Delicada situación del espacio cultural Víctor Jara de Parque Patricios
Como tantos otros espacios culturales porteños la pandemia los está golpeando de forma muy dura, en este caso se trata de la casa cultural Victor Jara ubicado en la calle 24 de noviembre 2273 a metros del Parque Patricios.
En un entrevista con Radio Grafica Sofía Acosta integrante del espacio expresó “a pesar que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció la vuelta del teatro, la realidad es que no todas las salas están en condiciones de reabrir sus puertas y el panorama económico es complejo. “Estamos en una situación crítica en relación a nuestra economía”.
El espacio es concebido por sus integrantes como un movimiento político cultural que considera al arte como herramienta para la transformación social y la formación de una conciencia critica que desnude la opresión del sistema capitalista, cuestionando al arte de mercado y sus lógicas.
En la nota Acosta continuó explicando que “Veníamos pagando un alquiler que era muy accesible. Las dueñas de la casa son dos personas grandes. Ahora la pusieron para que la administre el sobrino, dueño de la inmobiliaria, y nos tuvieron que aumentar el alquiler”, expresó y confesó que no están pudiendo llegar al monto estipulado y agregó “Antes funcionaban un montón de actividades, de talleres, hacíamos eventos. Tuvimos que cerrar las puertas, reinventarnos. En medio de la pandemia comenzó a funcionar una olla popular, que sostenemos los días jueves a las siete de la tarde. A su vez, como cerró la Casa Cultural Gran Sur, en la zona de Boedo, la olla popular de ese espacio comenzó a funcionar los domingos en nuestra casa”,
La Casa Cultural Victor Jara manifestó que actualmente el principal sustento económico que están teniendo “es el nodo, que es un punto de comercialización de productos agroecológicos y de productores de la zona”, pero que “está habilitada como teatro independiente”.
Expresaron que “No estamos pudiendo armar obras. Los protocolos, las medidas sanitarias y los trabajadores y trabajadoras de la cultura no están entendidos como esenciales, y muchos de nuestros compañeres no están vacunades y es un riesgo muy grande abrir la puerta de nuestra casa para hacer este tipo de actividades”.