/a no resida habitualmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, esta sanción podrá incluir la prohibición de ingresar a dicho territorio”.
O sea que la restricción es para los “no residentes” en la Ciudad, una medida netamente discriminatoria en una ciudad que a la llegada desde el Conurbanonos muestra carteles en los que nos dice: “BIENVENIDOS A LA CIUDAD DE TODOS LOS ARGENTINOS”. Otra contradicción… otra mentira de las tantas a las que el PRO nos acostumbró y que la gran mayoría de los medios jamás denuncia.
Además me dispara de inmediato una inquietud: ¿cómo hará el flamante intendente para saber en una manifestación de 40, 50 o 100 mil personas quién reside o no en la ciudad? ¿No puede el punto de reunión de una marcha ser el lugar donde la policía asesinó a Kosteki y Santillán?
¿Les va a pedir documentos a todos para saber quién reside el CABA y quién no? ¿No es ridículo perder tiempo en esto? ¿No sería mejor volcar el esfuerzo en paliar el hambre de ese 20% de porteños que lo sufre… o mejorar la infraestructura de hospitales y colegios? ¿O la propia seguridad mediante medidas preventivas y no solo represivas y de poca eficacia para reducir el flagelo?
Para hacerla aún peor… la propuesta incluye duplicar las penas a los organizadores de los cortes.
Más allá del rechazo opositor, lo más probable es que si a Jorge se le antoja, la falta de información mediática invisibiliza cualquier proyecto polémico y nunca faltará un robo de motochorros o un crimen en el Conurbano para poner al aire. No olvido cuándo enviábamos al espacio un satélite fabricado en nuestro país -privilegio de la ciencia que solo está presente en un puñado de países y hoy Malei quiere destruir o “entregar”- y TN ponía en pantalla un robo a un locutorio… o sea que esconder este proyecto es un juego de niños para estos tipos. Si así no fuera, jamás podrían autodefinirse como liberales, republicanos o democráticos… y que haya quien les crea.