
El arte de ganar jugando feo
En un partido opaco, trabado y mal jugado, Vélez sacó pecho en el Amalfitani y venció 1 a 0 a Gimnasia y Esgrima La Plata, con gol de Braian Romero. El Fortín, que supo sufrir y golpear en el momento justo, se quedó con tres puntos de oro ante un rival que tuvo más la pelota pero no supo qué hacer con ella. El próximo fin de semana, el equipo del Mellizo cerrará su participación en el Grupo B de la Copa de la Liga visitando a River en el Monumental.
El arranque mostró a dos equipos midiendo fuerzas. Gimnasia intentó adueñarse del juego con Pablo De Blasis como eje, pero le faltó profundidad. Vélez respondió con alguna escalada aislada, como un remate de media distancia de Elías Gómez, tras asistencia de Agustín Bouzat. La más clara fue del Lobo: a los 25’, Bautista Merlini tuvo el gol, pero su disparo se fue por sobre el travesaño.
El partido empezó a calentarse y se volvió cortado. Abundaron las faltas y las amarillas (tres para el Tripero en el primer tiempo), lo que reflejó lo áspero del encuentro. Sobre el cierre, Rodrigo Castillo casi rompe el cero con un zurdazo que pasó cerca. Vélez era una sombra, no podía hilvanar jugadas y el arco de Gimnasia era un paisaje lejano.
El complemento mostró a un Vélez más decidido, con mayor actitud y presencia ofensiva, aunque con poco fútbol. Braian Romero avisó a los 63’ con un disparo cruzado que pegó en la parte exterior de la red. Los cambios también pesaron: los ingresos de Matías Pellegrini por Álvaro Montoso e Imanol Machuca por Maher Carrizo, le dieron aire fresco al ataque.
El gol llegó a los 30’, tras una buena jugada colectiva por la izquierda y el centro de Pellegrini, que encontró la pierna de un central de Gimnasia para dejársela servida a Romero, que esta vez no perdonó. Fue una aparición impensada en un partido donde las chances eran escasas. Vélez fue efectivo: convirtió la única clara que generó, mientras que Gimnasia no supo qué hacer con sus catorce remates al arco.
El Lobo fue con más empuje que ideas. Mammini casi lo empata de cabeza y la visita llenó el área de centros sin éxito. Para colmo, a los 88’, Jano Gordón –que había ingresado por el lesionado Agustín Lagos- vio la roja tras una segunda amarilla y dejó a su equipo con diez.
Con más corazón que juego, Vélez cerró el partido a su manera, defendiendo con uñas y dientes una ventaja mínima pero valiosa. Fue un triunfo de carácter, de esos que suman más que tres puntos. Gimnasia se fue masticando bronca: dominó las estadísticas, pero no el marcador.
La próxima parada del equipo de los Schelotto será este fin de semana, cuando visite a River en el Monumental para cerrar su participación en el Grupo B de la Copa de la Liga. Más tarde, el jueves 8 desde las 19, volverá a enfocarse en la Libertadore y se verá las caras con Olimpia, para reivindicar su posición de líder del Grupo H.
Agustina Guadagno