A 110 años del nacimiento del subte de Buenos Aires
En Buenos Aires a las 15:25 del lunes primero de diciembre de 1913 empezó a funcionar el primer servicio de transporte subterráneo de pasajeros que fue pionero en toda Latinoamérica
El proyecto había nacido en 1909 cuando el Congreso sancionó el 29 de septiembre la ley 6.700, en la que autorizaba al Ferrocarril del Oeste a extender su recorrida bajo tierra hasta llegar al puerto de Buenos Aires. Asimismo, la municipalidad porteña aprobaba una ordenanza que permitía a la Compañía de Tranvías Anglo-Argentina construir y explotar una red de subterráneos que, en una primera etapa, uniría Plaza de Mayo con Primera Junta.
Las obras comenzaron dos años después. Esta primera línea de la red porteña fue la única excavada íntegramente a cielo abierto, rompiendo las calles para cavar profundas zanjas que más tarde se techarían. El viernes 15 de septiembre de 1911, el presidente Roque Sáenz Peña, el intendente municipal Joaquín de Anchorena y los ministros de Interior y de Guerra sacaron tierra en la esquina de las calles Hipólito Yrigoyen y Balcarce para cavar simbólicamente el primer pozo.
Los números de la obra: 1.500 operarios para construir un túnel de doble vía de siete kilómetros de largo, 31 millones de ladrillos, 108000 barricas de 170 kilos de cemento, 13 mil toneladas de tirantes de hierro, 90 mil metros cuadrados de capa aisladora y 440.000 metros cúbicos de tierra que se usaron para rellenar los terrenos bajos e inundables linderos al Cementerio de Flores y la avenida Vélez Sarsfield.
Durante tres años y algunos meses se trabajó incansablemente día y noche en esta obra, cuyo presupuesto inicial fue de 17 millones de pesos moneda nacional. Hubo también que lamentar accidentes fatales, como fue la muerte de media docena de operarios que fueron aplastados por un desmoronamiento de tierra.
La obra contó con detalles en su terminación, estética e iluminación. El servicio contaba también con una suerte de empalme con la estación de tren en Once de Septiembre, para que los usuarios del ferrocarril pudieran hacer un rápido transbordo al subterráneo para llegar al centro de la ciudad.