
“La Ciudad no está bien, los vecinos del sudoeste porteño lo sabemos y lo padecemos”
Lo aseguró la diputada mataderense, Paula Oliveto, en una entrevista exclusiva, de cara a su flamante candidatura a legisladora porteña por la Coalición Cívica. Además de no ahorrar críticas a la gestión de Jorge Macri, la ladera de Elisa Carrió también tomó distancia de su exaliada y actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de quien dijo estar asombrada por “la posición tan extrema en la que está parada”.
A dos meses de las elecciones porteñas, la Coalición Cívica confirmó que la actual diputada nacional, Paula Oliveto, encabezará la lista de legisladores por el espacio que lidera Elisa Carrió. “Hoy las grandes ligas políticas se están peleando por poder, y a mí eso no me va. Me interesa representar a mis vecinos”, comenzó diciendo la mataderense, en la entrevista con Cosas de Barrio. A diferencia de lo ocurrido en las últimas elecciones, esta vez la Coalición Cívica y el Pro competirán por separado. “No tenemos la misma forma de ver la Ciudad. El Pro está virando hacia una alianza con los libertarios, eso es evidente. En el Congreso votan absolutamente todo con ellos”, argumentó Oliveto, en el living de su casa de Saladillo al 1900, la misma en la que vive desde que nació. “Era la casa de mi abuela. Mi familia se instaló acá en 1950, cuando el Barrio Naón recién se estaba loteando y ni siquiera se llamaba así”, explicó, orgullosa de sus raíces.
– Pero esa unión en el Congreso entre el Pro y los libertarios no se replica en la Ciudad…
– Se pelean en la Ciudad y en la nación están juntos, no hay fisuras entre los dos bloques. En la Legislatura están en una especie de interna abierta, en unas PASO para dirimir candidaturas y ver cuántos votos sacan para después negociar las bancas. Están usando a los porteños.
Oliveto asegura tener muchos amigos en el Pro, pero el voto en contra de los jubilados la obligó a dar un paso al costado. “Votaron en contra argumentando que tenían que pagarles 14 mil pesos en doce cuotas. Ahí dije, yo no puedo avalar esto”, explicó.
Esos contrastes también se observan en la Ciudad. “Tenemos diferencias de criterio porque vemos que la Ciudad no está bien. Nosotros, los vecinos del sudoeste lo sentimos. La Ciudad está sucia. Aunque ahora, más cerca de las elecciones, la cosa está un poco mejor, la mugre está a la vista. Por ejemplo ¿Alguien controla a los frigoríficos que trabajan de noche en forma ilegal y tiran la basura a la calle? ¿Nadie lo ve eso?”, se preguntó. Y continuó “además, se nota una falta de sentido común. Arreglan las plazas en verano, cuando muchos vecinos las pueden disfrutar. Acá cerca tenemos la plaza Monito, que estaba en perfectas condiciones, pero ahora está cerrada porque está en obra ¿Tan difícil era hacerla en invierno?”. Para Oliveto eso es sinónimo de desconocimiento. “No vienen a los barrios. Viven sobre Libertador, en Palermo, en Barrio Parque. No sienten lo que sentimos nosotros”.
– ¿Cómo es tu relación con Jorge Macri?
– Cordial, lo respeto. Cuando hay un problema lo llamo y responde, pero le falta conocer la ciudad. Le falta empatía, tanto a él como a su equipo. Ojalá empiece a hablar con los vecinos como hacía Horacio, porque sino va a seguir siendo un gobierno con piloto automático. Ojo, yo no quiero que a Jorge le vaya mal, quiero que gestione bien. También hay que recordar que Alberto Fernández, cuando estaba Horacio, le quitó la coparticipación a la Ciudad, y eso hoy lo sufre Jorge. No obstante, hoy gobierna un aliado del macrismo que tiene la obligación de resolverlo. Entonces, en lugar de aplaudir como monitos cada decisión de Milei, siéntense a negociar el destino del predio del Mercado de Hacienda y escuchen los reclamos de los vecinos. Lo mismo ocurre con los Talleres Ferroviarios de Liniers.
– ¿Hablás de obsecuencia o de favores políticos?
– De todo, pero a mí no me interesa meterme en la interna del Pro, me interesa defender los intereses de mis vecinos. Que pase el barrendero, que la plata de la Ciudad se use bien, que la cultura llegue a los barrios, cosas que hoy no están ocurriendo. En mi adolescencia iba al anfiteatro del parque Alberdi y estaba Mercedes Sosa, bandas de rock, Patricia Sosa, Osvaldo Pugliese y la gente lo llenaba ¿Por qué los vecinos del sur ya no tenemos el mismo derecho que el resto? El cine El Plata tiene dos microsalas sin funcionar, la marquesina destruida desde hace meses y una programación limitada. Y esa sala se recuperó gracias a la lucha de los vecinos de la Coordinadora. Lo mismo pasa en el Programa Cultural en Barrios, con el recorte de talleres y propuestas para los vecinos. Si algo funciona mal no hay que quitarlo, hay que arreglarlo.
La abogada y ex auditora porteña se refirió también a la polémica por la fuga de presos. “Aunque hoy esté con los libertarios -arremetió- Patricia Bullrich es parte del Pro, igual que el jefe de gobierno. Y el Servicio Penitenciario Federal tiene la obligación de recibir los presos, hay un convenio y fallos de la Justicia que hay que cumplir. Hay presos en condiciones infrahumanas en las comisarías. Personas que están sin condena, sospechadas de un delito, que conviven con asesinos y violadores. Los vecinos no tienen porqué pagar las consecuencias de la pelea entre Bullrich y Macri”.
– ¿Qué te llevó a querer volver a la Legislatura luego de ocho años como diputada nacional?
– Estoy harta de convivir con una elite política. Siento que falta una voz que no especule y defienda de verdad a los porteños. La voz de los que viven en un barrio y saben qué es lo que está mal y lo que no se hace, que defienda los valores básicos: limpieza, plazas abiertas, cultura, escuelas públicas, clubes de barrio. Pero lo que no se bancan algunos que subestiman mi candidatura, es que una gorda de Mataderos pueda encabezar una boleta.
– Epa…
– Te juro que lo siento así. Pero al mismo tiempo eso me motiva a volver a las fuentes. Hace unos días mi amiga Analía, que vive acá a la vuelta, me pasó la letra de una canción que se llama “Bombitas de agua”, que pinta el barrio en el que vivimos nuestra infancia y adolescencia. Ahí recordé con qué poco éramos felices (se emociona). Yo jamás me iría de acá, jamás dejaría mi barrio. Mis amigos siguen viviendo acá, mi esencia está acá.
Oliveto dice que el grupo de whatsapp que tiene con sus excompañeros del colegio Las Nieves, es su cable a tierra. “Me hace muy bien, me baja a la realidad”, aseguró, y se remontó a su época de estudiante. “Yo iba al colegio Sarmiento, en Villa Luro, al que después mandé a mis hijos. Pero cuando mis viejos se separaron me tuvieron que sacar. Entonces terminé la Primaria en la Escuela 2, de Montiel y Jorge Chávez. El secundario, cuando se arregló la cuestión económica, lo hice en Las Nieves”, recordó. “Cualquiera de nosotros puede ir a una escuela pública, que ofrece contención y educación de calidad. No entiendo cómo hay gente que se opone a la educación pública. Lo mismo ocurre con la salud. El Santojanni es el hospital que siempre va a estar en una emergencia, con profesionales que salvan vidas, yo he visto hacer milagros en ese hospital. Por eso no entiendo a aquellos que perdieron la empatía…”, sostuvo.
– Te llevo al área de Transporte ¿Hasta cuándo los vecinos de Liniers tendrán que lidiar con las vías que parten al barrio en dos?
– Evidentemente no les interesa solucionar ese tema. Yo presenté hace años el proyecto para traer al subte hasta acá, pero me dijeron que no porque pasaba un arroyo… Se ve que en el Canal de la Mancha se puede, y acá no… Pero en paralelo nos sacan líneas de colectivos, como la 104. Barrios como Villa Real o Santa Rita están desconectados. Si no van a poner el subte, al menos no nos quiten líneas de colectivos. Fijate que se salieron con la suya e hicieron el metrobús en Alberdi y Directorio, pero casi no pasan colectivos. Distinto es el de Juan B. Justo, que tiene un tránsito permanente. Evidentemente no somos prioridad.
En esa línea, el verticalismo del Gobierno porteño le deja un escaso margen de acción a los juntistas comunales. “El poder siempre quiso centralizar -enfatizó- por eso no terminan de funcionar las comunas. Entonces algo que era maravilloso, como tener un vecino que te pudiera resolver un montón de cosas, terminó desvirtuándose. Hoy el presidente de la Junta Comunal tiene más poder que el resto de los juntistas, cuando la idea original era tener un cuerpo colegiado, pero les quitaron un montón de atribuciones. Entonces la gente se enoja con los juntistas porque son los que dan la cara, pero no tienen herramientas para resolver nada”.
La actual diputada considera indispensable defender la autonomía de la Ciudad. “Nos tienen que pasar el Puerto y el Registro Público de Comercio, que hoy son nacionales -sostuvo- con una mejor estructura de impuestos, para evitar ponerles trabas a quienes quieren emprender y dar trabajo en la Ciudad. La Justicia también tiene que pasar a la Ciudad; el divorcio de un porteño no tiene por qué pagarlo un jujeño”.
El 18 de mayo próximo, los porteños renovarán con su voto la mitad de la Legislatura -treinta bancas- y Paula Oliveto quiere volver a ocupar una de ellas, tras su gestión como legisladora porteña entre 2013 y 2017. “Sé que no va a ser fácil pero también sé que el vecino de esta parte de la Ciudad, que tiene los mismos derechos y merece el mismo respeto que los demás, me va a acompañar. Me desvela la idea de volver a representarlos, y no hay proyecto más noble que el que se inicia con un sueño”, concluyó.
Ricardo Daniel Nicolini
“A esta Patricia Bullrich no la reconozco”
Los violentos episodios desatados el miércoles 12 de marzo en torno al Congreso, en el marco de la marcha de los jubilados, no escaparon a la charla con la diputada. “Los argentinos nos estamos acostumbrando a la violencia, a una violencia que trae más violencia. A la idea de que se puede apagar el fuego con nafta, y a la falta de templanza para decir paremos un poco…”, comenzó diciendo. Y luego precisó “violencia que viene de arriba hacia abajo, desde los dirigentes que toman decisiones que afectan vidas. Porque convengamos que lo de las barras fue algo organizado. Ahí hubo una articulación evidente con la política, desconozco con qué sector, eso lo tendrían que averiguar un fiscal y un juez que deberían haber estado en la marcha, uno resguardando las garantías constitucionales y otro viendo qué organización estaba atrás de todo esto”. En ese sentido, agregó “es cierto que los jubilados en Argentina están muy mal, que han perdido entre el 20 y el 30% de sus ingresos y eso es inmoral, pero también es cierto que cuando se mueven estas organizaciones, no lo hacen por los jubilados sino para desestabilizar políticamente. También es cierto que pudo haber habido infiltrados”.
– ¿Qué evaluación hacés del accionar de la Policía?
– Vi cosas lamentables y crueles. Policías pegándole palazos a una mujer de 87 años y disparándole a la cabeza a un fotógrafo acuclillado. Nunca vi que un hecho de violencia fortaleciera a ningún gobierno, al contrario. Hay personas que están jugando a la política a ver quién es más poderoso, poniendo en riesgo la vida de los otros, y eso es muy triste. Además, en la historia argentina la vida siempre la pusieron los militantes.
– En las últimas elecciones, tras su triunfo en la interna, tu partido apoyó la candidatura de Patricia Bullrich ¿Qué opinión te merece su actuación al frente del Ministerio de Seguridad?
– Yo le tengo cariño a Patricia, ella militó con nosotros y nos conocemos mucho. Pero a esta Patricia que estoy viendo junto al Presidente no la reconozco. Cuando la escucho hablar pienso ¿Dónde quedó su empatía? Entiendo que es una funcionaria que está defendiendo un gobierno, pero tiene años en esto y sabe que hay límites que no se pueden cruzar. Es cierto que es una mujer valiente, que no duda en enfrentarse a los narcos, pero no es todo lo mismo. Una jubilada que marcha no es lo mismo que un narco. Me asombra el extremo en el que se paró, pero entiendo que es parte de un gobierno al que votaron para esto. Porque la gente votó esto, votó a un presidente que trata de mandril y de rata al que piensa distinto, que insiste en utilizar un discurso violento, que luego se extiende a sus seguidores en las redes y que genera respuestas del otro lado para darle forma a un cóctel muy peligroso.