
El Vélez de la Libertadores es una sombra en el torneo local
Por la 13ª fecha de la Liga Profesional, Vélez cayó 1 a 0 con Sarmiento en el Amalfitani, hilvanó la tercera derrota al hilo con el Mellizo como DT y acumula nueve caídas en lo que va del certamen. En una de las peores campañas de su historia, el campeón vigente está lejos de clasificar a los playoffs y, como en el 2023, vuelve a mirar la tabla de abajo.
Llama la atención el contraste del equipo campeón del torneo pasado con este que, sin pena ni gloria, pierde en su cancha con equipos que luchan por mantener la categoría y, lo que es peor, se acostumbra a perder. Llama la atención que el equipo que hace menos de una semana goleaba en Paraguay a Olimpia, caiga sin atenuantes en el Amalfitani -que hoy está lejos de ser un fortín- con Sarmiento de Junín…
Como sea, en este tormentoso presente que le toca vivir al equipo de Liniers, la ausencia de uno de sus referentes, como lo es su artillero y principal defensor en el área rival, Brian Romero -afuera por acumulación de amarillas- se nota y mucho.
Así las cosas, desde el arranque, el equipo local buscó imponer condiciones, generando peligro principalmente a través de jugadas de pelota parada. A los 4’ tuvo tres tiros de esquina consecutivos ejecutados por Agustín Bouzat, una de las piezas claves del equipo, que ayer, no obstante, estuvo lejos de su nivel. Sin embargo, la defensa de Sarmiento logró resistir los ataques. Con el correr de los minutos, el partido se volvió más friccionado y comenzaron a aparecer las tarjetas amarillas: Jeremías Vallejos fue amonestado a los 6’ y Maher Carrizo a los 35’; luego también se sumaron Bouzat a los 41’ y Juan Manuel Insaurralde a los 44’.
A nivel ofensivo, el local tuvo dos chances claras que obligaron a Lucas Acosta a lucirse. A los 29’, el arquero tapó un cabezazo bajo de Carrizo tras un buen centro de Agustín Lagos. Pero la atajada más destacada llegó en el cierre del primer tiempo, cuando a los 45’ voló para sacar al córner un tiro libre de Santos que tenía destino de ángulo.
Vélez mostró una leve superioridad en el dominio del juego y en las llegadas, aunque se encontró con un Acosta en gran nivel que mantuvo su arco en cero. Sarmiento, por su parte, apostó a cortar los ataques del equipo local y buscar alguna contra por la banda de Lagos -permanentemente superado en velocidad- aunque sin demasiado peso ofensivo.
El complemento en Liniers fue una muestra perfecta del momento que atraviesa Vélez: desesperación e impotencia. Con la zona de descenso acechando, el equipo del Mellizo salió a jugar los últimos 45’ con la obligación de ganar. Y aunque tuvo situaciones nunca encontró el camino.
En el arranque, Vélez fue con todo. Carrizo, Santos e Imanol Machuca -que ingresó por Kevin Vázquez- empujaban y las chances comenzaban a aparecer. El 9 tuvo un mano a mano que no supo resolver y Montoro desvió apenas un remate cruzado. Pero a los 71’ llegó el baldazo de agua fría: Sarmiento, que no había generado demasiado, encontró el gol tras un centro de Gabriel Díaz -que una vez más Lagos no pudo detener- que Franco Frías conectó en el área chica, ante la pasividad de los dos centrales.
Todavía faltaban veinte minutos y Vélez siguió buscando el gol con más garra que juego, hasta que a los 91’ tuvo un penal a favor, tras una mano en el área del propio Frías. Era la chance de llevarse un punto y sumar. Santos -de un desempeño paupérrimo, a años luz de Romero- se hizo cargo, pero su remate se fue muy alto.
Los últimos minutos fueron puro empuje, córner, remates desde afuera y centros que terminaban en la nada. Tomás Galván tuvo un disparo que rozó el travesaño y Elías Gómez probó con la zurda, pero fue en vano.
Con el pitazo final, los silbidos de bronca retumbaron en todo el Amalfitani, donde Vélez volvió a quedarse sin respuestas, sin gol y con una realidad que quema. El presente en la Liga preocupa y cada vez hay menos margen para el error.
La historia tendrá un nuevo capítulo este viernes, cuando desde las 19:15 Vélez visite a Talleres para intentar recuperarse en Córdoba, en medio de un presente muy complicado, muy distinto al que atraviesa en la Copa Libertadores.
Agustina Guadagno