Con el lema “Se va Buenos Aires”, organizaciones vecinales cuestionaron la política inmobiliaria del Gobierno
Los proyectos del Gobierno de la Ciudad para Costanera Sur y Costa Salguero, sumado a las autorizaciones fijadas por el nuevo Código Urbanístico para la construcción de torres en barrios residenciales, generaron un fuerte malestar de organizaciones vecinales y defensoras del patrimonio histórico porteño. En ese marco, este sábado 30 de octubre se realizó una protesta para cuestionar la política inmobiliaria ejercida por la administración de Horacio Rodríguez Larreta.
La protesta llevó por nombre “Se va Buenos Aires“, y contó con la participación de más de 50 organizaciones sociales y colectivos vecinales, entre las que se encontraron Basta de Demoler, Casco Histórico Protege, Tierras Ferroviarias Verdes y el Observatorio del Derecho a la Ciudad. Adhirieron también vecinos y vecinas organizadas de barrios como Villa Ortuzar, Colegiales, Núñez, Belgrano, Parque Chas, San Telmo, Boedo, Agronomía y Villa Santa Rita, entre otros.
Su epicentro fue la esquina de Perú y Diagonal Norte, frente a la sede de la Legislatura Porteña. Los manifestantes portaron pancartas, haciendo referencia a “la demolición sistemática del patrimonio urbano y la privatización del espacio público en la Ciudad de Buenos Aires” y visibilizando el rechazo a la “especulación inmobiliaria que permite construir más y a mayor altura sin respetar el entorno barrial”.
En la protesta, los vecinos y agrupaciones exigieron la participación ciudadana sobre las dependencias del Gobierno de la Ciudad que evalúan las construcciones que puede ser demolidas y las que permanecen en pie al advertir que “hay una discrecionalidad y falta de transparencia con que estos organismos tomas las decisiones”. En el mismo sentido, manifestaron su oposición a los convenios urbanísticos firmados entre la administración porteña con distintos desarrolladores urbanos para levantar once nuevas torres algunos barrios, proyecto que precisa su segunda aprobación para ser ley.
“La demolición del patrimonio es una problemática histórica en Buenos Aires, pero en las últimas décadas la destrucción se aceleró a un ritmo alarmante. Por eso nos movilizamos”, justificaron desde Basta de Demoler. En el Observatorio del Derecho a la Ciudad, su titular Jonatan Baldiviezo, aseguró que en la Ciudad “se viven cuatro agresiones: la apropiación de la costanera, once convenios urbanísticos que habilitan torres, la amenaza a la identidad de los barrios de casas bajas y la falta de relevamiento de los inmuebles anteriores a 1941”.
“De un universo de 141.000 edificios que deberían haberse declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad, tan sólo el 13 %, (18.500 edificios históricos) fueron supuestamente “protegidos”. Incluso este porcentaje insignificante está en un limbo legal sin protección efectiva. Los otros 122,500 esperan su demolición”, habían adelantado en un comunicado invitando a la protesta las organizaciones.
Como informó Pura Ciudad, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta defendió la política inmobiliaria de su gestión en una entrevista radial realizada días atrás. Para el dirigente del PRO, a la hora de autorizar construcciones, se respeta el criterio de “que no se puede construir más allá del promedio que ya tiene construido el barrio”, por lo que consideró que se logra “respetar el espíritu de los barrios”.
Para Larreta, el nuevo Código Urbanístico que se aprobó en 2018 “limitó mucho la construcción en términos generales”, y sostuvo que “los barrios vienen cambiando su fisonomía hace más de dos años”, no una vez que se actualizó la normativa.