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Repercusiones parlamentarias tras el temporal

El domingo 17 de diciembre por la madrugada un gran temporal azotó a la Ciudad de Buenos Aires y alrededores con ráfagas de más de 100 kilómetros por hora.

Causó cortes de luz, inundaciones, caída de árboles, daños materiales en viviendas y espacios públicos. Además, en dos eventos en el barrio de Palermo hubo un total de 16 heridos.

El Gobierno porteño estuvo casi una semana para remover las ramas y árboles caídos a fin de libertar las calles de la Ciudad.

“De acuerdo a los relevamientos efectuados hasta este jueves por la noche, se ha registrado un total de 715 árboles y ramas de gran porte caídos. A su vez, en esa jornada, el Centro de Reciclaje de la Ciudad (CRC), ubicado en el barrio de Villa Soldati, volvió a recibir más de 100.000 kilos de ramas y troncos recogidos tras la tormenta. Esto eleva a más de 500.000 kilos el volumen total de los restos acumulados durante todo el operativo desplegado en la emergencia para liberar las calles porteñas.”, informó el GCBA.

El amplio operativo puesto en marcha contó con la participación de cuadrillas de Espacio Público e Higiene Urbana junto a personal de Bomberos y de la Policía de la Ciudad y agentes de Tránsito y de Defensa Civil, entre otras áreas.

En este contexto, la legisladora Delfina Velázquez (UP), con apoyo de varios de sus compañeros de bloque, presentó un pedido de informes “en relación a las medidas tomadas para eventos climáticos extremos en la ciudad”.

De modo similar, el legislador Juan Manuel Valdés, también de Unión por la Patria, presentó un proyecto para crear “en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el Programa de Acción Integral contra los Efectos de las Olas de Calor, que consiste en un sistema integral de prevención y respuesta rápida ante olas de calor, a los efectos de proteger la salud y el bienestar de la población”.

“Teniendo en cuenta la situación de emergencia y la referencia del accionar en todas las ciudades del mundo, es imperioso elaborar nuevas medidas de promoción de la salud, a nivel individual y comunitario, a fin de adaptarse a un escenario futuro con olas de calor más frecuentes e intensas y así reducir su impacto”, plantea la defensa.

“El principio rector que propone este proyecto de ley aborda la problemática con un criterio de territorialidad y proximidad, propiciando la eficiencia y calidad de las prestaciones del Estado. Son así funciones del Programa de Acción Integral Contra los Efectos de Olas de Calor: establecer un sistema de medición específico de impacto de las olas de calor en la salud de la población, como también identificar territorialmente áreas de las comunas expuestas a estos efectos, ejecutar medidas preventivas y de mitigación para reducir los riesgos asociados, crear instancias de educación y capacitación sobre los efectos del fenómeno; instar al GCBA a que ejecute infraestructura azul y verde en todo el territorio de la ciudad, como estrategias constructivas de reducción de temperatura, a saber: techos y fachadas verdes, pintura reflectante en edificios y refugios climáticos en espacios públicos. Proteger la salud y el bienestar de la población, en especial vulnerable, debe ser prioritario, garantizando de manera simple resultados inmediatos de cara al escenario climático presente y futuro”, agrega.