“No al recorte en políticas públicas en villas, asentamientos y barrios populares”
Así lo expreso el Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares, y Hogar de Cristo de la Argentina que emitió un comunicado en el que expresa su total desacuerdo con la quita de gran parte de la asignación específica que recibe el FISU (Fondo de Integración Socio Urbana) y cuyos beneficiarios son los sectores más vulnerables de la población del país.
A partir del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del Gobierno Nacional argentino, que tiene fecha del 23 de febrero de 2024, “la asignación específica del TREINTA POR CIENTO (30 %) establecida en el inciso b) del artículo 42 de la Ley Nº 27.541 de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el Marco de la Emergencia Pública y sus modificaciones será distribuida de la siguiente manera:
Al FONDO DE INTEGRACIÓN SOCIO URBANA (FISU), creado por el Decreto N° 819 del 5 de diciembre de 2019 en el marco de la Ley N° 27.453 de Régimen de Regulación Dominial para la Integración Socio Urbana y sus modificatorias, para el financiamiento de obras de vivienda social: el UNO POR CIENTO (1 %)
A obras de infraestructura económica: el NOVENTA Y CUATRO POR CIENTO (94 %).
Al fomento del turismo nacional: el CINCO POR CIENTO (5 %)”. (Fuente: Boletín Oficial de la Nación Argentina)
Con esta redistribución:
casi 5000 barrios populares
que representan más de 5 millones de vecinos y vecinas
dejarán de recibir de la asignación espeçífica el 9%
y pasarán a recibir el 1%.
Así expresaron su descontento los sacerdotes que viven y trabajan en esas barriadas: “En medio de tanta deuda con los más postergados, valoramos las políticas públicas que se fueron dando en barrios populares. Las mismas posibilitaron crecer en inclusión. Así, muchos vecinos pudieron lograr mejor acceso a cloacas, agua, luz, escuela, salita y centros comunitarios. Otros pudieron ampliar y mejorar sus humildes casas. No es bueno desenchufar el Estado de las villas y asentamientos”.
“Bajar el presupuesto de la FISU (Fondo de Integración Socio-Urbana) sería volver para atrás. No podemos tolerar semejante retroceso que genera mayor exclusión y, por lo tanto, inseguridad y desintegración social. Prácticamente es la única política pública que apunta al núcleo duro de la pobreza. Confiando en la capacidad de escucha y diálogo por la cual la población los eligió, pedimos al Gobierno Nacional que se revise lo que haga falta para que la Integración Socio-Urbana sea una realidad cada vez más efectiva”, cerraban su reclamo.
Esto decía a los medios de comunicación el padre Lorenzo “Toto” de Vedia, párroco de Virgen de Caacupé, templo enclavado en una de las villas más viejas de la ciudad de Buenos Aires, donde funciona Hogar de Cristo, colegio, comedor comunitario y hospitalito, en el barrio de Barracas: “Los curas de las villas de todo el país y del Hogar de Cristo sacamos este documento diciendo ‘no al recorte en villas y barrios populares’. Gracias a la FISU —que por el decreto del viernes pasado prácticamente se aniquila— muchos vecinos de estos barrios pudieron tener cloacas, agua, escuelas, centros de salud, centros comunitarios, agrandar las humildes casas de las villas con una pieza. Pedimos que esto se cambie”.