Los alquileres que vencen en la Ciudad se prorrogan con un 180% de incremento
Cada vez hay menos departamentos para alquilar. Los propietarios de inmuebles esperan que se modifique la ley y algunos los equipan para ofrecerlos como locaciones turísticas
Como pocas veces en la historia del mercado inmobiliario, se agravó la caída de oferta en la ciudad de Buenos Aires y se afirmó la crisis de los alquileres. Este mes vencen 11.000 contratos en CABA y se estima que sólo el 50% se extenderán. La otra mitad, una parte de los dueños prefiere poner en venta el inmueble y otra dejarlos vacíos hasta que se trate la posible modificación de la Ley de Alquileres. En ese sentido, existe expectativa por el primer paso podría darse el 23 de agosto en la sesión especial post PASO pedida por la oposición. Mientras tanto, también se extiende entre los propietarios la idea de equipar sus propiedades para ofrecerlas en locación turística.
En ese contexto, crecen contratos informales por fuera de la ley con plazos de uno o dos años y prórrogas, bajo los cuales los propietarios ponen condiciones con aumentos que en algunos casos superan el 180% interanual, muy por encima del Índice de Contratos de Locación (ICL) que marcó casi un 110% para agosto de ajuste para los acuerdos que se hacen por ley y por tres años de duración.
A esta altura, la problemática mayor la atraviesan los inquilinos que por no poder conseguir departamentos para mudarse (en CABA sólo se estiman que hay menos de 900 unidades en locación tradicional y en pesos) deben aceptar fuertes aumentos y quedarse donde están hasta que puedan encontrar otra vivienda.
Expertos del sector sostienen que el gran problema sigue siendo la duración de contratos con plazos de tres años y las limitaciones para ajustar los alquileres ante un escenario de inflación como el actual y agregan que el otro aspecto negativo de la ley es que si bien es un beneficio que permita el ajuste del precio de la locación, lo cierto es que, en materia de locaciones de vivienda, se limita el ajuste en cuanto al tiempo (ajuste anual) y en cuanto al tipo de ajuste a aplicar (se aplican determinados índices).
La extensión suele hacerse cuando el contrato de alquiler está llegando a su fin. En el trato realizado en estos términos se pacta el plazo de la prórroga (que en general son tres meses), así como el valor mensual a pagar durante ese período. Eso debe quedar bien claro antes de firmarse la extensión.
Según trascendió en el mercado inmobiliario hay acuerdos de todo tipo y sin precedentes, tales como contratos nominados en dólares, plazos menores a los estipulados por ley, ajuste de alquileres menores al año, depósitos superiores al mes de contrato, simulación de contratos comerciales, profesionales, temporarios, falsos comodatos; son algunos de los recursos utilizados para evadir la normativa. Muchas veces los inquilinos tienen que aceptar estas condiciones por la escasez de oferta y la necesidad de una vivienda.