
En el debut del Mellizo, Vélez cayó con Riestra
Tras el gol tempranero de Jonathan Herrera, el equipo del Bajo Flores se abroqueló atrás y, aunque manejó la pelota durante todo el partido, el Fortín no logró revertir el marcador que concluyó 1 a 0 para la visita. Con este resultado, las expectativas de pasar de fase en el torneo local se ven lejanas. No obstante, la mira está puesta en la próxima parada del equipo de Guillermo Barros Schelotto, que este miércoles volverá a presentarse en el Amalfitani para recibir a Peñarol, por la primera fecha de la Copa Libertadores.
“Técnico que debuta, gana”, dice una vieja máxima futbolera. Sin embargo, nunca falta la excepción a la regla. Y en la noche de viernes, la excepción estuvo en Liniers. El Amalfitani estaba preparado para recibir al Fortín con el debut de Guillermo Barros Schelotto como DT, y su gente se ilusionaba con la posibilidad de alcanzar la tercera victoria al hilo, luego del calamitoso ciclo de Sebastián Domínguez y los dos triunfos en fila del interinato del Indio Bravo.
Así las cosas, Vélez arrancó intentando abrir la cancha con criterio y jugar por los costados -cosa que hizo a lo largo de todo el partido y que, acaso, sea una de las marcas distintivas del planteo del Mellizo- y a los 5’ se encontró con la más clara de la noche: un desborde de Maher Carrizo por derecha, Jano Gordon que le pasa velozmente por detrás y es este último el que lanza un centro preciso para la cabeza de Braian Romero, quien estampó un frentazo de gol que el arquero visitante alcanzó a mandar al córner con una estirada magistral.
Ese “casi gol” parecía ser la llave de un partido en el que Vélez tendría varias llegadas al arco visitante, cosa que, a la postre, sería la más alejada de la realidad. De hecho, todo cambió poco después, cuando a los 9’, un lateral largo desde la derecha derivó en un desborde de Riestra y un centro a la carrera que le cayó a la cabeza de Jonathan Herrera, quien no dudó en clavarla en el ángulo superior de Marchiori, ante una floja intervención de su marcador, Emanuel Mammana.
De allí en más, todo quedó a pedir de Riestra, que se plantó en su campo con dos férreas líneas de cuatro a la espera de hilvanar algún contragolpe, y desplegó sobre el campo todos los vicios de un equipo del ascenso, que no duda en hacer tiempo las veces que sean necesarias (treinta segundos de demora en cada lateral y otros tantos en los saques de arco) y cortar con falta cualquier atisbo del contrario.
Vélez estuvo a centímetros de empatarlo cuando a los 27’, otra vez Romero recibió apenas adelantado una asistencia de Carrizo y la picó ante la salida de Ignacio Arce para hacer explotar el Amalfitani, pero sólo por unos segundos, hasta que el juez de línea marcó la posición adelantada del 9 del Fortín, “por una cabeza”.
Con esa imagen de Vélez atacando -aunque sin llegar con claridad- y Riestra defendiéndose al límite del reglamento, se fue la primera etapa. Hasta allí, más allá de la enjundia de todo el equipo, el chileno Claudio “Serrucho” Baeza se erigía como la figura del Fortín, quitando y distribuyendo desde el mediocampo.
Para el complemento, el Mellizo sacó a un intrascendente Francisco Pizzini y puso en cancha a Michael Santos, que a la postre -como en la mayoría de los partidos que jugó- tampoco lograría generar peso en ofensiva. Más tarde ingresaría Imanol Machuca por el juvenil Álvaro Montoto, que esta vez no brilló, Agustín Lagos por Gordon y el retorno de Christian Ordóñez por Baeza, que ya no era el mismo de la primera etapa. Todas opciones para intentar doblegar la defensa de Riestra que se cargaba de amarillas pero que seguía con el arco en cero.
Hasta que, a minutos del final, Mariano Bracamonte detuvo con su mano izquierda extendida un remate de Carrizo en el área y todo Vélez reclamó penal. Un penal clarísimo, que el juez decidió ignorar y que el VAR -vaya a saber con qué argumentos o indicaciones- ni siquiera advirtió para una posterior revisión.
Con la presión de la gente, los gritos del Mellizo y la desesperación de los jugadores, el partido se fue apagando hasta dictaminar la victoria de la visita y la bronca del local, que se fue con las manos vacías.
Pero el fútbol, se sabe, siempre da revancha. Y no será necesario esperar tanto, porque este miércoles a las 19 Vélez volverá a presentarse en el Amalfitani para recibir al laureado Peñarol de Montevideo, en el inicio del Grupo H de la Copa Libertadores, que el hincha aguarda con ansias. Tal vez para entonces, las gargantas atragantadas del pueblo fortinero, puedan volver a gritar y los abrazos de gol se multipliquen en las tribunas.