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El GCBA presentó los resultados de las pruebas con buses eléctricos de la línea 59

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó los resultados de las primeras Pruebas Piloto de Buses con energías alternativas. Para ello se probaron dos buses eléctricos de la línea 59, que atraviesa el barrio de Saavedra a través del Metrobus Norte de la avenida Cabildo.

Las conclusiones sobre las pruebas en estos colectivos eléctricos son: “Es la opción más limpia y menos contaminante. Los gases de efecto invernadero y de gases tóxicos para la salud, son reducidos considerablemente cuando se incorporan y se operan vehículos eléctricos. La contaminación sonora es nula. No obstante, sus elevados costos de inversión, la disponibilidad de potencia y lugar en cabecera, y la vida útil de las baterías, son las barreras que hoy existen y que desaceleran la llegada de los mismos. Dado el precio de los buses eléctricos y las características de la tecnología es necesario pensar en modelos de negocio diferentes”.

“La Prueba consistió en la colaboración público–privada, ya que actores del sector privado aportaron las unidades de buses eléctricos para su puesta en marcha. La Secretaria de Transporte y Obras Públicas del GCBA, por su parte, se encargó de la construcción de una cámara en las cabeceras de las líneas para la colocación de la estación transformadora de electricidad, realizada por la distribuidora de energía correspondiente”, se precisa.

También hubo estudios con dos buses propulsados a GNC, uno en la línea 50 y otro en la línea 132, y dos buses propulsados a Biocombustible, uno en la línea 91 y otro en la línea 132.

En cuanto a los resultados de los colectivos a biodiesel: “Por su facilidad técnica y operativa surge como primera opción a la hora de implementar nuevas alternativas. La infraestructura necesaria para desarrollarla es casi nula o muy baja en comparación con el resto. No resulta de una inversión significativa para su implementación. Resulta en un ahorro en emisiones de GEI, ya que no es considerado un combustible fósil, pero no es tan beneficioso en cuanto a las emisiones de gases tóxicos para la salud (calidad de aire). No disminuye la contaminación sonora”.

Sobre los colectivos a GNC: “Como paso intermedio hacia una energía limpia, es una opción un poco más compleja de implementar, técnica y operativamente, porque requiere de infraestructura de carga, como cercanía a las estaciones con GNC, o tener una propia. No presenta reducciones considerables en las emisiones de dióxido de carbono porque sigue siendo un combustible fósil. Sí presenta una ventaja en términos de salud y calidad de aire, ya que se tiene una combustión más limpia. En cuanto al ruido es intermedio, disminuye un poco, pero no es nulo”.

“Desde la Ciudad de Buenos Aires lanzamos en diciembre 2017 el Plan de Movilidad Limpia (PML), en el que se propuso reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2) y gases contaminantes, como los óxidos nitrosos (NOx) y el material particulado (MP), que son generadas por los vehículos a combustión, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los porteños. El sector de transporte representa una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero, contribuyendo de manera importante en el cambio climático, ya que es responsable de un 30% de las emisiones totales de CO2 de la Ciudad), por lo que estamos convencidos de que es fundamental ahondar en el estudio de alternativas que busquen reducir su impacto sobre el ambiente y la salud de la población urbana”, explicaron fuentes oficiales.